Vecinos de Guayacanes: “Bloquearemos la autopista, de ser necesario, si Interagua no actúa ”
Hartos de la fetidez de las lagunas de oxidación, los vecinos de Guayacanes plantean hasta demandar al consorcio. El problema se agudizó hace 15 días
Los habitantes de la ciudadela Guayacanes 5 se han jurado no permitir nunca más que los olores que generan las lagunas de oxidación de Guayacanes Samanes, ubicadas en la avenida Narcisa de Jesús y que colindan con su vecindario, los obligue -como ahora, otra vez- a encerrarse y a sufrir tales dolores de cabeza y molestias que trastocan incluso la rutina de los niños.
Mi Lote, otra planta en la mira de la Asamblea
Leer más“Llevamos 15 horribles días levantándonos, comiendo, durmiendo, bañándonos, jugando con olores nauseabundos. Todo huele a huevo podrido. Es un asco. ¿Por qué Interagua nos hace tanto daño? ¿Por qué estos olores otra vez? Si la ayuda no llega esta semana, bloquearemos la autopista de ser necesario para que nos atiendan y lo hagan bien”, sentenció la residente Leana Miranda; quien se prometió no permitir más vivir asfixiada.
A decir de Miranda, si bien los olores se habían ido por unos meses, hace dos semanas invadieron el sector con fuerza.
Vamos a demandar a la autoridad que sea, pero no vamos a permitir un día más de pestilencia. Vivir así no es vivir. Es horrible esta situación.
“Eran tan intensos que hemos permanecido con garraspera, nos quema la garganta y por ratos no podemos ni respirar”, señaló. EXPRESO estuvo en el lugar el fin de semana y constató que los gases que se percibían hasta cerca de la Terminal Terrestre y Mucho Lote 2 hicieron hasta lagrimear a las familias; que advierten, además, que de no tener respuesta demandarán al Municipio.
Los olores son tan fuertes que mi hijo vomitó el fin se semana y todos hemos pasado con migrañas. Nadie hace nada por nosotros, estamos abandonados.
Según explica Miranda, el viernes anterior ante el grado de molestias experimentadas, llamó a Emapag e Interagua y tras las denuncias, la fetidez apenas se redujo.
“Lo que me dijeron, aunque no de forma oficial, es que hay olores porque se está removiendo el lodo para ya construir las bases de lo que será la planta de tratamiento Los Merinos, que es la que promete aparentemente una solución final a lo que sentimos. Pero, qué con eso. ¿Eso quiere decir que vamos a vivir ahogados hasta que esté la obra? No señores, eso nunca. Ya basta de vernos la cara”, se quejó.
Interagua: “Aún saturada, tener la laguna es la mejor solución por ahora”
Leer másEn entrevistas pasadas, debido a que estas molestias son reiterativas y se perciben incluso en zonas alejadas a las piscinas de oxidación, como La Puntilla (Samborondón) y La Aurora (Daule), además de la Alborada (ver debate al fianl); Interagua, que ha reconocido que las lagunas están saturadas, aseguró que desde 2018 se ha venido reforzando la aireación de las estructuras y la dosificación de cloruro férrico en las estaciones para paliar el problema; sin embargo, a decir de la ciudadanía, las acciones no son suficientes y son temporales.
Vivo con alergia e irritación desde que tengo uso de razón por las piscinas de oxidación. No sé ya a qué lugar del barrio salir a respirar, el aire está contaminado.
Interagua: “Por el diseño de Guayaquil no podemos prometer que los olores se irán” https://t.co/QJ1MSOz5Xt
— Diana Sotomayor Z. (@DianaSotomayorZ) January 26, 2022
Ayer, EXPRESO consultó a la vocera del consorcio, Ilfn Florsheim, cuál es la razón de la fetidez actual; e indicó que responden a un “incremento importante de sulfuros en la red”, cuyos puntos de descarga “irregular” y origen se están identificando para tomar acciones. “Como acción inmediata se ha incrementado la aplicación de cloruro férrico y de peróxido de hidrógeno en las lagunas”, informó. Algo que para la ciudadanía no es más que “un parche”.
En El Limonal, la cooperativa Santiaguito de Roldós, Samanes, el norte, el sur, en todo Guayaquil se perciben los olores fétidos de las lagunas de oxidación.
“Que digan la verdad, que digan si están trabajando o qué están haciendo con la inversión que tienen para el mantenimiento. Estamos hartos del discurso de siempre. Estamos hartos de sobrevivir a la pestilencia porque decir aquí que se vive es una falacia. Hagan algo ya, tengan pena”, se quejó el morador Primitivo Pérez, quien ha intentado irse del barrio decenas de veces.
Frente a esta realidad, la comunidad pide reacción de parte de los asambleístas, el Ministerio de Ambiente y la Defensoría del Pueblo. “El año pasado, los legisladores hicieron una visita rápida, de horas, no fueron más allá ni investigaron. Vengan, dejen a su comitiva viviendo en esta zona una semana, solo una, y verán cómo su salud se malogra y cómo los espacios públicos del vecindario permanecen vacíos, sin risas, sin niños; puesto que aquí lo que place es vivir en un sótano donde la pestilencia no nos llegue”, sentenció Adriana Dávalos, de El Limonal.
Lagunas de oxidación: el cuestionamiento apunta a las industrias y no solo a Interagua https://t.co/f4o9gEtzIC pic.twitter.com/p0ITXVMFOR
— Miky (@Miky_Miliky) September 7, 2021
Cada vez que hay malos olores, las migrañas me tumban. Vivimos rodeados de parques pero todo apesta. Nadie puede salir, vivimos enfermos.
Nos estamos asfixiando a vista y paciencia de las autoridades y ninguna mueve un solo dedo para preocuparse de nuestra salud. ¿Qué les pasa?
PREGUNTA:
¿Ha percibido los olores que generan las lagunas de oxidación en los barrios de Guayaquil?
“En la avenida Las Aguas ya ni se respira”
Marlon Cabrera: “Los gremios deben alzar la voz y exigir mejoras en las lagunas”
Leer másEl 78,5 % de los lectores que respondió a la pregunta de EXPRESO, aseguran percibir el olor que emanan las lagunas de oxidación en sus barrios.
Urdesa, la Alborada, Samanes, Sauces, Urdenor, Álamos Norte, El Cóndor, La Pradera y la avenida Las Aguas son apenas algunos de los sectores que los consultados, dijeron, huelen mal a causa de las piscinas.
Hólguer Benil, quien habita a escasos metros de la avenida Las Aguas, asegura que hay días en los que no puede ya ni respirar, debido a los gases que percibe en el ambiente. “Todo huele mal, me duele la cabeza y la garganta. Las alcantarillas huelen extremadamente espantoso. No se puede ni trabajar, peor aún caminar. Es como si respiraras la ceniza de un volcán. Las lagunas de oxidación nos están enfermando”, aseguró el guayaquileño de 47 años.
En la ciudadela El Cóndor, los habitantes dan fe de la misma situación. Carolina Llaguno asegura que la semana pasada tuvo una picazón en la garganta y un dolor de cabeza a causa de los olores que percibió. “Por un instante pensé que se trataba de alguna industria, me di cuenta que no cuando fui a visitar a mis padres a Mucho Lote 2, en plena autopista Narcisa de Jesús, y el olor era igual. Cuánta negligencia”, se quejó.