Los vecinos de Mucho Lote 2 exigen más control para frenar el comercio informal
Solicitan al Municipio ayuda. Advierten que la presencia de negocios en los baldes de las camionetas genera desorden en la vía
No es un problema nuevo, sin embargo había disminuido y eso mantenía a parte del vecindario tranquilo. En Mucho Lote 2 la presencia de vendedores informales que ofrecen sus productos desde sus camionetas o en pequeños puestos improvisados, como lo ha publicado antes EXPRESO; a decir de residentes como Wladimir Cedeño, genera hoy malestar, no solo porque “las aceras quedan sucias”, sino porque sus vehículos impiden el paso del de los residentes.
El trabajo de los ediles es cuestionado por dirigentes
Leer másSe forma un caos en la entrada, agrega Luis Tomála, también residente y miembro del comité de vecinos del vecindario, que exige a la Autoridad de Tránsito Municipal y al Cabildo que incremente la presencia de su personal en el lugar para frenar la informalidad.
El problema es recurrente. @ATM_Transito ni @CynthiaViteri6 hacen nada por poner control vehicular en ML2. Cada día observa más desorden y contaminación ambiental y visual. Cc @Puerto_Limpio @Expresoec pic.twitter.com/VTzDnmsTu0
— ▶️Urbs_MuchoLote2 (@Urb_MuchoLote2) June 26, 2020
“Todas las mañanas, entrar y salir hacia la vía principal, es un problema. Queremos que nos ayuden, que el Municipio diga finalmente qué va pasar. No nos oponemos a que haya más comercio, pero entonces que los reubiquen. Que levanten una plaza o establezcan una feria, pero formal, no así”, añadió Daniel Gellibert, habitante del sector.
Si bien, la ATM ha respondido a los llamados que los residentes hacen vía Twitter al respecto, estos aseguran que necesitan un control permanente. Es verdad, coinciden, que los agentes llegan y los sacan. “Lamentablemente vuelven y cada vez más, con más personas”, agrega Cedeño.
Solo el año pasado, este Diario cubrió al menos tres protestas que los residentes hicieron para exigir lo mismo que ahora. Que los vendedores informales no se "adueñen" más de sus veredas, a fin de no tener que vivir, sentenció en ese entonces Mariana Yépez, residente, entre el ruido, la insalubridad y sobre todo inseguridad.
A la espera de la obra prometida
Leer más"He visto cómo en ciertos negocios camuflan los paquetitos de sustancias y cómo se las entregan a chicos y personas que no son de aquí...", manifestó. Con la llegada de tanta gente incluso, agrega hoy Sammy Garcés, de la etapa Segovia, los malos olores causados por la mezcla de productos que se venden en las más de 20 mesas y carpas que se instalan sobre las aceras, que por ratos se convierten en baños públicos, ha quedado en segundo plano.
Ahora lo que más les preocupa, aclara, es que el sector donde habitan alrededor de 10.000 familias de las 11 etapas de Mucho Lote 2, se vea vulnerado. "Aquí hay muchos niños. Lo que no queremos es que ahora, por este tipo de situación, ellos tengan que encerrarse más o nos veamos obligados a seguirlos a todos lados y jamás estar tranquilos", agrega Tomalá, al asegurar que si bien los policías metropolitanos los visitan para retirar a los comerciantes, no lo hacen con la frecuencia que quisieran.
Este tipo de comerciantes necesita ser regulado. No pedimos que se vayan, hoy más que nunca todos necesitamos trabajo. Sin embargo, es necesario que lo hagan bajo normas y cuidados establecidos. A veces la vía es un mercado, hay gritos y desorden. Todos nos vemos afectados.
“La crisis sanitaria nos ha demostrado que es vital privilegiar la proximidad”
Leer másEn un reportaje anterior, el Municipio aseguró a este Diario que se podría pensar en la posibilidad de construir un mercado para los informales, siempre y cuando la comunidad solicite el servicio y esté de acuerdo con ello.
Sin embargo, hay ciudadanos que no están de acuerdo con esa obra. "Más que un mercado, me gustaría contar con un buen parque. En lo personal, la presencia de los vendedores informales no me molesta. Es más, durante el confinamiento fueron ellos quienes me sacaron de apuro. Coincido en el hecho de que sea más ordenados, pero no quiero tampoco que se vayan", advierte Esmeraldas Buenaño, residente.