Verónica Fernández deja su marca en el Museo Luis Noboa Naranjo con ‘Y Si...’
La muestra destacó más de 60 obras abstractas hechas con acrílico
El Museo Luis Noboa Naranjo presentó la muestra “Y Si...”, de Verónica Fernández Lantermo, que contó con una serie de cuadros abstractos de reciente creación.
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Leer másEsta exposición en el museo guayaquileño mostró más de 60 obras originales de esta autora. Del total, 20 de ellas fueron hechas sobre lienzos y más de 40 en cartulinas. Todas fueron realizadas con pintura acrílica.
Estos cuadros podrían ser descritos como una danza de colores, cálidos o más oscuros, todos tienen una armonía que los caracteriza.
Para ella, el plasmar sus ideas a través de lo abstracto le genera disfrute, debido a la libertad y falta de limitaciones que esto le trae para mostrar a través de color y formas distintas su sentir de recuerdos felices y aquellos que no lo son.
Fernández Lantermo relata que su origen artístico se remonta a su niñez, al provenir de una familia artística siempre se vio rodeada del arte en sus distintas formas. Este ambiente la desarrolló y permitió tener mayor facilidad creativa en diversas áreas.
“Lo que más tengo son ganas de realizar tantas ideas que se vienen a mi mente. De plasmar en el lienzo una danza de tonalidades de múltiples colores de mis emociones y compartir de esta manera las experiencias de mi vida”, comenta.
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Leer másElla indica que siempre tuvo la necesidad de expresarse a través de la pintura, pero una vez se volvió madre y esposa, se tornó complicado dedicarle tiempo a su pasión; el realizar su sueño.
No obstante, hace unos años encontró una caja de tizas pastel de su padre, y este tan simple incentivo, la motivó a pintar de nuevo de forma ocasional. Pronto esas ‘ocasiones’, se volvieron algo más común.
Inició su retorno al arte a través de cartulinas, luego comenzó a plasmar sus ideas sobre lienzos, y de ahí continuó experimentando. “Fue una sensación tan gratificante que desde entonces sigo pintando en todo momento”, dice.
Fernández Lantermo relata que a los pocos días de que le fuera propuesto tuvo un sueño, en el que visualizó su exposición, y tenía el siguiente nombre. “Y si…. ¿Y si.. me fuera otorgada la capacidad de plasmar sobre el lienzo los matices de mis emociones…?”
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