La vida nocturna de Guayaquil permanece maniatada por la inseguridad
Con diversas estrategias, dueños de restaurantes buscan atraer a más clientes. La afluencia mejora, pero el consumo es bajo
El comercio nocturno guayaquileño sigue en la lucha por recuperarse. Los golpes sufridos en los últimos meses, sobre todo por el recrudecimiento de las acciones delictivas, aún mantienen a muchos propietarios de restaurantes y bares aplicando estrategias para fomentar la llegada de usuarios. O por lo menos para no seguir perdiéndolos.
La noche del viernes 14, decenas de personas caminaban a lo largo de la Rodolfo Baquerizo Nazur, en la ciudadela Alborada. Algunos, quienes están en relación laboral de dependencia, habían recibido su remuneración quincenal. A pesar de ello, los locales de venta de comidas preparadas no estaban al tope de su capacidad.
José Luis Mendoza vive en Sauces 1 y aunque su vivienda está ubicada cerca a este tipo de establecimientos, prefiere solicitar alimentos a domicilio.
“Ya desde hace tiempo evito salir, ahora busco los locales que te traen la comida, los productos a la casa. No quiero exponer a mi familia a pasar un mal rato, cuando hay opciones para disfrutar sin salir. A esto hemos llegado por la inseguridad, a no sentirnos protegidos ni en nuestros barrios”, indicó.
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Leer másLas mesas y sillas vacías en varios establecimientos se evidenciaban en esa zona del norte porteño, aquella noche. Andrés Jaime, administrador de un local de platos típicos en la Alborada, señaló que tras el levantamiento del toque de queda, en abril pasado, las ventas mejoraron considerablemente. Sin embargo, aún no alcanzan los niveles que registraron a finales del 2023.
“Hay meses mejores que otros y sí, tenemos que movernos para no perder clientes. Armamos combos, envíos a domicilio gratis, que últimamente es lo que más utilizamos, porque sino, no estamos en nada”, dijo.
En la avenida Víctor Emilio Estrada, en Urdesa, el escenario cambia un poco. Aunque en varios locales hay presencia de clientes, propietarios admiten una menor llegada de comensales en las últimas semanas.
“Todo el tema de los secuestros sí asusta a las personas. Entiendo que por eso se quedan en casa y tratan de salir para lo básico. Pero aquí en Urdesa, o al menos en la Víctor, las rondas de los patrulleros sí son frecuentes en las noches. Por ese lado el cliente puede quedarse tranquilo”, refirió Ángela Sánchez, quien administra un establecimiento de comida asiática.
José Luis Mendoza
Mientras que en los bares se mantiene la expectativa de mejores ventas en este mes por la Copa América, ya que la selección de fútbol de Ecuador jugará al menos tres partidos.
“Ecuador va a jugar este y el próximo fin de semana, entonces para nosotros sí representa un respiro, porque sabemos que estos partidos atraen mucha gente y habrá más ventas. Ahora el reto que tenemos es mantenerlas durante todo el mes. Si Ecuador avanza de fase es mejor para nosotros”, manifestó Jorge López, administrador de un establecimiento de diversión.
Y es que incluso para el Día del Padre, el pasado domingo, EXPRESO constató que en varios locales el flujo de comensales era similar al de cualquier fin de semana sin festividad.
El centro de Guayaquil es otro de los espacios donde su dinamismo nocturno sigue estancado. Los bares abiertos en la Zona Rosa, sobre la calle Rocafuerte, intentan resurgir, aunque en las últimas semanas el flujo de clientes sigue sin llenar las expectativas.
Ernesto Vásquez
César Jaramillo es quiteño y degustaba de un coctel en un bar de la zona. Por la conectividad con la calle Panamá le parece un sitio atractivo, por ello acude las veces que llega al Puerto Principal por reuniones laborales.
“Me parece que se podría mejorar la iluminación de algunas calles, pero esta zona tienen que explotarla porque tienen todo muy cerca, el Malecón, Las Peñas”, dijo el ciudadano.
Sin embargo, Ernesto Vásquez, vicepresidente de la Asociación de Centros Nocturnos del Guayas, manifestó que estos establecimientos han recuperado un 70 % de las ventas hasta las 01:00, tras la finalización del toque de queda en Guayaquil. Luego de ese horario, disminuye a un 40 %.
“Guayaquil es una ciudad muy caliente y ha pasado demasiadas cosas: pandemias, paros, inseguridad, y la gente se va acostumbrando y va perdiendo el miedo. Porque Guayaquil es una ciudad de gente que le gusta la farra y no se deja llevar del miedo”, sostuvo Vásquez.
Aquello se puede notar en establecimientos en el suburbio de la urbe porteña, donde funcionan salsotecas, bares y otros locales de comidas preparadas cuyo funcionamiento se extiende durante la madrugada.
Pero Vásquez señaló que la cantidad de consumo en los establecimientos sí ha disminuido. “Antes venía la gente a tomarse una jaba (de cervezas), ahora se toman media jaba nomás”, explicó como ejemplo.
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