Una zanja les quita el respiro a 70 familias de Samanes 4
La erosión daña las paredes traseras de las casas colindantes. El muro del parque central está colapsando. Los vecinos exigen la construcción de un talud
Jannina Carrera dice haber perdido la cuenta de las veces que ha enviado oficios o ha ido personalmente al Municipio de Guayaquil. El objetivo ha sido el mismo: solicitar que se construya un talud de protección en la ribera del canal de drenaje 31 que colinda con 70 viviendas y un parque de las manzanas 401, 408 y 415 de la ciudadela Samanes 4, norte de la ciudad. Y pese a las promesas de las autoridades, el pedido no ha sido atendido.
La tala que todavía aguarda respuesta en Guayaquil
Leer másElla es la presidenta del consejo barrial que se constituyó en 2021, precisamente para buscar solución a los problemas originados hace más de dos décadas por ese canal de aguas lluvias. Desde ese tiempo ha sido la vocera del vecindario para dar a conocer aquello que pone en peligro varias viviendas de los residentes.
Hace 20 años, la zanja de 750 metros de largo que separa a las ciudadelas Samanes y Guayacanes tenía menos de un metro de ancho; en la actualidad tiene 12. Esta se ha ido ensanchando por el deslizamiento de tierra que se produce por la limpieza anual que realizan las maquinarias.
“La erosión del terreno de la zanja está afectando las viviendas. Hay fisuras, humedad y moho permanente en las paredes. Tenemos miedo que nuestras casas se desplomen en un futuro cercano. Por eso hemos pedido por reiteradas ocasiones que se construya un muro de contención para evitar que el suelo siga cediendo”, indica Carrera, quien junto a otros vecinos mostraron a EXPRESO este y otros inconvenientes que afronta el sector.
Por el momento, cuentan los residentes, Emapag se ha comprometido a solucionar el problema, pero no ha puesto fecha en que se realizaría la obra. “¿Hasta cuándo tenemos que esperar?, ¿será que están esperando que suceda una desgracia para actuar?, ¿por qué no intervienen ahora y se evitan futuros inconvenientes?”, preguntan los vecinos, mientras muestran los daños que tienen sus casas, así como la insalubridad que rodea la zanja.
“Está cubierta de maleza y basura que la convierten en un sitio contaminante y un criadero de mosquitos que provocan varias enfermedades. Allí, las lechuguillas se multiplican de manera inmediata, así como las fundas de basura y todo tipo de desechos (desde material de construcción hasta animales muertos) que personas inescrupulosas echan a diario”, indica María Elena Raymond, quien habita hace 20 años en la manzana 414.
Durante muchos años hemos pedido a las autoridades municipales la solución a los problemas de la ciudadela; pero, parece que se han olvidado de nosotros.
Ella señala que el problema se acentúa por la presencia de chamberos que esparcen los desperdicios y se apostan a consumir droga.
Los malos olores que emana la zanja obliga a los vecinos a cerrar puertas y ventanas. Asimismo, evitan salir de sus casas por el miedo de toparse con ratas y hasta culebras que habitan en el sitio.
Queremos que vengan a cortar la maleza que crece en los alrededores de la zanja. Nosotros hemos hecho ese trabajo, pero es el Municipio el que debería estar pendiente de aquello.
Raymond cuenta que tenía un bazar en la avenida Isidro Ayora, pero tuvo que cerrarlo por los malos olores que ingresaban al local. “Perdí clientes porque nadie quería ir al local a percibir olores nauseabundos”, relata con tristeza.
Otra de las peticiones hechas al Cabildo es la recuperación del parque central, el único que hay en esa etapa.
“Al estar contiguo al canal de drenaje 31, el cerramiento perimetral del área verde se está viniendo abajo, debido a las erosiones continuas. Un árbol lo sostiene actualmente”, comenta Roberto López, residente de la manzana 404, quien agrega que un tramo de la caminera está colapsando.
Ciudadano: “La Alcaldía de Guayaquil mató la identidad de Samanes”
Leer másCuenta que en el intento de nivelar la superficie se han visto obligados a colocar piedras y tierra. “Pero esto no ha sido suficiente y la situación del parque se complica porque frena las visitas de la mayoría de residentes. Y quienes llegan a tener un momento de recreación, no se atreven a dar pasos por el espacio debido al temor a que este se siga desmoronando”, menciona.
Sobre este tema, también hay una promesa de solución por parte del Municipio, pero los residentes prefieren no alegrarse hasta ver que se ha intervenido el área del parque.
Moradores claman mantenimiento en zanja y parque al norte de Guayaquil
Leer másLa cuarta etapa de Samanes está conformada por 15 manzanas, desde la 401 hasta las 415, donde están asentadas 500 villas. Tiene seis entradas de ingreso, pero en cuatro hay problemas de adoquinamiento.
“En el 2020 colocaron hormigón en la calle 2, pero el resto quedó en el olvido. Nosotros también necesitamos vías en buen estado para salir a caminar. Queremos que nos consideren en una parte del presupuesto municipal, ya que hacen obras en otros lados y para nosotros no hay nada”, manifiesta Dolores Maridueña, residente de la manzana 401.
Además, ella expresa su malestar porque en la calle Olaf Holm se han instalado negocios informales sobre las riberas del canal, que originan insalubridad, exceso de ocupación de la vía pública y afecta el ingreso y salida desde y hacia la avenida Isidro Ayora. “Queremos que se nos tomen en cuenta, ya estamos cansados de vivir abandonados”, concluye.