Agente Fortune: el gran engaño, la química entre sus actores es evidente
A la cinta le faltan secuencias de acción, muchas veces reemplazadas por la comedia, pero presume de un gran elenco.
El agente del M16, Orson Fortune (Jason Statham, Rápidos y furiosos) y su equipo persuaden -a través de un habilidoso chantaje- a una de las estrellas de cine más importantes de Hollywood, Danny Francesco (Josh Hartnett, Pearl Harbor, La dalia negra) para que los ayude en una misión encubierta para rastrear y detener la venta de nuevas y mortales tecnologías al multimillonario Greg Simmonds (Hugh Grant).
Para lograrlo, forma un equipo con algunos de los mejores operativos, entre ellos Sarah Fidel (Aubrey Plaza) y Nathan Jazmine (Cary Elwes, Drácula de Bram Stoker). En la intriga queda JJ (El rapero afroamericano Bugzy Malone, cuyo verdadero nombre es Aaron Davies) y Casa (Kaan Urgancioglu, actor de la gran telenovela turca Amor eterno, 2015-2017).
Mezclando la acción con explosiones, mucho de comedia y bastantes relámpagos de conmoción, el británico Guy Ritchie (ex de Madonna e insuperable director) coloca en pantalla una cinta muy divertida, especialmente para quienes buscan explayarse a través de risas o sonrisas.
Y no es que 'El gran engaño' sea solo eso, pues también se convierte en excepcional carta de presentación para los estrenos de este 2023, año en que -según los tráileres que se exhiben en nuestro Ecuador- habrá mucho, demasiado quizá, de cine juvenil: héroes de Marvel, terror, dibujos animados y sus etcéteras. Por ello, el agente Fortune es bienvenido.
El largometraje no es perfecto. Le hace falta más secuencias de acción, olvidadas a momentos en aras de la comedia, de su humor negro. Pero eso queda borrado ante la perfección del elenco: la película es robada por la interesante Aubrey Plaza quien, prácticamente, se los come a todos con su chispeante labor, en la que el sarcasmo, la ironía y buenas líneas dentro del desordenado guion la elevan sobre sus compañeros.
Tampoco se queda atrás Jason Statham, que parece estar en su salsa, y un Hugh Grant que, dejando de ser el galán romántico de los años 90, es ahora un consumado y brillante actor de carácter. Su villano en este filme es perfecto, pues mezcla inteligencia con tonterías y da en el clavo. No está mucho tiempo en escena, pero sus minutos son oro puro.
Hartnett, en otrora uno de los actores más promisorios del naciente siglo XXI, revive laureles y -a lo mejor- saca provecho. Igual sucede con Cary Elwes.
Vayamos ahora a la trama. Estrictamente hablando, no tiene un argumento original y hay escenas que parecen haber sido copiadas de otras películas. Pero, ojo, no es que está equivocado, es que Ritchie lo hace para burlarse, crear una parodia de todos esos filmes que Tom Cruise exhibe en sus misiones imposibles, imanes taquilleros que resisten la parodia. También hay algo de James Bond, pero todo tan bien expuesto que permite a esta película burlarse de ellas, pero sin herirlas porque son tratadas con buen gusto y la narrativa es muy juguetona.
La fotografía y la banda sonora son tremendamente beneficiosas, al igual que los efectos de sonido. Pero lo más sobresaliente es la química generada por sus actores. Eso no sucede a cada rato.
Calificación: * * * *
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