Alejandra García: "Muchos creen que soy vulgar"
La influencer mexicana es dulce y amigable, mientras que Alebamaaa, su personaje en las redes sociales, suelta la lengua.
Nacida en Campeche, México. Aunque Alejandra García (27) es una influencer que suelta la lengua en la plataforma Twitch y que se la conoce como Alebamaaa, es dulce, amigable y atractiva. Su padre Leonel es cubano y su madre Edith es mexicana. Ella vivió una larga temporada en Alabama y en Miami (Estados Unidos). Durante la producción de esta nota, algunos seguidores que la reconocieron se le acercaron para pedirle unas fotos.
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Leer másEs toda una ‘celebridad’ en las redes sociales. Desde diciembre del 2021 comenzó a visitar Ecuador con frecuencia, pero el 14 de julio, día del fuerte sismo que se vivió en Guayaquil, llegó para quedarse, motivada sobre todo porque está enamorada del médico Pablo Armas. Está encantada con la ciudad que le recuerda a su tierra, disfruta de sus olores y sabores y se siente feliz de haber arribado en plenas fiestas.
En Instagram tiene 153.000 seguidores y en TikTok, un millón. Acaba de sacar la parodia de la canción 'Bebito fiu fiu'.
En usted hay una mezcla de nacionalidades...
Mi padre huyó de Cuba y se fue a México en un circo. Ahí mi madre lo conoció. Se enamoraron y hasta ahora están juntos. Por mi papi me llaman La Cubana. En Miami he vivido desde que tenía 8 años. Tengo más cultura cubana que mexicana. Mi abuela Luisa me crio con esa cultura.
¿Cómo se convirtió en una influencer tan rápido?
Todo empezó en la pandemia. Era ‘streamer’ en la plataforma de Twitch en la que hacía transmisiones en directo (de videojuegos y más) para entretenerme. Un ecuatoriano me hizo una broma, respondí, su audiencia me vio. Ahí fue cuando me conocieron, se quedaron conmigo y creé amistades, me volví parte de la comunidad de Ecuador. Algunos me enseñaron a soltar la lengua.
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Leer másCuando la gente me rayaba, me defendía y una vez saqué un video y lo publiqué en TikTok, se volvió viral. Me puse Alebamaaa, porque cuando empecé en Twitch estaba viviendo en Alabama.
A veces su personaje cae en excesos, ¿y usted?
La gente piensa que mi personaje Alebamaaa es de la vida real, no es así, simplemente actúo. Cuando me conocen en persona se sorprenden y me dicen que no soy como se imaginaban. Alebamaaa es la vulgar y grosera, yo no, aunque lo único que hace es defenderse, así empezó todo por Twitch. Respondí a un insulto, a la gente le gustó y ahora me expreso de esa manera.
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Leer másSoy tranquila, pasiva, no soy de fiestas. Hay personas que entienden que son parodias, bromas o humor negro. Otros piensan que soy vulgar. De pequeña estudié ballet, además actuación e improvisación.
¿Qué la motivó venir a Ecuador y a quedarse en Guayaquil?
A fines del 2021 vine a conocer a los amigos de la comunidad ecuatoriana, había crecido en las redes sociales, quería colaborar con otros influencers. Estuve varias veces en la ciudad, sin imaginar que me iba a enamorar de un guayaco (risas) Pablo Armas.
¿Es decir que el amor hizo que se establezca en nuestra urbe?
A Pablo (31) lo conocí en un evento para los streaming y en un videojuego. Es doctor, también es ‘streaming’, hace contenido médico, se especializará en cirugía plástica. Tal vez algún día me opere la papada con él (suelta una carcajada). Me iba a establecer en Miami, en la casa de mis padres porque en Alabama solo estuve una temporada por un contrato laboral.
No vivo de las redes sociales, tengo mi agencia de marketing, ese es mi negocio desde 2018, pero todo virtual o remoto. En Miami hago marketing para escuelas donde estudian niños especiales, sobre todo con autismo.
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Leer más¿Ya viven juntos?
Cuando nos conocimos personalmente, el flechazo fue inmediato. Pablo es caballeroso, muy familiar, profesional, inteligente y cariñoso. Ya vivimos juntos. Le haré la santería para que no se vaya (risas). No creo que sea necesario porque nos amamos. Soy católica. En enero me pidió que sea su novia, entonces empecé a venir cada mes.
¿Qué recuerdos vienen a su cabeza cuando camina por Guayaquil?
Me recuerda a Campeche y cuando Pablo me llevó al Malecón, me conecté muy rápido con mi ciudad. Me sentí en mi hogar de inmediato. El primer temblor de mi vida fue el día que llegué, la bienvenida que me dieron (risas), nunca había vivido una situación similar. En Ciudad de México hay muchos, pero en Campeche, no.
Me dio miedo, pero también sentí cool porque fue una experiencia diferente. Para un huracán nos preparamos, pero los terremotos, no avisan.
¿Qué olores y sabores le atraen de la urbe porteña?
El del cangrejo, en Campeche hay mucho cangrejo de mar. En Miami es muy caro, una mano de cangrejo cuesta algo así como cincuenta dólares. Lo primero que comí cuando llegué a Guayaquil fueron encebollados y cangrejos. En México consumía mucho mariscos y sopa de pescado. Vivía cerca del mar.
Los guayaquileños no envidiamos la comida de otros lugares porque la nuestra es deliciosa...
Tienen razón. El bolón también me encanta, el tigrillo, el arroz con menestra y los moros. He subido 10 libras. Siempre he venido a comer (risas).
Pero no se puede negar que la cocina mexicana también tiene lo suyo. ¿Seguramente extrañará el picante?
Me encantan los tacos al pastor, burritos, el pozole. Acá colocan un pequeño recipiente con ají, el que quiere le pone algo a sus alimentos, en cambio en México se lo ponen a todas las comidas. Aunque dicen que solo tiene un poquito no es así, pica y bastante. Trato de no consumirlo porque sufro de una enfermedad llamada Crohn en el colon.
Generalmente me dan diarreas, no digiero la comida, o estoy constipada. Debo hacer dieta de frutas, como mucha pitahaya. En Miami, una cuesta 8 dólares, es muy cara.
¿Ha visitado algunas huecas?
Fui a los agachaditos a comer encebollado.
Tres razones para vivir en Guayaquil...
Su deliciosa comida, su gente, son muy cálidos, y sus atractivos, me encanta el Malecón, el Puerto Santa y la Bahía, todo lo compro ahí, la he recorrido varias veces. También adquiero ropa, soy más conservadora, no me gusta estar en cueros, no me atrae mostrar, prefiero jeans y blusas.
¿El calor le fastidia?
En Campeche hace más calor, no me complico por el clima.