Alejandro Nones hace llorar de nuevo a Victoria Ruffo
Los actores se reencuentran en la segunda parte de la telenovela 'Corona de lágrimas', de Televisa.
El año pasado, el actor Alejandro Nones tenía previsto viajar a España. Sin embargo, no pudo asistir a los premios Platino del Cine Iberoamericano porque estaba trabajando en México y era necesario, por la COVID-19, mantener cuarentena algunos días si salía del país. Ahora pidió permiso porque no quería perderse la IX edición.
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Leer másAl venezolano se lo ha visto en las telenovelas 'Teresa' y en 'Corona de lágrimas', de Televisa. En la segunda de ellas, interpreta al mal hijo (Patricio Chavero) de Victoria Ruffo (Refugio), quien la hizo llorar mucho en la primera parte.
El productor José Alberto Castro, hermano de Verónica Castro, reunió al elenco de esta producción para una segunda temporada, entre ellos a José María Torre y Mane de la Parra. Los más recientes trabajos de Alejandro None son '¿Quién mató a Sara?' y 'Malverde, el santo patrón', junto a Pedro Fernández, quien también estuvo en Madrid.
El reencuentro con sus compañeros de 'Corona de lágrimas' se dio a fines de 2021, luego de diez años. “Estoy feliz de verlos, es la historia una década después. Siempre fui el dolor de cabeza de mi madre. Los personajes han evolucionado, ahora seré un papá soltero y se verá reflejado en su hija (Lara Campos). Hay que verla. Hasta julio estaremos grabando. Está previsto el estreno para el segundo semestre de 2022”, dice y envía un saludo y un beso grande para Ecuador.
Lleva 20 años viviendo en México, país que le abrió las puertas. Empezó como músico y continuó como modelo, hasta lanzar su carrera en la actuación. Aunque Alejandro es cordial en su trato, durante un encuentro con una periodista mexicana en Madrid perdió la calma porque le insistió sobre la supuesta relación con la actriz Geraldine Bazán, expareja del actor Gabriel Soto y quien también es parte del reparto de 'Corona de lágrimas'.
Ahora ocupa el lugar de Adriana Louvier (Olga), quien, por compromisos de trabajo previamente adquiridos, no pudo unirse a las grabaciones. Le molestó que no le consulte sobre sus actividades actorales porque para él eso es lo “verdaderamente importante”.
Está a punto de estrenar la tercera temporada de '¿Quién mató a Sara?'. En este proyecto de Netflix da vida a Rodolfo.
Belinda se declara fan de Javier Bardem
Aprovechando el paso de Javier Bardem por la alfombra roja en los premios Platino del Cine Iberoamericano en Madrid, la cantante y actriz Belinda, quien estaba cerca del actor español, le pidió una fotografía y le dijo que siempre lo había admirado. Él aceptó posar. Antes de esto, ella se había sacado los altos tacones que lucía y confesó que era la primera vez que lo hacía.
Lógicamente cansada de estar tanto tiempo de pie. Llevó un traje negro que mostraba varios cortes en el abdomen, la espalda y el pecho. Pudimos comprobar que su rostro ha perdido la frescura. Parece una muñeca de cera por los tratamientos estéticos y cirugías a las que se ha sometido. La rinoplastia fue una de ellas.
No era necesario exagerar, solo tiene 32 años. Se encuentra en su natal España, donde está a punto de estrenar la serie 'Bienvenidos a Edén', de Netflix.
Francella y Pedrito: bajos, pero muy talentosos
Siempre dicen que la TV engorda, pero casi nadie indica que hace ver más altos a los que se paran frente a ella.
El argentino Guillermo Francella y el mexicano Pedro Fernández no tienen la estatura que algunos creen: no más de 1,70 m. Algo que nos sorprendió, pero que no importa porque ambos son muy talentosos. Muchos creyeron que el cantante era hijo de Vicente Fernández. Lo que debió aclararse. ‘El niño de la mochila azul’ ya no es para nada niño, tiene 52 años y se convirtió en el santo de los narcos en su reciente proyecto 'Malverde, el santo patrón', de Telemundo.
Mientras que a Guillermo ya se le notan los años (67), es un actor muy versátil. Pocos logran hacer reír como en 'Poné a Francella' o destacarse en dramas policíacos como en 'El clan'. Está estrenando la comedia 'Granizo' sobre el cambio climático. El talento no se mide, simplemente se lo tiene o no