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Ana Castillo
El emprendimiento le ayudó a derribar miedos que tuvo por años tras un mal diagnóstico médico.Fotos: Miguel Canales

Ana Castillo: "Mi cocina, mi terapia"

Del diagnóstico al éxito. La creadora de Holy Chip, cuenta cómo sus galletas endulzan una historia de valentía. 

El primer mordisco revela un universo de texturas: lo crocante del exterior, seguido de un relleno cremoso de chocolate que derrite cualquier preocupación. Así son las galletas de "Holy Chip", un emprendimiento que no solo deleita paladares, sino que cuenta una historia de superación y valentía. 

  

Ana Castillo, la mente y las manos detrás de estas delicias, encontró en la cocina más que un negocio: un refugio, una pasión y una forma de reinventarse. 

Con solo 26 años, esta guayaquileña lleva sobre sus hombros una lucha que comenzó a los 13, cuando empezó a enfrentar problemas de salud que nadie lograba explicar correctamente. "Me decían que eran ataques de pánico, pero yo sabía que no era eso", recuerda. Fue recién hace dos años que recibió un diagnóstico definitivo: epilepsia. 

Lejos de dejarse vencer, esta noticia la impulsó a buscar su propósito y canalizar su energía en algo que la llenara de paz. Así nació su emprendimiento.

Al crecer en una familia emprendedora encontró en las recetas caseras de su abuela materna el punto de partida para su proyecto. Durante meses perfeccionó su receta estrella, la galleta de Oreo con Nutella, en la cocina de su casa. "Mi familia comió galletas durante tres meses hasta que llegué a la que realmente les gustaba", cuenta entre risas. 

Mientras realizábamos la sesión de fotos, Ana María nos mostró con orgullo las nuevas creaciones que está probando para San Valentín: galletas en forma de corazones, con rellenos únicos y toques románticos. Su compromiso con la frescura y el detalle se nota en cada receta, pero también en su historia. 

Cada vez que entra a la cocina, Ana encuentra algo más que ingredientes y utensilios; encuentra terapia y paz. "Es como mi lugar seguro", confiesa. Hoy, "Holy Chip" no solo ofrece galletas grandes y crocantes, , sino que también son un recordatorio de que con valentía, pasión y un toque de azúcar, los sueños pueden hacerse realidad.

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La entrevista

¿Cuándo comenzaste a notar que algo estaba mal con tu salud?

Desde los 13 años sentía que algo no estaba bien. Fue tras caer de espalda desde un techo bastante alto, en donde sufrí un golpe en la cabeza.

¿Cómo fue ese proceso hasta recibir un diagnóstico definitivo?

Fue complicado. Me maldiagnosticaron muchas veces, incluso en Estados Unidos. Me decían que eran ataques de pánico, pero yo sabía que no era eso. Finalmente, hace dos años me diagnosticaron epilepsia. Fue un golpe fuerte, pero también me ayudó a encontrar un propósito.

¿Cómo influyó tu familia en ese momento difícil?

Mi familia fue mi mayor apoyo. Mi hermana, mi novio, todos me empujaron a seguir adelante, incluso cuando yo no quería hacer nada. Siempre he tenido una conexión muy fuerte con ellos, especialmente porque somos una familia emprendedora.

¿De dónde surgió la idea de las galletas?

Desde siempre me ha gustado cocinar. En mi familia somos medio adictos al azúcar, y mi abuela hacía muchas recetas caseras. Adapté una receta familiar y pasé meses perfeccionándola. Así nació mi primera galleta estrella: la de Oreo con Nutella.

¿Cómo fue el inicio de tu emprendimiento?

Empecé sola, en la cocina de mi casa. Mi primera venta fue para una primera comunión. Luego, gracias al boca a boca, las redes sociales y recomendaciones de amigos, fui creciendo.

¿Qué desafíos enfrentaste en el camino?

Uno de los mayores desafíos fueron los apagones, ya que mis recetas requieren que las galletas estén completamente congeladas antes de hornearlas. Perdí algunos clientes en ese tiempo, pero me las arreglé pidiendo un generador prestado y siguiendo adelante.

¿Cuánto tiempo te toma desarrollar y lanzar nuevos productos?

Me encanta investigar. Probar es clave, pueden ser hasta 3.000 intentos antes de dar con lo adecuado. Un nuevo producto puede tomar semanas o un mes. Hay que analizar, probar, corregir, y cuando todo está listo, lo lanzamos. Es un proceso que asegura calidad y originalidad.

Ana Castillo
El chocolate es el ingrediente estrella, ya está probando creaciones para San Valentín.Foto: Miguel Canales

¿Cómo manejas la conexión con tus clientes?

Me gusta hacer algunos deliveries yo misma porque veo la emoción de los clientes al recibir sus galletas. Siempre escucho sus comentarios, para mejorar y ofrecerles algo que realmente disfruten. El contacto directo es muy importante para mí.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir a otras personas que enfrentan retos como la epilepsia o el emprendimiento?

Quisiera decirles que no están solos. Las cosas pueden ser muy difíciles, pero con apoyo de la familia, amigos, y sobre todo con determinación, es posible salir adelante. Es importante normalizar estas condiciones, ser más empáticos y humanos.

¿Qué significa Holy Chip para ti?

Es más que un negocio, es una terapia sanadora, una forma de inspirar y conectar con las personas. Cada galleta cuenta una historia, mi historia, y eso me llena de orgullo.

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