Ana Passeri: artista estricta, madre permisiva
La actriz y cantante habla sobre sus nuevos proyectos y cómo el amor de madre hoy rige todos los aspectos de su vida
La 'mamá de la mamá' es un especial digital que EXPRESO ha preparado para homenajear a todas esas mujeres que no solo se han lucido tratando de ser las mejores madres para sus hijos, sino las mejores en cada una de las áreas que escogieron para sus vidas: desde la política, el deporte y el emprendimiento, hasta la música.
Sentada en el camerino con todas las luces encendidas y el reflejo de los espejos ante ella, se encuentra la cantante y actriz Ana Passeri (39). Está en casa, su segunda casa, el teatro. Y cómo no, desde el pasado 11 de marzo es la directora ejecutiva de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil. Desde el teatro Centro Cívico, luego de sus actividades matutinas, se toma un tiempo para atendernos en esta entrevista.
Mientras la maquillan, poco a poco comienza a salir la estrella que tiene por dentro. Aunque por momentos se toma unos minutos y atiende textos y ultima los detalles para la próxima presentación de la orquesta. Así se denota su multifacético quehacer. Luego, ya con peluca rubia, va a tener su segundo estreno del año con Morir de amor, el Cabaret en el Teatro Sánchez Aguilar.
Por eso es un día especial. Además está a punto de hacer la primera portada junto a su hijo, Pedro Astaiza, que espera el momento para ponerse las galas pertinentes.
Ya que estamos en casa, Ana recuerda que este espacio del camerino le hace sentir la calidez de hogar. Sus padre, Hernán Tamayo, cantante ecuatoriano de ópera, estuvo pendiente de su formación artística. María Eugenia De Mora es su madre, una doctora en filosofía que supo criar a sus hijos entre la academia y el amor.
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Leer más“Yo canto desde antes de hablar. Ella decía que desde el año y medio ya imitaba, muy afinadamente, las notas de mi padre. Lo cual es raro porque un niño por lo general es afinado a los tres. Pero así es esto. El talento estaba”, expresa muy risueña.
Al adentrarnos en su camino artístico señala que nació en una familia muy estricta y disciplinada, con una visión del arte algo conservadora. “De aprender música desde tan pequeña es que aprendí mi disciplina. Comencé a estudiar canto y piano a los 4 años. Mi primera presentación como voz principal del coro del Instituto Latinoamericano de Música Sacra fue a esa edad. Y comencé a ganar dinero. Me pagaban 100 sucres, recuerdo, y con eso mi mamá me compraba los juguetes que me gustaban. Incluso ahorré para unos patines que quería”, dice mientras se le nota en los ojos este viaje por su infancia.
“Siempre fui muy nerd”, suelta orgullosa la actriz que hoy es una de las abanderadas del formato Cabaret, un género teatral que le permite explayar todas sus inquietudes artísticas. “Yo no soy actriz o cantante. Soy las dos cosas. Para mí el arte es ambas, juntas”. Y esta revelación la tuvo mientras realizaba su posgrado en Ópera y Teatro Musical en Viena, Austria, a los 25 años. Previo a esto ya había estudiado ballet, obtenido su carrera en el conservatorio Rimsky Korsakov y su licenciatura en Periodismo. No había perdido el tiempo hasta aquellos años.
Sin embargo, la felicidad no solo recae en títulos y la sonrisa del artista no solo debe brillar en el escenario.
Antes de irse a Viena, sufrió ‘surmenage’, producto de las múltiples actividades y del miedo que le daba sacar música propia.
Había algo en ella que le impedía ser totalmente Ana Passeri. Era la sombra del sobrepeso (tenía 211 libras) que estaba dañando su vida. La obesidad había comenzado a desarrollarle hígado graso y otras complicaciones físicas. Pero la más determinante: estaba mellando su autoestima.
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Leer másAsí fue como en el 2009, por sugerencia de sus médicos y un programa del Seguro Social, se sometió a un baipás gástrico y reconectó con lo que amaba hacer. “Yo ya había aceptado el prototipo de mujer con sobrepeso y canto lírico. Sin saber que en realidad, solo me estaba comenzando a dar miedo cantar”.
Ya en recuperación, migró a Austria por sus estudios superiores. Y ya con esta nueva vida, “decido no volver a hacer algo que no me haga feliz”. Este es su renacer y, desde ahí, desde el amor propio, comenzó a forjar su propia productora, también a enamorarse, ser madre y pasar por un divorcio. Siempre cubierta por el arte para sentirse centrada. “Yo soy artista antes que todo. Se me hace más fácil hacer una canción que escribir un mensaje. Por eso también dejé un poco mi etapa como burócrata. Ahora, que estoy frente a la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, es distinto. Porque es la dirección de algo artístico”. Es un hijo que tiene todas las ganas de criar.
Pedro, de cinco años, llega en este momento. Saluda a todos y sabemos que es la hora de empezar las fotos. Él habla como grande, ama las películas y hace que su mamá se derrita. “Mi mayor error con él es que puedo ser muy permisiva. Lo tengo que reconocer, pero solo intento no repetir patrones”. Como todos los proyectos de Ana son sus vástagos, les tiene mucha fe, paciencia y planes. Aunque deja que todos caminen a su ritmo.
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Leer másMadre e hijo
- Aman cantar juntos. Ana escribió una canción cuando estaba embarazada de Pedro y se la canta cada vez que va a dormir.
- El pequeño aún no toma clases formales de Música, pero ya tiene gran afinidad con el piano.
- Les gusta escuchar canciones juntos. Una regla a la hora de ir en el auto es una canción de Ana y una de Pedro. Ella escucha de todo, a él le gustan los soundtracks de las películas de ciencia ficción.
Más de la orquesta
- En esta nueva etapa de la Sinfónica de Guayaquil hay varias novedades. La primera es el acercamiento con el público. El sábado se otorgó un concierto denominado Bolero sinfónico, con la participación de todos los músicos de la institución junto a las voces de Omar Montalvo y el debut de Diego Chiang en este formato.
- Además tienen nuevos acuerdos de participación con la Compañía Nacional de Danza, Lexa y la Organización Children International. Pronto habrá un concierto especial temático con la banda sonora de famosos animes, junto a una feria con Budokan.
Fotos y video: g7pro (Ig: @g7proec)
Producción y estilismo: Alejandra Cereceda (Ig: @alecereceda83)
Maquillaje y peinado: Julio Rangel (Ig: @julitorangel)
Vestuario Ana: Melissa Murtinho (Ig: @melissamurtinho)
Vestuario Pedro: La casa del smoking (Ig: @lacasadelsmoking_ec)
Locación: Orquesta Sinfónica de Guayaquil (Ig: @orquestasinfonicadeguayaquil)