Andrés Parra: "Yo me transformo en el personaje que pidan"
El actor colombiano que interpretó al narcotraficante Pablo Escobar y a Hugo Chávez conversó con EXPRESIONES.
Ya no está pasado de peso como cuando encarnó al narcotraficante Pablo Escobar en 'Escobar, el patrón del mal'. Fue este personaje el que le dio reconocimiento al colombiano Andrés Parra (44), no solo en su país natal sino en el resto del mundo. Por 'El robo del siglo', miniserie de Netflix sobre el asalto al Banco de la República en Valledupar en 1994, se convirtió en el mejor actor de TV en los Premios Platino del Cine Iberoamericano, cuya gala se desarrolló en Madrid, España.
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Leer másAllí conversó con EXPRESIONES. Muy amigable y divertido. Perdió 45 kilos durante seis años con la ayuda de una nutricionista, un plan de alimentación y el ciclismo. Desde niño luchó contra la adicción a la comida.
El público ecuatoriano y el latinoamericano en general lo recuerda no solo porque lo vio en 'Escobar, el patrón del mal', además en telenovelas como 'Muñoz vale por dos' o series como 'El cartel de los sapos'. Su ascenso no se ha dado de la noche a la mañana.
Amiga, yo he sido de buenas en esta vida, he tenido suerte. Esta profesión ha sido muy generosa conmigo, he disfrutado cada paso y siento que ha sido hecha con calma. He tratado de que nunca se me olvide que siempre he querido ser actor, no productor ni director. Tampoco estoy pensando en la plata o en la fama, eso ha hecho que la carrera vaya a su ritmo.
Usted es la versión masculina de Meryl Streep porque se transforma en lo que quiere, en Pablo Escobar, Hugo Chávez... es muy camaleónico.
Es un honor que me diga eso (risas). Meryl es lo máximo. Yo me transformo en el personaje que pidan (risas). No sé, amiga, creo que desde Escobar encontré la receta, le agarré el golpe, aunque toma tiempo, hay que estudiar y trabajar mucho. Debo reconocer que tengo ayuda, no lo hago solo. Trabajo con maquillaje y vestuario, no es un muñeco que se arma solo, existen un director y otros actores. No hay que confiarse y se debe afrentar los personajes con mucha humildad.
Se acaba de convertir en el mejor actor de TV por la serie 'El robo del siglo' y en esta comparte con su gran amigo Christian Tappan (el otro protagonista), a quien debió convencer para trabajar otra vez juntos.
Christian trabaja mucho, entonces estaba en algunos proyectos. Le pedí que volvamos a trabajar juntos, ya lo hicimos en 'La suegra' y 'Escobar, el patrón del mal', le pedí que robemos un banco juntos (risas) en 'El robo del siglo'. Existe una gran química entre nosotros y en el set, además respeto y admiración mutua. Ambos comenzamos en telenovelas, él más joven, yo más viejito. Christian lleva como cien años en la televisión (risas). Espero que nuevamente trabajemos el uno con el otro, me hace ilusión que se repita.
Ecuador, especialmente Guayaquil, vive una crisis carcelaria, un alto nivel de inseguridad y violencia que no parece tener solución.
Eso es jodido. Siempre he pensado que seguimos siendo una sociedad muy ingenua frente a la maldad humana y creemos que las personas son así porque tomaron esa decisión. La maldad tiene un origen muy complejo, no la soluciona una cárcel, es un tema terapéutico, de buscar por dentro. Hay que buscar qué pasó en esa infancia o adolescencia. Mucha de esa gente lo que está es enferma, pero todo lo resuelven metiéndola presa porque eso es más sencillo, pero lo que genera es más resentimiento.
Después de interpretar a Escobar, Chávez... ¿usted qué se dice cuando se ve en el espejo?
Digo: “Cómo estoy de lindo” (risas). Esos cambios radicales ayudan también al aterrizaje.
Seguramente recibió amenazas con algunos de los personajes que interpretó...
Creo que en Colombia se superó esa época en la que era imposible hablar de ese tema. Además había pasado mucho tiempo entre la muerte de Pablo Escobar y la serie. Incluso grabamos en Medellín y en los sitios claves. Sin embargo, cuando le di vida a Hugo Chávez fue diferente, tal vez por la coyuntura política en Venezuela y porque su fallecimiento está más reciente. La gente estaba muy sensible, debí cerrar Twitter, me amenazaron, insultaron... Alguien me mandó un ‘cariñoso mensaje’: “Por qué no vienes a darte un paseo por el barrio 23 de Enero (en Caracas) para hacerte trozo a puñaladas”.
Muchos actores, sobre todo los de teatro, recurrieron a las plataformas digitales para exponer sus trabajos durante la pandemia. Sin embargo, usted se negó.
El contacto con la gente es lo único que le queda al teatro, frente a la TV y al cine. Hubo algunas propuestas para hacer teatro por Zoom, pero fui muy radical y dije que no.
¿Cuál es su nuevo as bajo la manga?
Estoy descansando hasta febrero. En ese mes viajaré a Argentina para grabar la segunda parte de la comedia 'Los Protectores', además mantengo conversaciones para dos proyectos de los difíciles en Colombia.
Usted puso en duda la credibilidad del talk show de Laura Bozzo y eso genera comentarios, sobre todo porque es una mujer muy polémica.
Laura es un personaje con el que yo crecí, porque los programas de cable en Colombia eran peruanos. Hacer de Laura Bozzo sería lindo, si es necesario nos transformaríamos, sería el tope (suelta una carcajada). Además soy fan de Walter Mercado desde que era niño. Mis hermanos se radicaron en Estados Unidos y lo veía. Eran los ochenta y la primera vez que vi al astrólogo quedé loco. Uno de los motivos para darle vida sería el vestuario que usaba.
Bajó considerablemente de peso. ¿Qué consejos puede dar?
Me dio COVID, pero no es la razón. Ha sido un proceso largo. En algún momento pensé en el balón gástrico; sin embargo, di con una nutricionista que me enseñó a manejar la relación con la comida. Hay otras opciones, no la cirugía.
Otros roles
Andrés Parra encarnó al fallecido jefe de Estado venezolano Hugo Chávez en 'El comandante' y recientemente se metió en la piel de Sergio Jadue, expresidente del fútbol chileno involucrado en el caso de corrupción FIFA Gate, en 'El presidente'.