
Austin Zhang: “No puedo ser indiferente a lo que ocurre a mi alrededor”
El saxofonista dará un show en el Teatro Sánchez Aguilar el sábado 22 de marzo, para abrir las New York Jazz Sessions 2025
Vuelven las New York Jazz Sessions, que en 2023 permitieron ver en vivo en Guayaquil a los saxofonistas Santosh Sharma y Rico Jones y al guitarrista James Zito, parte de lo mejor del jazz que se está haciendo en la Gran Manzana actualmente.
El ciclo 2025, cuya sede será esta vez el Teatro Sánchez Aguilar, se abre con la visita del saxofonista chino-estadounidense Austin Zhang, quien ya se presentó en Guayaquil en 2022.
Siempre la llegada de un artista foráneo enriquece la escena y al público local. Pero los músicos que nos visitan también tienen la oportunidad de aprender de las ciudades que los acogen, conocer otras costumbres, nuevas perspectivas, distintos paradigmas, que nutren su espíritu y se reflejan inevitablemente en sus composiciones.
De este y otros temas conversamos con Austin, quien gracias a sus presentaciones en Ecuador, Colombia y Costa Rica ha aprendido algo de español, al punto de que se animó a ponerlo en práctica en parte de la entrevista que tuvo con EXPRESIONES.
Nació en Texas, pero se formó en el Manhattan School of Music. ¿Qué le hizo decidir mudarse y estudiar allí?
Cuando tenía 18 años estaba estudiando por Zoom con Adam Larson, un saxofonista de Nueva York realmente popular, porque sentía que los profesores en mi área local no podían enseñarme todo lo que necesitaba saber para crecer al ritmo que yo quería.
Siempre Nueva York atrae a los mejores talentos.
Esa generación de saxofonistas como él, Andrew Gould, Sam Dillon, Lucas Pino, me inspiró mucho. De ahí en adelante mi sueño fue poder estar cerca de músicos de ese nivel. Entonces me propuse estudiar en el Manhattan School of Music. Así que me emocioné mucho cuando me aceptaron y me dieron una beca.
¿Y cómo fue pasar de la expectativa a la realidad?
Cuando llegué allí, definitivamente no me decepcionó. Teníamos cinco o seis horas de ensayos o clases al día y luego practicaba un par de horas o más en mi tiempo libre. Así que, en total, durante cuatro años, con la excepción del tiempo de la pandemia de covid, pasé con el saxofón en la cara una media de ocho horas al día. Y aparte iba a presentaciones del género, mientras en el metro iba escuchando jazz.
¿Nos podría dar detalles de esas sesiones de jazz en Nueva York?
Me gustaba ir a Smoke, club de jazz en el Upper West Side. También estaba Cleopatra’s Needle. Además tocábamos en los dormitorios de la universidad, en sesiones de improvisación, con mis compañeros. De vez en cuando también voy a Smalls Jazz Club o a casas de músicos.

¿Qué recuerda de su anterior viaje a Guayaquil?
Algunas de las cosas más divertidas que hice fue ir a fiestas de salsa. La salsa es muy divertida.
La salsa tiene muchos elementos de jazz. Al menos la salsa setentera de gente como Willy Colón, Eddie Palmieri...
Sí, pude escuchar un montón de música y ritmos increíbles, bailar, aprender el idioma, probar la comida local, y sentir la calidez y sinceridad de la gente que conocí aquí. Las familias chinas, en particular, tienen muchas dificultades para expresar amor, cariño y emoción. Allá siempre todo gira alrededor de tener una carrera (profesional) y de ser práctico en la vida.
Aquí sintió el calor latino.
Me parece que aquí (en América Latina) es más fácil para la gente expresar amor. En Ecuador pude quedarme con la familia de Joan (Sánchez, pianista y productor de las New York Sessions). En Colombia, me quedé con la familia de mi cuñada, que es colombiana, y pude ver cómo se centraban en la alegría, el amor y el cuidado. Eso cambió un poco mis prioridades.
Su talento al servicio de otros
En 2022, las Naciones Unidas le encargó una composición como parte de sus programas para erradicar la xenofobia. Usted grabó el testimonio de su mamá sobre su huida de la China maoísta en busca de mejores oportunidades de vida y añadió su música al relato.
Es uno de mis proyectos favoritos de todos los que he hecho. Como artista, creo que los músicos no existen en el vacío. También tenemos que formar parte de la sociedad y comentar los problemas a los que nos enfrentamos como comunidad, como pueblo.
Combinó su pasión como músico con algo tan personal como es la historia de su familia.
Hay una larga historia de racismo y sentimiento antimigrante, que hoy es más fuerte que nunca. Así que me alegré de poder utilizar mi propia historia familiar para poder hacer arte.
Al empezar su formación, soñaba con la perfección, pero luego se da cuenta de que. aparte de la excelencia, está el hecho de poner su talento al servicio de otros.
Ahora se me viene a la cabeza la canción Strange fruit de Billie Holiday (de 1939), sobre los ahorcamientos públicos por motivos raciales, algo común en su época. La mayoría eran acusados falsamente. Toda la comunidad se reunía alrededor de los ahorcamientos para ver el cadáver como una ‘fruta extraña’ en la cuerda. Como artistas, no podemos ser indiferentes a lo que ocurre en nuestro entorno.
Repertorio en Guayaquil
En su concierto en el Sánchez Aguilar, a Austin Zhang lo acompañarán Joan Sánchez en el piano, Giovanni Bermúdez en el contrabajo y Carlos Albán en la batería.
Tocarán temas como Autumn in New York (de Vernon Duke), Someday my prince will come (Frank Churchill), Reflections (Thelonious Monk), On a misty night (Tadd Dameron), además de canciones originales de Austin Zhang y una composición autoría de Joan Sánchez.
Como comentó Austin, “estoy planeando tocar mucha de mi música original que ha sido una parte de mi identidad artística en constante evolución, diría yo, mezclada con mi amor por los grandes estándares antiguos del jazz que tanto han impactado en la historia”.
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