Autocines traen lo 'vintage' a la nueva normalidad
En tiempos de coronavirus; ver películas, en pantalla grande y desde el carro, se ha convertido en la opción ideal de entretenimiento. Guayaquil y Quito se apuntan
La grava cruje debajo de las llantas del carro mientras te parqueas. Bajas los vidrios, apagas el motor y reclinas un poco el asiento. Durante las próximas dos horas, comes canguil o tu snack favorito, mientras disfrutas de una película proyectada en una pantalla masiva en frente tuyo, sin dejar tu vehículo.
El autocine se estrena en el Policentro
Leer másEste es el concepto del autocine, nacido en los años 30, aunque tuvo su mayor apogeo tras el fin de la segunda guerra mundial. Durante ese tiempo, llegaron a existir más de 4.000 de estos establecimientos solo en Estados Unidos. En el 2019, quedaban menos de 350.
Sin embargo, en el mundo post-coronavirus, el autocine se convierte en la opción perfecta de ocio, pues cumple con las medidas de distanciamiento social y resulta igual o más entretenido que una salida común.
En Ecuador, Quito abrió su autocine SOUL el 27 de junio, en el que proyecta filmes ecuatorianos, estadounidenses y películas independientes a partir de las 19:00.
En Guayaquil, entrará en funcionamiento el Policine-Auto, a partir del 19 de julio. Las películas serán proyectadas los domingos en un espacio de 2.500 metros cuadrados en los exteriores del Policentro.
Richard M. Hollingshead Jr., el inventor del autocine, probablemente estaría sorprendido al ver que casi 100 años después, su idea para promocionar su marca de lubricantes iba a convertirse en la solución para ir al cine sin arriesgarse al contacto social en el año 2020.
Quito rescata el autocine como opción cultural segura frente a COVID-19
Leer más'VINTAGE' EN LA MODERNIDAD
Varios países en el mundo están retomando esta moda vintage en la nueva normalidad.
En Europa, se ha vivido un resurgimiento único. Desde el inicio de la pandemia se han abierto 30 autocines en Alemania, y se han consolidado como una forma de ocio rentable y satisfactoria.
Para dar cabida al Festival Internacional de Vilnius, se abrió un autocine improvisado en un aeropuerto vacío en Lituania.
En España, habían 8 autocines previo a la pandemia, y se espera que este número crezca en la nueva normalidad. La última incorporación al sector de autocines en este país ha sido el Cinemacar en Alicante, que se ha convertido en la pantalla al aire libre más grande de Europa, con un espacio para 400 carros y arcos de desinfección para los coches y las personas del establecimiento.
Latinoamérica no se queda atrás. En Colombia, la empresa Cinemas Procinal se encargó del montaje de la experiencia en Medellín. Proyectó la película Bloodshot en una pantalla de 115 metros cuadrados, y el sonido transmitido a una frecuencia accesible desde la radio de los vehículos.
En Brasil, el autocine de Brasilia admite hasta 150 carros por función y presenta tres funciones diarias a partir de las 18:00.
Las instalaciones de autocines se han popularizado una vez más alrededor del mundo en el contexto de la nueva normalidad, porque la moda siempre regresa, aunque en este caso se ha tomado casi un siglo.