Belén Franco: "Me he sentido discriminada hasta en los insultos"
La actriz que estudió en Argentina se hizo el baipás gástrico para bajar de peso. Llegó a 350 libras.
Aunque la actriz, productora y comediante María Belén Franco (37) se hizo el baipás gástrico para bajar de peso, no fue una decisión tomada a la ligera, como ocurre muchas veces. Antes de ingresar al quirófano, el 25 de enero de este año pesaba 350 libras. Ya tiene casi 40 libras menos. Mide 1,57 metros.
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Leer más“La gente siempre ha creído que peso menos, que tengo menos edad y más estatura”, cuenta entre risas mientras la maquillan para esta producción. A Argentina viajó a estudiar actuación y dirección de espectáculos. A los 24 años se inició profesionalmente. Su ‘fuerte’ es el teatro. La primera obra en la que participó se llama 'Gorda, el peso del amor,' dirigida por Viviana Cordero, y Thalía es el personaje de 'Maleteados', serie de TC, por la que se la recuerda en TV.
¿De qué manera la ha limitado el peso en su vida?
Al comienzo me limitó porque escuché las voces equivocadas que me decían que no iba a trabajar en el medio porque no querían gente como yo. Nunca fui delgada, pero en Buenos Aires se inició mi sobrepeso, me dio depresión, debido a una baja de litio. Hay dos formas de saciar esa baja, la una es comiendo dulces y la otra con cocaína.
Yo me fui por la primera. Siempre tomé mucha agua, pero de repente la Coca-Cola se convirtió en una necesidad diaria. Ni siquiera los jugos. Mi dieta incluía galletas de coco con gaseosa. Cuando regresé a Guayaquil estuve en terapia con un psiquiatra. Mi madre (Marcela) decía que cuando yo esté bien volvería a Argentina. Logré estar bien anímicamente, pero mantenía el sobrepeso.
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Leer más¿Someterse a una operación fue una decisión que le costó?
Hace 13 años, mi mamá quería que me opere, sin embargo, consideré que no era el momento. Podía ingresar al quirófano, pero estaba rota por dentro, ya tenía esa baja de litio. Primero había que tratar aquello, además, tengo un miedo ilógico a las agujas. Entonces no lo acepté. Todavía estoy gorda, sin embargo, ahora me siento feliz. La intervención fue la mejor decisión que he tomado en la vida.
¿Cuáles son los principales cambios a nivel salud que ha tenido?
Ya siento la mejoría en todo. Era hipertensa, sufría dolor en las rodillas, tenía problemas de movilidad. No soy diabética, pero seguramente estaba a un paso. Ya no tomo la pastilla de la presión. Es loco el cambio a nivel salud. Antes quizá no era el momento porque no necesitaba un bariátrico, sino un psicólogo; si me operaba lo necesitaba, sino también.
Las personas con sobrepeso son más vulnerables que otras y la pandemia las puso en peligro.
La COVID-19 me dio en 2022, cuando la situación era menos complicada. No solo yo era una paciente vulnerable, mi mamá también porque tiene sobrepeso. En 2019 le dio un derrame en el pericardio, le salvaron la vida en el hospital Guayaquil. Estuvo dos meses y medio internada, vivo agradecida con esos médicos.
La realidad es que en este país no saben cómo tratar a personas con obesidad. Ella pesa lo mismo o más que yo, pero no se ha operado. Se lo ha considerado, la gente no entiende que una intervención de esta naturaleza no es por estética, sino por salud.
Pronto será muy obvio su cambio...
No me presiono con las libras que perderé. Estoy siendo estricta con mi cuerpo y salud. Mi cuerpo y estómago son nuevos. No he pasado por esto para no hacer lo que me indican, no estoy sufriendo el proceso. Las primeras dos semanas seguí una dieta exclusivamente líquida. La gente siempre tiene una opinión, me decían que iba a desear no haberme operado, no ha sido así.
¿El sobrepeso ha sido un obstáculo para el amor?
Mi cabeza ha sido un obstáculo, mi parte sentimental está bien y tranquila. Estoy hablando con alguien. Pero estoy enfocada en mi proceso, el resto puede esperar. Todo es actitud en esta vida, es la seguridad la que cuenta, aunque a veces la pierdes, pero creo que aquello ocurre seas gorda, flaca, baja o alta. La gente me dice que los hombres me van a llover, pero yo no he hecho esto por ellos, lo he hecho por mí. Si me llueve, que sea algo que valga la pena.
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Leer másLa gente está acostumbrada a elogiar desde lo físico. Me decían que cuando me opere iba a ser bonita, que ya lo era, pero que ahora lo seré más. Siempre me han validado la cara, pero no de manera general. Hasta para hacer casting me decían ‘eres muy linda de cara’. Eso lo cuento en un stand up, en el cual soy irónica. Me gusta entretener, pero con verdades crudas. A las negras no les dicen ‘eres negra, pero honesta’.
Me he sentido discriminada hasta en los insultos, porque los que dicen gorda fea, gorda asquerosa u horrorosa, nunca me han dicho gorda puta (risas). Es como que las dos palabras no se juntan, porque se cree que no podemos ser deseables ni sexis. Siempre he dicho, la sensualidad no es de flacas, sino una actitud.
¿Ya ha retomado el trabajo?
Estoy haciendo mucho stand up. A los 19 días de haberme operado, di mi primer show. Volveré a presentarme en abril en 'Te odio gorda'. Es una obra maravillosa. Quieren que la haga antes de que esté flaca (risas).
¿Considera que existe gordofobia en esta ciudad?
Los problemas son muchos. Por ejemplo, no hay sillas para gente con sobrepeso, cada vez son más pequeñas y endebles. Las sillas de plástico son un terror. Cada vez que vas al médico, todos dicen que es culpa del sobrepeso, así sea que acudas al dentista. Existe gordofobia a nivel salud, no lo acepto porque es discriminar. No se diga en el trabajo, sobre todo para las mujeres.
Recuerdo en una entrevista para un puesto de productora en Ecuavisa, cuando me vieron, pusieron una cara de terror y dijeron que era gorda. Y no tenía el sobrepeso de ahora. Tomaron la decisión otras personas.
¿Por su peso le cerraron las puertas como actriz en algunas ocasiones?
Ha ocurrido algo interesante, no sé si ha sido mi actitud, mis ganas, pero he tenido el privilegio de que soy blanca. No sé si hubiese sido negra y gorda, qué habría ocurrido. En actuación, he sido lo que yo he querido, no solo he hecho papeles de gorda. Con cada personaje me he ido reafirmando, antes de ser gorda, soy actriz.
Cuando hice la audición para 'El diario de la Pamela', el director mexicano Sebastián Sánchez A. me dijo que no le importaba si era gorda y que me escogió porque era la mejor. Siempre he tenido claro que nunca haré personajes que se burlen de mi condición. No me presto para aquello.
¿Seguramente ya se los han ofrecido?
Hace poco rechacé algo en redes sociales porque era una burla para las personas con sobrepeso. En televisión me han dicho: “Es que necesitamos a alguien como tú”. “¿Cómo es alguien como yo?, les he respondido”. “Eres bonita de cara, pero gordita”. En esa ocasión les pedí que me contaran la escena.
Se trataba de una pareja en una situación amorosa, yo debía ponerme encima de él y hacer como que lo aplastaba. No me interesó. Por todo esto me demoré en aceptar el papel en 'Maleteados', tenía miedo, no quería burlas. Entré casi al final. Yo ya había trabajado en teatro con José Rengifo, quien me comentó que él estaba escribiendo parte de la historia y que iba a evitar que eso ocurra.
Pero a medida que llegaron los guiones, noté que los chistes se subieron de tono porque había un equipo de libretistas. Hablé y los cambiaron. También sucedió que como Alfredito (Ricardo Velasteguí) era un personaje muy querido, me llegaban mensajes diciendo que tenía que suicidarme, que no era digna de él porque parecía ballena, que les daba asco. Fue muy duro. Tuve que hablar con la producción, siempre se portaron bien.
En las peores o tristes situaciones, ¿quiénes han sido su refugio?
Cuando ingresé al quirófano, entré libre de muchas situaciones. Me refugié en mis amigos, son maravillosos. Soy hija única. Cuando mi mami estuvo a punto de morir, ellos estuvieron siempre ahí. Además, me refugié en mi trabajo, yo amo actuar, amo entretener.
Tal vez luego del peso anhelado deba someterse a más operaciones, la piel es la que más sufre...
Me han dicho que todo va a depender de mi proceso. Es por eso que debo hidratarme, hacer gimnasia y cuidar la alimentación. Soy una persona a la que le gusta la actividad física. Volveré a entrar al quirófano, tal vez para cortar piel. El 25 de enero fue un día mágico, ese día renací.