Benjamín Rosales Peña recrea un oscuro episodio de la historia guayaquileña

Miércoles 1 de enero de 2020. El 2019 ha acabado, llevándose con él el caos generado por las protestas regionales. Al igual que cada año, el día empieza con una promesa anclada en la esperanza, en la ilusa certeza de que el año que empieza será mejor que el anterior.

Y así lo es por un par de semanas, hasta que el protagonista de ‘Libra de dragón’, primera novela del empresario Benjamín Rosales Peña, acude a La Bahía en busca de descuentos.

Ahí se encuentra a los propietarios chinos de los locales comerciales ataviados con mascarillas, evitando mayormente el contacto con el público. Es la primera señal de la hecatombe que pronto aterrizará en Guayaquil como un huracán, sumiendo a la ciudad en el caos y en la muerte.

El narrador, testigo y partícipe de los acontecimientos, conduce al lector a través de las calles de una ciudad devastada, explorando los efectos de la pandemia no solo en términos de mortalidad, sino también en el tejido social y moral de Guayaquil.

Pero ¿por qué escribir sobre un episodio que muchos prefieren olvidar?

“La idea de escribir este libro nació en plena pandemia, producto de la ansiedad que me provocaba la situación. Amigos y conocidos me llamaban a preguntarme qué pasaba en Guayaquil, porque estábamos en la primera plana de los periódicos”, señala Rosales.

Y si bien había escrito desde la universidad, esos proyectos los guardaba sin mayor intención de que vieran la luz.

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“Siento que meterme en la ficción fue un poco de locura, pero cuando empecé a escribir me di cuenta de que lo que estaba haciendo era una introspección personal en la que trataba de explicar y entender lo que pasó en Guayaquil y por qué pasó”, afirma.

Es así que en ‘Libra de dragón’ el protagonista reflexiona sobre lo que ve y vive, a manera de diario, de un recuento de la cotidianidad.

La ficción, un espejo que refleja el horror

Los capítulos inician siempre con una fecha y se van introduciendo en el caos del covid 19 partiendo del primer mes de 2020 hasta caer de lleno en el confinamiento y su debacle.

“Siento que, aunque apenas han pasado cuatro años, es una novela histórica. Tiene cifras, tiene datos de lo que sucedió en esa época, datos que son difíciles de olvidar”, comenta.

Añade que uno de los principales retos para el proceso de escritura fue la constancia.

“La escritura demanda muchísimo tiempo, tienes que ser muy disciplinado”, dice.

Pero la obra no concluye tras el levantamiento de las restricciones, o tras la pérdida de los seres queridos. Ni siquiera se detiene ante las peripecias económicas que aquejan a la urbe, sino que ahonda en el inicio (o más bien en la visibilidad radical) de una violencia que si bien siempre estuvo presente, se agudizó tras la pandemia.

“1 de diciembre de 2020”, señala uno de los pasajes, titulado ‘Bala perdida’. “Estas son historias distintas. Son más preocupantes. Casos de delincuencia común: asaltos, secuestros exprés, robos. Balaceras en barrios residenciales y zonas públicas, donde muchas veces las víctimas son colaterales”, reflexiona el protagonista.

“La inseguridad y la delincuencia son otro tipo de pandemia”, afirma Peña Rosales. “Me parecía necesario hablar de lo que estamos viviendo”.

La novela, publicada por la editorial española Caligrama se lanzará próximamente en el Puerto Principal.

¿Quién es Benjamín Rosales Peña?

Es un empresario guayaquileño con más de veinte años de experiencia en el desarrollo y la gestión de negocios multinacionales, el sector agrícola de la producción de cacao y el sector camaronero. Libra de Dragón publicado por la editorial Caligrama, es su primera novela.