El boom asiático en Hollywood
La industria cinematográfica de este continente está acaparando mucha atención y reconocimiento. ¿Moda pasajera o es el comienzo de un sólido camino?
En el 2020 el filme Parásitos, dirigido por el surcoreano Bong Joon-ho, fue galardonado en la ceremonia de los Óscar con cuatro reconocimientos: mejor director, mejor guion original, mejor película extranjera y mejor película.
Haberse llevado el premio en esta última categoría fue todo un hito, al haber sido la primera cinta de habla no inglesa en hacerlo. Esta fue la cinta que abrió el camino para que el premio más importante del cine occidental abrace el talento asiático.
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Leer másY este 2023 el boom ha seguido. Aunque la producción de Everything, everywhere, at all once estuvo a cargo de la empresa estadounidense A24, la dirección la hizo el estadounidense de origen chino Daniel Kwan y sus protagonistas son del país asiático. En la reciente gala de la Academia se llevó siete estatuillas.
El tema global de la inclusión y las ganas que tiene Hollywood por ‘corregir’ sus prejuicios pueden ser dos posibles razones por las que el cine está apostando por ver hacia otros horizontes, en los que el paisaje provoca bastante optimismo.
Una acción importante para que esto sucediera fue que en 2015 la activista y escritora April Reign comenzó una campaña de protesta digital a través de Twitter, con el hashtag #OscarSoWhite, para resaltar la falta de diversidad entre los nominados. Por ejemplo, entre los 20 candidatos a mejor actriz y actor no figuró ningún latino, asiático, negro o de otra minoría.
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Leer másA partir de ahí, empezaron a salir muchos más datos y cifras que sustentaban la falta de apertura y oportunidades para otras etnias. De hecho, la investigación La lista de inclusión, que estudia la diversidad en los Premios de la Academia durante los 95 años de historia, publicó que en los ocho años anteriores a las reclamaciones, solo el 8 % de los aspirantes a los premios no eran blancos.
Las cosas parecen estar cambiando. El número ahora aumentado a 17 %, y quienes mayor rédito han sacado son los intérpretes de Japón, China y Corea del Sur. En el caso del último país, su gobierno brinda un gran apoyo a la industria cinematográfica, lo que se ve reflejado en las grandes producciones presentadas en todo el mundo.
Los productos culturales provenientes de este continente se están acoplando a la perfección a la cultura pop global. Lo podemos notar también en la música: el k-pop se ha convertido en uno de los géneros más populares y queridos.
Y no podemos olvidar a China y Japón. Según indica una publicación de la revista Variety, se han posicionado como el segundo y tercer país más taquilleros después de Estados Unidos.
La transformación -o evolución- en los premios es visible. Sin embargo, ¿será una tendencia pasajera o un verdadero cambio estructural? La respuesta se conocerá únicamente con el tiempo y con las próximas propuestas cinematográficas.