Cabaret, el musical llega a las tablas con estilo ecuatoriano

La afamada era del jazz está en su declive final, cuando el escritor norteamericano Clifford Bradshaw llega a Berlín, Alemania. La tensión política entre la derecha y la izquierda ha empezado a escalar, y el temor se siente en las calles. Sin embargo, al interior del Kit Kat Klub todo es fiesta. Es ahí que Bradshaw conoce a Sally Bowles, una joven cantante británica que aspira a la gran pantalla.

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Así arranca Cabaret, el emblemático musical que sacudió Broadway a fines de los años sesenta y que se convirtió en una de las obras más famosas de todos los tiempos, catapultando al estrellato a artistas como Liza Minelli y Michael York.

La pieza ahora llega a la capital de la mano de la productora Increscendo, y con un elenco que reúne a reconocidos artistas, entre ellos Carolina Sabino, Álex Cisneros, Nicole Rubira, Mateo Terán y Pancho Arias. Esta se estrena el viernes 10 de mayo en el Teatro Nacional Sucre y contará con cinco funciones.

Carlos González, director de Increscendo, señala que la idea de montar Cabaret surgió hace varios años, pero se vio frenado por el arribo de la pandemia. Si embargo, tras conseguir la licencia para montar la obra, decidieron continuar, y hacerlo con banda en vivo sobre el escenario.

Y aunque parte del acuerdo con la compañía que otorga la licencia sobre la obra a productoras a nivel mundial es que la puesta en escena sea fiel al guion y a la música, este asegura que la pieza tendrá ciertos guiños propios, muy al estilo nacional. “Estamos respetando el guion, pero hemos añadido una sorpresita”, dice risueño.

Para el elenco, la puesta en escena fue intensa. Los ensayos se realizaron a diario desde hacer dos meses y para muchos de ellos implementar el baile, el canto y la actuación en escena fue un desafío. “Ha sido un reto, pero uno muy bueno porque nos ha permitido a todos aprender muchísimo”, comenta Nicole Rubira, quien interpreta a Sally Bowles.

Para Álex Cisneros, quien dio vida al personaje de Emcee hace trece años, volver a reprisar el rol ha sido una grata experiencia. “Tuve que entrar nuevamente en el traje de Emcee, y tenía que hacerlo con todas las ganas y todas las fuerzas”, señala.

En los últimos dos años, Increscendo ha montado otros reconocidos musicales, entre ellos Mama Mia y Grease. La respuesta de la audiencia nacional a este tipo de piezas, explica González, es positiva, por ello decidieron continuar este año con Cabaret.

“El teatro musical tiene una gran acogida. Tenemos la gran suerte de ver a la gente salir del teatro con los ojos brillando. El arte te toca, te transforma, te sostiene y es importante seguir trabajando, sobre todo en un momento en el que nuestro país necesita un poco de alegría y de arte que te haga pensar”, señala.

Cabaret tendrá funciones el 10, 11, 17, 18 y 19 de mayo, en la sala principal del Teatro Sucre. Los viernes serán a las 19:30 y los sábados y domingos a las 18:00.

Una popularidad que renace

González asegura que cuando solicitaron los derechos para montar Cabaret, nunca esperaron que otras adaptaciones también se alistaran en México y Chile, o que el emblemático musical volviera a Broadway. “Fue completamente inesperado”, señala.

Sin embargo, considera que, frente a los numerosos conflictos mundiales que se viven en este momento y a la incertidumbre futura sobre lo que estos puedan desencadenar, es comprensible que la pieza vuelva a la palestra pública, pues el hecho de que se desarrolla durante los inicios de un conflicto bélico mundial resuena con las audiencias. “Lo mismo que pasó hace cien años sigue pasando hoy, y es algo con lo que uno se conecta sentimentalmente”, afirma.

En una de las últimas páginas de Goodbye to Berlin, obra que inspiró Cabaret, el autor Christopher Isherwood lo había resumido así: “La tarde parecía un ensayo de vestuario previo al desastre. Era como la última noche de una época”, escribió.

Sally Bowles, una mujer inolvidable

Para Nicole Rubira, encarnar a la protagonista de Cabaret ha sido un reto, pues Sally Bowles es un personaje icónico en el mundo del teatro musical. Pese a ello, la artista guayaquileña ha encarado el desafío con su propio estilo.

“Me siento extremadamente agradecida de que hayan confiando en mí para este rol. Me gusta mucho interpretar a Sally, quien es una cantante y actriz frustrada, una mujer de la vida alegre, que intenta conseguir sus sueños, pese a no darse cuenta del mundo en el que vive, o de lo que está pasando, y eso es algo a lo que debe despertarse”, explica.

Curiosamente, el personaje está basado en una mujer de carne y hueso, la escritora y activista política Jean Ross, fallecida en 1973.

Ross conoció a Christopher Isherwood, autor de la pieza, en 1931 en Berlín, cuando ella apenas tenía 19 años y laboraba en un cabaret de la ciudad. Sin embargo, la guerra cambió su vida. En 1936, esta colaboró como reportera de guerra en España y luego se transformó en activista por el partido socialista británico.

Su hija, Sarah Cauldwell, ha señalado que Ross nunca se sintió identificada con Sally, pues resumía una época muy breve de su vida.

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