La otra cara de Hollywood: infancias vulneradas y la pérdida de la inocencia
Exponer sus encantos a temprana edad les dejó cicatrices emocionales. Tres actrices, que han hablado sobre ello, bajo análisis.
Durante décadas, el cine ha permitido abrir una ventana hacia nuevas historias y mundos completamente lejanos, que podrían existir solo en la imaginación. Hemos soñado despiertos con historias de caballeros y princesas, vaqueros, naves que van por el espacio y, sin embargo, detrás de este mundo de fantasías se esconden historias difíciles de contar.
La infancia es una etapa de la vida que debe ser cuidada con el mayor recelo, pero para las niñas que tuvieron que exponerse como encantadoras, seductoras e incluso sexuales, esto no pudo ser posible. Vivirán en nuestra memoria aquellos rostros inocentes que para poder brindarnos fábulas, debieron enfrentarse a los más crueles abusos y la interrupción de su pureza.
Michelle Pérez, docente de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, sostiene que esos niños lastimados a la edad adulta, por lo general, tienen uno de dos patrones de comportamiento: censuran por completo la sexualidad y la vuelven un tema tabú o la viven de manera promiscua y temeraria.
Shirley Temple: la niña que lo inició todo
Corría el año de 1932 cuando, en una escuela de arte de Los Ángeles, un cazador de talentos descubre a Shirley Temple, la niña de los rizos de oro que conquistó Estados Unidos durante la Gran Depresión. Con solo 3 años hizo su primera aparición para la gran pantalla: 'Baby Burlesks' una serie de ocho cortos cinematográficos con contenido sugerente, protagonizado en exclusiva por niños.
Luego de aquel estelar, el éxito de la actriz fue tan gigantesco como innegable. Se decía que Shirley Temple había levantado el orgullo de los estadounidenses, con un récord de películas y hasta el Óscar en la categoría Premio juvenil, en 1934.
Pero no todo era color de rosa. En sus memorias tituladas 'Child Star', Shirley revela que cuando tenía 12 años un productor de MGM se bajó los pantalones para exponerle sus partes íntimas. Ella solo sonrió y él, al percatarse de la inusual reacción de la niña, se enojó y la expulsó de la oficina en la que se encontraban.
Brooke Shields: un ícono de los 80
Una de las mujeres más atractivas y relevantes del Hollywood ochentero fue sin duda la actriz neoyorkina Brooke Shields. Cuando cumplió los 11 años, protagonizó la cinta 'Pretty Baby', en la que interpreta el papel de una niña prostituta que vende su castidad al mejor postor. Años más tarde, estelarizó la inmortal cinta de Randal Kleiser, 'La laguna azul', junto a Christopher Atkins, entonces de 19 años. En este papel se muestra en la pantalla parcialmente desnuda durante toda la película, además de filmar varias escenas con contenido sexual. Solo tenía 15 años.
Shields relata en dos libros de memorias cómo fue el blanco perfecto para depredadores que buscaban sexualizarla y los abusos que vivió tras interpretar papeles que exponían su sexualidad abiertamente. Todo dio un vuelco cuando el pasado 13 de enero Shields estrenó en el Festival de Cine de Sundance su documental 'Pretty Baby' en el que cuenta por primera vez la traumática experiencia de haber sido abusada sexualmente después de una cena de trabajo cuando tenía 20 años.
La actriz relata que accedió, en un acto de inocencia, a subir a una habitación de hotel junto a quien más tarde se convertiría en su agresor y relata: “La puerta se abre y sale desnudo. Yo estaba con los prismáticos, cuando los bajo, ya lo tenía encima”, declara Shields por primera vez a sus 57 años y agrega: “No peleé mucho, no lo hice. Me quedé congelada. Un ‘no’ habría sido suficiente, pero solo pensé: ‘Mantente con vida y después te vas’”.
La problemática, que no se limita al mero acto de la transgresión, la llevó a sentirse culpable durante años.
Dominique Swain: la eterna Lolita
Aunque Dominique Swain tenía 17 años cuando dio vida a Dolores Haze, el impacto mediático que generó su polémico papel sobrepasaba la capacidad de la actriz por mantenerse estable.
Swain declara que después del estreno de la cinta en 1997, los productores se contactaban con ella para ofrecerle más papeles que explotaran la sensualidad que mostró en Lolita, encasillándola para siempre a ser un símbolo sexual. Al inicio, Dominique aceptó algunas de las propuestas, pero luego las fue declinando hasta que la industria terminó por no tenerla más en cuenta. La eterna Lolita se convirtió así en una desconocida en el mundo del cine. “Mi destrucción como persona proviene de Lolita”, declara en una de las pocas ocasiones en las que habló del tema.
Aunque en el film se utilizaron dobles para las escenas más fuertes, la actriz debió filmar varias tomas sugerentes y con tocamientos a Jeremmy Irons. El actor interpretaba a Humbert y por ese entonces tenía más de 40 años.
Desentrañando la psique
Para Michelle Pérez, también máster en Neurociencia Cognitivia y Atención Temprana especializada en España, los niños en Hollywood viven una infancia "arrojada al vacío", marcada por una soledad constante y en la que les resulta difícil expresar sus necesidades.
"Esa es una etapa de la vida en la que el ser humano se muestra más vulnerable. Es la más importante, porque es ahí cuando se ‘construye’ emocional y psicológicamente, incluso en su percepción de género. Es en ese periodo cuando el niño va forjando lo que realmente quiere ser".
Afirma que exponer la intimidad de los niños de manera tan amplia puede implicar que se vuelvan más retraídos, inseguros y hasta violentos con ellos mismos o con su entorno, pues se genera una pérdida de la identidad que el niño apenas se encuentra descubriendo en sus primeros años de vida.
