Carlos III se emociona en las carreras de Ascot
El evento social más importante de Reino Unido. El caballo del rey de Inglaterra ganó un premio.
Carlos III es un sentimental y se emociona fácilmente. Aquello se vio en las carreras de Ascot, la cita ecuestre más famosa del mundo y de Reino Unido. A nadie se le ha hecho raro que haya ido en contra de un viejo precepto: “no conocerás lágrimas de rey”, en alusión a que los monarcas no lloran en público.
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Leer másNo pudo evitar esconder su emoción, ante el triunfo de su caballo Desert Hero, que heredó de su madre, la fallecida Isabel II. El motivo de las lágrimas no es el triunfo sino la nostalgia por la partida de su madre, hace solo nueve meses.
La monarca tenía tal pasión por los estos animales, que decía que si el destino no le hubiese asignado ese rol, se habría dedicado de lleno a ellos. Sin embargo, su cargo no le impidió ser una de las mayores caballistas del Reino Unido. Mucho de su tiempo libre se lo dedicó a sus establos, donde solía decidir qué cruces realizar y asistir a las inseminaciones de las yeguas. A menudo, viajaba a otros países en busca de los mejores sementales.
Además Isabel II era una fanática de las carreras de Ascot, a las que solo dejó de asistir dos veces, desde que empezó a ir desde niña: en 1946, debido a que estaba de viaje, y en 2020, a causa del confinamiento por la pandemia. Y no iba como simple espectadora, sino que muchos de sus ejemplares compitieron en las carreras y obtuvieron un total de 24 triunfos.
El rey no habló con la prensa, pero sí lo hizo su sobrina, Zara Tindall, hija de la princesa Ana. En entrevista para ITV, luego del triunfo del caballo de su tío, declaró: “Es agridulce pensar cuán orgullosa y entusiasmada habría estado la reina” por esta victoria en las pistas.
Zara y su progenitora son quizá los miembros de la familia real que más fuertemente heredaron la pasión por los caballos. Ana representó a Inglaterra en los Juegos Olímpicos en las competencias ecuestres, su hija también es equitadora profesional.
Carlos celebró desde el palco real, acompañado por su esposa, Camilla, quien también es muy apasionada por los caballos y los perros. Esta buena noticia para la familia real se dio en el tercer día de las carreras, conocido como el Ladie’s Day, o día de las damas, en que ellas sorprenden con sus extravagantes sombreros.
Las carreras de Ascot son una tradición que se inició en 1711, por iniciativa de la reina Anne, antepasada de Carlos. Por eso, el nombre completo del evento es Royal Ascot.