Catherine Velasteguí: "Nosotros siempre quisimos una niña y fuimos a lo seguro"
La actriz se sometió a un delicado y costoso tratamiento para lograr ser madre de una nena. En diciembre alumbrará mellizos.
La familia de Catherine Velasteguí (36) se agranda con la llegada de mellizos (un niño y una niña). La actriz tiene seis meses de embarazo y es madre de Dante Reinoso (8), fruto de su relación con el actor cómico David Reinoso (49), quien además es padre de Luis David (19). A pesar del tiempo de gestación, casi no ha ‘botado barriga’. Lo que permitió que su estado pase desapercibido para amigos y la prensa rosa.
Cristina Reyes: "Estoy derretida de amor"
Leer más¿Por qué decidió mantener en secreto la llegada de los nuevos miembros de la familia?
Estoy terminando mi segundo trimestre de embarazo. No lo dije antes porque, primero, no tengo mucha barriga y, además, como los niños llegan tras un tratamiento médico, siempre existen riesgos, por lo que consideramos que era mejor esperar. Decidimos disfrutar mi estado y mantenerlo casa adentro.
¿Qué tratamiento hizo para ‘encargar’ mellizos?
En primera instancia queríamos una niña, luego dos. Si yo hubiese concebido de manera natural, lo seguro habría sido un varón. Así lo supimos tras un estudio. Nos sometimos a un screening genético, el cual no solo permite escoger el sexo de los bebés, además da el diagnóstico precoz de enfermedades. Así se está seguro de que los hijos llegarán diez sobre diez.
Efraín Ruales: Nachita, Alejandra y sus amigos, lo recordaron en su cumpleaños
Leer más¿En qué consiste aquello?
A mí me sacaban o recolectaban los óvulos y David daba su muestra. Luego los embriones los enviaban a Estados Unidos. Hicimos tres intentos. Muchas parejas se someten a este tratamiento por problemas de fertilidad, además otras para saber que sus hijos estén sanos. La clínica está en Quito, los controles los hacen en Guayaquil y los estudios en Estados Unidos.
Es un procedimiento caro, cada estudio oscila entre 12.000 y 15.000 dólares, tampoco podíamos volvernos tan caprichosos. Si Dios nos mandó una niña y un niño debíamos aceptarlo, aunque nosotros queríamos dos nenas.
No es algo que se dio de la noche a la mañana...
Antes hice una dieta para concebir una nena con una bióloga argentina, pero no dio resultados. Ha sido un proceso de cuatro años. Primero hubo desinformación, porque no sabía que en estos casos es mejor congelar óvulos desde muy joven. Yo le dije a la doctora que era joven, sana y que no soy infértil.
Pero para este tipo de procedimientos, no es lo mismo la ovulación en una chica de 20 años que a mi edad. Me demoré en la recolección de los óvulos. En 2019 ocurrió el accidente de tránsito (en la vía Ventanas-Puebloviejo) en el que corrió peligro mi vida y el año pasado la pandemia.
En su caso, ¿cuáles eran los riesgos?
Desde que me hicieron la transferencia de los bebés debí esperar unos días para hacerme la prueba de embarazo, que salió positiva. Siempre existe el riesgo de que los embriones se desprendan. Con Dante tuve achaques fuertes, prácticamente hasta que alumbré; ahora ha sido el doble.
Tuve que cambiar la alimentación porque vomitaba lo que comía y eso me preocupaba. Eliminé casi los condimentos. Solo consumo algo de sal, pimienta, limón y nada más. Como muchos vegetales y frutas. Ya no corro, camino ocho o diez kilómetros a diario. Nacerán a través de cesárea en diciembre.
Usted puede ser madre de manera natural. A veces nos volvemos exigentes y obtenemos lo que queremos sea como sea...
Nosotros siempre quisimos una niña y fuimos a lo seguro. Cuando nos casamos hubo la ilusión de ser padres de una nena. Dante nació y llegó a iluminar mi mundo y el de David. Nosotros nos divorciamos, después de cuatro años volvimos y el anhelo de tener una hija se mantenía. Fue algo planificado, pero gracias a Dios teníamos un prepuesto. Si existen estos procedimientos, no considero que sea malo acceder a ellos.
¿De alguna manera se juega a ser Dios?
Queríamos una niña, después dos, por eso hicimos tres intentos. Nos volvimos algo caprichosos, pero luego comprendimos que no estaba bien. Dijimos que sea lo que Dios mande. Lo que queremos es agrandar la familia. Al principio yo, sobre todo, estaba con esa ansiedad y sentía todo el peso de querer dos hijas. Todo esto ocurrió antes del accidente. Aquello me hizo reflexionar en que no podía ser caprichosa.
Los nombres de los bebés
Catherine y David escogieron el nombre de Sabina para la niña. Es de origen latino. Todavía no han decidido el que le pondrán al varón. “Nosotros preferimos los nombres cortos y uno solo”, cuenta la actriz.
Lidiar con un recién nacido no es tarea sencilla, por las malas noches y los llantos. Con dos al mismo tiempo seguramente será más complicado.
Todos, me refiero a familiares y amigos, nos asustan por tener dos hijos al mismo tiempo. Nos preguntan cómo haremos para cuidarlos, pero nosotros estamos tranquilos y relajados en ese sentido. Nos tocará porque así lo decidimos. No estoy sola, David también colabora en la crianza. A nosotros se nos hace agua la boca por vivir esta aventura. Con Dante no tuve problemas, simplemente me pongo el chip de mamá. David es papá luchón.
¿Cómo tomó Dante la llegada de sus hermanitos?
Contaré una anécdota. Dante conservó el secreto de mi estado hasta donde pudo. Cuando regresó a la escuela, el primer día de clases contó que iba a tener dos hermanitos. Entonces, yo estaba en Estados Unidos. Mi hermana Evelyn me mandó un mensaje, pero antes vi unas notas en las redes sociales que decían que él había confirmado mi embarazo. Las borré de inmediato y la noticia no trascendió.
Está feliz con la buena nueva, aunque nos ha preguntado si lo vamos a querer menos porque ahora la atención estará puesta en sus hermanos. Le hemos explicado que a todos los hijos se los quiere. Tratamos de integrarlo en las actividades para que no se sienta marginado.
¿Considera volver a casarse con David?
Nos divorciamos y no nos volvimos a casar. Lo hemos considerado, lo haremos en algún momento. Separados estuvimos casi cuatro años. Jamás pensé que regresaríamos, ese capítulo estaba cerrado. Todo se dio. Dios quiso ponerme de nuevo en su vida. No fue fácil, pero nos cogió con madurez.
El 6 de febrero del 2022 David cumplirá 50 años. Yo sigo en 'Radiación temprana' en radio Canela y trabajo con marcas en las redes sociales. David ofrece shows en el exterior. Recién regresamos de Nueva York. Allá tiene otras presentaciones. En Guayaquil hará una temporada de la obra 'Los incaducables'.
Usted estuvo al borde de la muerte y eso casi siempre lleva a la reflexión.
A causa del accidente me cortaron casi 45 centímetros de intestinos. Estos se trituraron. Me operaron dos veces. Volví a nacer. Cuando desperté, lo primero que pregunté fue si mis órganos reproductivos no estaban afectados. Quedaron unas cicatrices en la frente y en el estómago, pero aquello no me complica, ni me acompleja. Me cuidé durante ocho meses, luego retomé mi vida normal y el tratamiento para tener a mis hijos.
Cuando se ve de cerca a la muerte, es otra historia...
Ese día no me tocaba, pero confieso que tuve miedo. Recuerdo cuando David me levantó, cuando me bajaron de la furgoneta y en la ambulancia me quejaba y cuando estaba en el quirófano y me cortaban la ropa. Me da escalofríos solo de pensar en aquello. Le pedí a Dios que me dé otra oportunidad.
Se la dio. ¿Y cómo la ha aprovechado?
(Le dan ganas de llorar) Tengo la familia que siempre quise y añoré, pese a todo lo vivido como pareja. Caminamos sobre las nubes en este momento. Nos sentimos contentos disfrutando de nuestros hijos y viéndolos crecer. Disfrutamos de nuestro hogar a puerta cerrada y con la alegría de los bebés que vienen. David y yo aprovechamos el tiempo en familia porque hoy estamos, pero mañana no sabemos.