Cenotaph: “Nunca nos ha gustado ir con las tendencias”
Los mexicanos ‘se sacan la pica’ de su frustrado concierto en Ambato en 1996, con shows en Quito e Ibarra.
Los mexicanos Cenotaph vuelven a Ecuador 26 años después de los aciagos acontecimientos ocurridos en su malogrado show en Ambato. El 23 de marzo de 1996 un contingente de militares preparados como para la guerra, irrumpieron en el coliseo del barrio San Cayetano donde estaba programado el evento, para someter, golpear y arrestar a un grupo de jóvenes cuyos únicos ‘delitos’ eran tener el cabello largo y amar la música violenta.
Pero mucha agua ha corrido bajo el puente. A pesar de que Cenotaph se disolvió en 2002, su nombre fue creciendo con el tiempo, gracias a su impecable legado discográfico. Óscar Clorio, baterista y miembro fundador, siempre mantuvo el deseo de retomar la banda, lo que finalmente se concretó en 2018, y desde entonces se han presentado en Europa, EE. UU. y su país natal, además de que preparan ya su nuevo lanzamiento.
Precisamente Óscar atendió las preguntas de EXPRESIONES, antes de sus shows de esta noche en Quito (junto a Sucurbenoth y Fear) y mañana en Ibarra (con Epidemia, Necrofobia, Killme, Gastrorrexis, Chancro Duro, Ritual Pagano y Magicus Pacha Moon), antes de partir a Colombia.
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Su nuevo disco es esperado con ansias. ¿Cómo va el proceso?
Aprovechamos la pandemia para terminar de componer el nuevo álbum. Se crearon 10 nuevas canciones de las cuales nos sentimos muy orgullosos. Lo planeamos grabar en el primer cuarto del 2023, esperando que vea la luz a mediados de ese mismo año.
Todos sus discos son distintos entre sí. Por ejemplo, de su primer disco al Riding our black oceans (1994) hay un gran salto evolutivo en apenas dos años.
Yo ya tenía la inquietud de mover un poco nuestro sonido, requería de un nuevo reto. Le platiqué a Guillermo (Delgado, guitarrista fundador), quien me apoyó y empezamos a componer bajo esta nueva idea de hacer un cambio disruptivo. Cuando entró Edgardo (González, cantante), prácticamente le instruimos cómo queríamos la voz. La plasticidad que tenía como vocalista pudo darnos esa nueva propuesta y ahí el cambio se había consumado en su totalidad, ya que para ese entonces Julio (Viterbo, guitarra) ya se había incorporado a la banda, dándonos un impulso importante.
Si su tercer disco, Epic rites (1996), hubiera sido grabado en los estudios Fredman de Suecia, habría tenido una mayor exposición en los noventa. Pero el tiempo ha puesto las cosas en su lugar.
Habría sido muy interesante, aunque nunca tuvimos esta intención. No negamos la capacidad de su ingeniero ni del estudio, pero muchas bandas que grabaron ahí tenían un sonido similar y sonaban recicladas. Para nosotros es un gran disco, aunque muy melódico para mi gusto actual (risas), pero sí puedo decir que según mi forma de ver las cosas es el mejor disco de Cenotaph en cuanto a composición. Cuando tuvimos la oportunidad de grabar en Europa nos fuimos a los Spider House de Harris Johns en Alemania y quedamos muy conformes con el resultado en el Saga bélica.
Harris Johns es considerado uno de los responsables del sonido thrash alemán característico. ¿Buscaban eso cuando decidieron grabar con él?
Sí. Yo quería sonar como la batería de Witchhunter (Christian Dudek, de Sodom) en Agent orange. La idea del Saga bélica fue retomar todas las viejas glorias con las que me inicié en el camino de la música, cuando yo seguía muy metido en el death thrash. Tratamos de retomar esa nostalgia de forma más agresiva y fresca.
En ese momento todo el mundo esperaba un disco en la línea del Epic rites, porque el death metal melódico tenía gran acogida en la escena mundial. Y ustedes sorprenden con un disco con mucha influencia del thrash europeo.
Correcto. Nunca nos ha gustado ir con las tendencias, siempre hemos definido el camino de forma personal. Creemos que cada nuevo proyecto de la banda debe de representar un nuevo reto y nos aleja del espacio de confort.
¿Cómo ha sido esta nueva etapa trabajando con Arturo Vargas en las voces?
Arturo se ha adaptado muy bien y de antemano él es fan de la banda. Sabía lo que tenía que hacer y lo ha hecho muy bien hasta ahora, y seguirá mejorando con el tiempo y las experiencias arriba del stage. No ha sido fácil, pero creemos que la parte más complicada ya sucedió y ahora solo queda enfocarse en mejorar cada detalle de las canciones y en la creación completa de las nuevas composiciones.
“Mexicano, te vamos a sacar la p...”
Los miembros de Cenotaph también fueron víctimas del abuso de los militares aquella tarde de marzo de 1996 en Ambato. Esto es lo que recuerda Óscar: “En ese momento yo me encontraba junto con Guillermo contestando una entrevista para un fanzine en la calle, y la persona que me entrevistaba me dijo ‘Corre por tu vida, hermano’ y eso hice. Todos corrimos en direcciones distintas. Yo vi una casa con una tiendita improvisada y me metí corriendo a esa casa. Le dije a la dueña ‘Señora no sé lo que sucede, soy mexicano y nos están agrediendo los militares o no sé qué’. La señora muy amable me dijo que me metiera al baño, pero no pasaron ni 5 minutos y me tuve que salir de mi guarida porque los militares me esperaban con toletes y armas de todo tipo afuera de la casa. Cuando salí, lo primero que hicieron fue golpearme en el suelo. Yo gritaba que era mexicano y que fuera lo que fuera no tenía nada que ver. Ellos me gritaron algo así como ‘Mexicano, te vamos a sacar la p..., hijo de la gran p...’. Después de eso me subieron con maltratos al convoy y ahí continuó la historia.
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