Chappell Roan: la promesa del pop queer que rechaza las presiones de la fama
Aprendió a tocar piano a los 10 años. Proviene de una familia conservadora y llegar al estrellato no le ha sido nada fácil
Es una cantante queer que suele disfrazarse de payasa. Su nombre es Chappell Roan (26), es estadounidense y dice estar harta de que la gente quiera fotografiarse con ella en la calle. “No es normal y me importa una mierda si crees que es egoísta”, escribió en sus redes, donde su comentario se viralizó.
La intérprete del hit Good luck, Babe! parece no estar dispuesta a aceptar las consecuencias de la fama. “Si vieras a una mujer al azar en la calle, ¿le gritarías desde la ventanilla del coche? ¿La acosarías en público? ¿Te acercarías a una mujer al azar y le dirías: ‘¿Puedo hacerme una foto contigo?’. Y si ella te dijese que no, ¿qué carajo? ¿Te enfadarías con esa mujer que no conoces?”, expresó en su cuenta de TikTok.
@chappellroan Do not assume this is directed at someone or a specific encounter. This is just my side of the story and my feelings.
♬ original sound - chappell roan
Y continúa: “¿Te ofenderías si esa mujer dice que no tiene tiempo porque va a su propio ritmo? ¿Acosarías a su familia? ¿La seguirías por todos lados? ¿Intentarías entrometerte en su vida y acosarla en línea? Recuerda que es una mujer que no conoces... y ella no te conoce en absoluto”.
Está convencida de que ser artista no la obliga a sentirse cómoda con la exposición a la que está sujeta, y no le importa si creen que es “egoísta” de su parte “decir que no a una foto, a dar tu tiempo o a un abrazo”. Ese tipo de comportamiento, dice a sus seguidores, le resulta “espeluznante”. El video cuenta con más de 14 millones de visualizaciones.
Chappell Roan y su camino al estrellato
Comenzó a tocar el piano a los 10 años y, tres años después, demostró que también era buena para el canto. Kayleigh Rose Amstutz, su nombre real, adoptó su nombre artístico en homenaje a su abuelo. Proviene de una familia conservadora que la obligaba a asistir a la iglesia tres veces por semana. Sin embargo, cuando publicó sus primeras canciones en YouTube, la apoyaron. Tenía 17 años.
Su empeño por forjar una carrera musical la obligó a sacrificar los estudios secundarios. De hecho, no los terminó. “No fui a mi graduación y me perdí mucho de lo que podría haber sido mi adolescencia para luchar por este trabajo”, contó en 2022 a la revista Rolling Stone.
En 2018, se mudó de Misuri a Los Ángeles, una ciudad que, asegura, “le abrió los ojos” sobre su propia identidad. “Cuando llegué a Hollywood me di cuenta de que nada de lo que siempre había temido era verdad... sobre todo cuando se trata de la comunidad LGTBI”.
Desde ese momento, se identificó como una persona queer y se dejó conquistar por la estética drag propia de sus shows. Ahora es considerada una promesa del pop sintético y un ícono LGTBIQ+. Y aunque ha sido telonera de Olivia Rodrigo, asegura que no le interesa ser más famosa de lo que es en la actualidad.
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