Christian Valencia: El hombre que revivió a un teatro ‘fantasma’
El director del teatro San Gabriel, habla sobre el primer año del escenario capitalino
Caminar por la avenida América era para el dramaturgo Christian Valencia, un acto de nostalgia. Y es que, en el barrio de su infancia, el panorama había cambiado. Eran cada vez menos los transeúntes que se encontraban en la vía, pocas las luces que permanecían encendidas por las noches.
Un contraste, sin duda, a su juventud, cuando la vida del barrio era movida y emocionante. El punto de encuentro obligatorio era el auditorio del emblemático colegio San Gabriel, donde las proyecciones cinematográficas eran semanales. En su escenario se proyectaron clásicos como , La guerra de las galaxias y Volver al futuro.
Sin embargo, ahora permanecía cerrado y olvidado por la institución que lo fundó en 1952, tras que el número de alumnos superara con creces la capacidad del mismo.
Pero a fines de 2020, Valencia tuvo una idea: proponerle a la administración del centro educativo la repotenciación del lugar.
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“Después de la pandemia, sentía que hacían falta espacios. No solo como director o productor, sino como público. Sentía que la oferta había disminuido muchísimo, y que no había un sitio con una buena cartelera, donde pudieras tomarte un café o un vino, donde pudieras parquearte con tranquilidad y todo estuviera bien cuidado”, reflexionó.
La administración del colegio firmó un acuerdo con Valencia por quinces años de adjudicación, y la renovación del espacio empezó de inmediato.
Con $ 400.000 entraron a este rubro, entre fondos privados y del propio gestor. Se amplió el escenario, se construyó una fosa, se cambiaron las butacas y se incorporó tecnología: luces, sonido, vídeo.
El reestreno se llevó a cabo en marzo de 2021, hace un año, con una serie de conciertos y musicales, pero pronto fue obvio que iba a faltar programación para la alta demanda.
Una acogida inesperada
“No esperábamos la aceptación que hemos tenido. Mi falta de experiencia manejando teatros me llevó a hacer una planificación mucho más corta de la que terminamos necesitando”, señaló Valencia.
Cuando este presentó la idea a la administración del colegio, preveían un promedio de seis a siete eventos mensuales. Actualmente tienen más de veinte, entre recitales, conciertos, obras y eventos corporativos.
El dramaturgo señala que una de llas sorpresas más grandes que se ha llevado son las continuas visitas de los residentes del barrio, que a menudo se aparecen poco antes de las 19:00, y se suman a lo que sea que se ofrezca ese día en la cartelera.
“Es una sorpresa grata ver a la gente tomándose un café o comiendo algo en la barra y sumándose a lo que ofrezcamos porque saben que, dada nuestras exigencias en calidad, va a ser bueno”, comentó.
El futuro
Tras un cumplir un año en la escena cultural capitalina, el espacio alista una cartelera que expandirá su oferta, enfocándose principalmente en las artes escénicas. Esto, señala Valencia, es una deuda que tienen para la temporada 2023-2024.
“Al momento, el 80 % de nuestra oferta son conciertos y solo el 20 % es teatro o teatro musical. Siento que es algo que debemos intensificar para lograr una cartelera equilibrada entre ambas propuestas”.
Añade que a esto se sumarán nuevas temporadas de piezas que tuvieron gran acogida, como el música Jesucristo Superstar que se pondrá en escena en abril.
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Su pasión son los musicales, y Christian Valencia siempre supo que ese era su camino. Dejó su Quito natal en 1995, cuando viajó a Estados Unidos para estudiar la carrera de Producción Musical en el Berklee College of Music.
Ha sido guionista, productor televisivo, productor musical y teatral, y docente universitario. Regresó al país en 2003, para laborar en la Universidad San Francisco de Quito, y un año después fundó la productora audiovisual Prosonido.
Entre su larga lista de proyectos creativos están los musicales Cantuña, el musical, Amante a la antigua y Julio, el musical de JJ y las piezas infantiles Rescatando la Navidad y Enriqueta y el cuento de siempre tarde.
Tras varios años dividiendo su tiempo entre Quito y Miami, Valencia volvió al país de manera definitiva a inicios de 2020. No obstante, esta nueva faceta no le ha impedido continuar con su lado creativo, sino que la ha obligado a encontrar nuevas formas de expresarlo.
“Soy sincero, cuando empecé este proyecto, pensé que iba a tener más tiempo para escribir, y juraba que iba a poder tener listas unas diez obras en un año. Eso obviamente no pasó, así que estoy concentrado en montar las obras que ya estaban listas como El amor es un cabaret y Amante a la antigua. Estrené una nueva llamada 21 días para olvidar. Este año, espero montar Julio, el musical de JJ, y tres obras nuevas”, indicó.
Del San Gabriel al mundo
Para Valencia, contar con el Teatro San Gabriel no es solo un beneficio en cuanto al incremento de la oferta artística en Quito, sino que le ofrece un escenario para poder llevar sus propias obras a otros escenarios.
“La idea es que las obras que hagamos en coproducción no solo se presenten aquí sino que puedan llegar a otras ciudades. Quiero que podamos usar este teatro como un laboratorio para perfeccionar las obras, medirlas con nuestro público, y luego llevarlas a otros teatros”, estableció.
Al momento, han logrado acuerdos con otros teatros del Ecuador, entre ellos, Guayaquil y Ambato, con los cuales han asegurado el remontaje de El amor es un cabaret y Amante a la antigua, este año, así como varias de sus piezas infantiles.
“La idea es que podamos hacer esto con al menos tres o cuatro al año”, dijo.