El cine nacional festeja sus cien años de historia

Un grupo de hombres a caballo irrumpen en un pueblo. Una claqueta sale en la pantalla e indica “el texano vuelve a sus lares después de años de ausencia”. El filme es en blanco y negro, las imágenes son silentes. Se trata de Terror en la frontera, el filme ecuatoriano más antiguo que guarda la Cinemateca Nacional del Ecuador Ulises Estrella.

La película, que data de 1929, es una producción casera realizada por un grupo de jóvenes ambateños y quiteños. Nunca fue exhibida en las salas de cine, pero es un ejemplo del cine silente que ya se hacía en el país en la segunda década del siglo pasado.

El filme fue musicalizado y exhibido en la cinemateca durante la inauguración de los festejos por los cien años del cine nacional, como lo explica Mariuxi Alemán, titular de la entidad.

“No quisimos hacer un recuento de qué pasó en el cine ecuatoriano en estos cien años, sino que quisimos hacer una curaduría mucho más solvente, partiendo de la primera película que se hizo y cómo ese tema fue evolucionando y narrándose posteriormente”, señala.

En el país, el cine surgió en 1924 de la mano del guayaquileño Augusto San Miguel, que importó de Europa todo el equipo necesario para producir cine cuando apenas tenía 19 años.

Su primer filme, El tesoro de Atahualpa, se estrenó en Guayaquil y Quito en 1924, pero no queda registro de la película, solo de las publicaciones de prensa de la época anunciándolo.

San Miguel falleció a los 31 años, en 1937. Se conoce poco de su vida y legado, pero para Alemán, su historia es vital para celebrar la evolución de la industria nacional.

“Es necesario mostrar estos tesoros del cine porque es un material efímero, pero muy importante para nuestra memoria colectiva”, comenta.

Añade, no obstante, que esta celebración es solo una de varias que se llevarán a cabo en los próximos meses para festejar este hito.

“Estamos haciendo algunas activaciones con base en curadurías en noviembre y diciembre para hablar del cine que hace falta; el cine sobre pueblos y nacionalidades, el cine hecho por mujeres desde una mirada crítica. Queremos celebrar esta fecha en grande”, afirma.

Una leyenda que cautiva

Como parte del festejo, la cinemateca organizó una nutrida agenda de proyecciones divididas en varias categorías: las más taquilleras, los tesoros del archivo y las relacionadas con la búsqueda del tesoro de Atahualpa, una leyenda que ha cautivado a generaciones.

“Esta primera película es un tesoro perdido, porque nadie la ha visto. Sabemos quién la hizo, quién actuó en ella, y poco más... aun así es interesante ver cómo esa idea del tesoro de Atahualpa ha perdurado y se ha ido narrando en distintas décadas”, comenta Alemán.

Y es que, además de San Miguel, otros realizadores a lo largo del siglo se obsesionaron con la leyenda, por lo que la cartelera incluye filmes como el documental Llanganati, de Isabel Dávalos y Jorge Juan Anhalzer, que sigue a un grupo de exploradores y científicos en su búsqueda del legendario tesoro de los Incas, supuestamente, oculto en esta región de los Andes. En busca del oro Inca, de Torgny Anderberg (1969), en cambio, el realizador siguió las expediciones de Rolf Blomberg por hallar el tesoro.

También están las ficciones Al oriente (2021), de José María Avilés, que narra la historia de un joven que trabaja construyendo carreteras hasta que se deja llevar por el rumor sobre un gran tesoro escondido al principio de la colonia, y la millonaria A son of man (2018), que cuenta la historia de un joven criado en Estados Unidos que regresa al país para unirse a una expedición para buscar el tesoro.

La sección de las más taquilleras, incluye la proyección de filmes nacionales emblemáticos como Qué tan lejos, Ratas, ratones, rateros, Dos para el camino, Descartes y La Tigra, que cierra el encuentro.

Una puerta al pasado

“El trabajo de la cinemateca es guardar la memoria cinematográfica del país justo para que no suceda lo que pasó con esa primera película de Augusto San Miguel que se perdió en el tiempo”, indica Alemán.

Dentro del marco del festejo, se proyectó ‘Tesoros remix’ una muestra de filmes donde se exhibe el Guayaquil de los años treinta.

“Queríamos mostrar cómo era la ciudad, el río, la vestimenta de esa época, para poder repensar la ciudad desde el archivo”, indica.

En 2021 la Cinemateca Nacional creó Evelina, una plataforma digital que recoge la historia del cine nacional y la pone al alcance del público. La primera fase del proyecto recopiló los filmes hasta los años treinta del total de 12.000 registros audiovisuales que tiene la entidad. Muchos de esos primeros registros consisten de registros etnográficos, como los rodados por Rolf Blomberg, o la procesión del Corpus Christi que grabó el italiano Carlo Valenti en 1906.

Hasta fines de 2024, ahí se compartirá información sobre la década de los 50, 60 y 70.

Sin embargo, Alemán indica que la idea es que la plataforma no quede solo como un registro para investigadores. “Queremos que Evelina no quede solo en la página web, y para ello estamos trabajando en un plan educativo para que llegue a más espacios”, dice.

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