El cine y sus viajes al pasado
El presente y su constante cambio están vigentes todo el tiempo, y el cine de época nos da el chance de vivir por un rato las sensaciones de años que no fueron los nuestros.
El histórico cineasta francés Jean-Luc Godard decía que el cine, de alguna manera, documentaba el modo de ver el mundo que tenía un realizador sobre la época que decidía tratar en su película.
Este es un concepto muy interesante a la hora de pensar cuáles son los motivos por los que se hacen obras que nos muestran otros tiempos.
Sería muy simplista creer que una cinta como ‘Mujercitas’ (2019), por ejemplo, refleje simplemente las problemáticas de cierto grupo de féminas en la Inglaterra del siglo XIX. Muchas veces, mirar para atrás nos puede ayudar a pensar en problemas muy actuales.
No es casualidad que todos los filmes nominados a mejor película en los Óscar (a excepción de ‘Parasite’) posean universos ficcionales ubicados en otra época.
El proceso de recrear otro tiempo lleva en sí mismo una doble función: mostrarnos el pasado y contrastarlo con el presente. Esto en sí mismo ya nos permite como espectadores, problematizar la realidad de nuestros días.
Mucha gente comete el error de pensar que, por ejemplo, ‘Érase una vez en Hollywood’ (2019) se encierra en la nostalgia. Sería algo ingenuo creer que un realizador se detiene únicamente en la época que decide mostrar.
El presente y su constante cambio están vigentes todo el tiempo, y el cine de época nos da el chance de vivir por un rato las sensaciones de años que no fueron los nuestros, siendo nosotros sujetos de este presente que vivimos.
Una manera muy sencilla de probar esto es mirar determinado filme sobre una época y observar su tratamiento. Si vemos el western ‘La diligencia’ (1939) de John Ford y luego lo contrastamos con ‘Django sin cadenas’ (2012) de Quentin Tarantino, veremos la misma época y el mismo género cinematográfico tratados desde dos perspectivas completamente distintas. Esto se debe no solamente a que los realizadores son personas distintas, sino que el modo de pensar de la década del cuarenta y sus problemáticas no son los mismos que los del siglo XXI.
Pero además de su función reflexiva para el presente, el principal encanto que tienen estas películas es la ilusión de la máquina del tiempo: volver a vivir épocas pasadas o viajar a otros tiempos más remoto La potencia de esta ilusión hace que el goce sea el doble.
Hay muchísimos motivos para entender por qué sigue habiendo tanta fascinación en recrear otras épocas en la gran pantalla. Pero el más importante de todos es saber que hacer cine sobre el pasado es, muchas veces, la mejor manera de contar cosas sobre nuestro presente.
