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wonder woman 1984
Si hay un punto a favor de la película es el apego a la línea argumental que la misma Jenkins ha creado para Wonder Woman.Internet

Reseña: Wonder Woman 1984

Un homenaje cursi y de pobre ejecución, pero entretenido. Te damos razones para ver esta película

Con Wonder Woman, la película estrenada en 2017, DC empezó un camino de redención. Casi a imitación de lo que, muy exitosamente, Marvel hizo al tejer su universo cinematográfico, DC entendió que cada superhéroe requería espacio y tiempo para desarrollar su propia historia. Cada uno de ellos debe adoptar su propia personalidad, cinematografía y diseño de producción. El error más grande que DC había cometido hasta entonces era tratar a todos los súper por igual, en el mismo tono oscuro que a Batman le había resultado muy bien.

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Pero no todos son iguales y Patty Jenkins, la directora de Wonder Woman, lo entendió prolijamente. Definió a la heroína con una paleta de colores más brillante y encendida. La envistió de una feminidad que la distinguía y la hacía querible. Cuadro a cuadro, Gal Gadot nos demostraba porqué ella era la elegida para vestir el manto de la amazona. Esta fórmula se repitió con mayor o menor éxito, pero siempre en positivo, para Shazam y Aquaman. Cada superhéroe deconstruido y presentado con su propia personalidad y magnetismo, puestos en una bandeja para que cada quien escogiera a su favorito. Dicho esto, para cualquiera era lógico que Patty Jenkins tenía que regresar en la secuela Wonder Woman 1984. Y así fue, elevando por las nubes las expectativas de todos los que esperábamos esta segunda parte.

Lamentablemente el sabor que he sentido, luego de ver la película, es agridulce. Y quizá, más agrio que dulce.

En Wonder Woman 1984 vemos de regreso a Diana Prince casi 70 años luego de los acontecimientos de la primera película. Ahora Diana es una antropóloga trabajando en el instituto Smithsonian en Washington y su vida transcurre entre la normalidad de su trabajo y la resolución de conflictos criminales con su alter ego de Mujer Maravilla. En esta ocasión, debe enfrentarse a villanos que provienen de dos vertientes, una cerebral y otra física. Mientras Maxwell Lord, interpretado por el brillante Pedro Pascal, representa a un calculador e inteligente empresario que busca el poder oculto en una antigüedad, Bárbara Ann Minerva es una mujer llena de inseguridades que, con la ayuda del mismo poder que busca Maxwell Lord, terminará convirtiéndose en Cheetah.

Hay varios errores que la película comete en el plano técnico. Me parece bastante irónico que una película del presupuesto de Wonder Woman 1984 nos presente efectos especiales bastante mediocres y un CGI (imágenes generadas en computador, por sus siglas en inglés) burdo y descuidado. Sentí, en muchos pasajes, que estaba viendo alguna película de finales del siglo pasado. La resolución de muchos conflictos presentados en la trama, en especial del medular y principal, es cursi y poco creíble. Se intenta que el espectador acepte que muchas de las cosas se resuelvan únicamente porque, al final, la heroína siempre debe ganar. Esto le resta mucho al argumento de un film y nos condena a encontrarnos con una entretenida película dominguera, pero no con un producto memorable y bien ejecutado.

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Ambos villanos son dos puntos dispares del film. Mientras que Maxwell Lord tiene varias escenas donde se exponen sus motivos, los cuales son creíbles y válidos. Cheetah es una caricatura mal hecha del típico underdog cuya vida es un fiasco hasta que es corrompido por un gran poder. Nuevamente, un punto de dulce y otro de amargo que hacen que la película no termine de despegar puesto que, como lo he dicho en innumerables ocasiones, aquello que hace brillar al héroe es la majestuosidad de su villano.

Si hay un punto a favor de la película es el apego a la línea argumental que la misma Jenkins ha creado para Wonder Woman. Y aunque, como lo he dicho ya, existen muchos momentos florecidos en cursilería, acepto que todos tienen un verdadero propósito en la construcción de la heroína. Cada piedra en el camino de Diana, cada problema por resolver, cada conflicto que debe manejar, confluyen en alimentar la impronta de la Mujer Maravilla. Jenkins muere en su ley y aunque a veces acierta y otras no, hay coherencia en todo el guion y cada acción tiene una razón ejecutora en pro de añadir fortalezas y debilidades en el ADN de Diana.

Me encuentro, ya al final de esta reseña, con una opinión bastante dividida. Quizá la mejor forma de describirlo es que Wonder Woman 1984 es la presentación de una gran heroína que sigue construyéndose y afianzándose como una de las puntas de lanza del universo cinematográfico de DC, pero que se ve envuelta en una pobre película, tanto en lo técnico como en lo argumental. Patty Jenkins ha construido a esta heroína y le ha dado su toque personal, pero todos los excesos son negativos, y siento un grave peligro si Wonder Woman continúa en este camino de flanderización. Lamento escribirlo pero, a grandes rasgos, Wonder Woman 1984 no es lo mejor de DC. Y quizá esté entre lo peor.