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Cien años de soledad
Cien años de soledad sigue la historia de la familia Buendía en el pueblo de Macondo.Netflix

Cien años de soledad: ¿cuáles son los retos de llevar la novela a la pantalla?

La obra literaria de Gabriel García Márquez llega a Netflix este 11 de diciembre en una miniserie

"Amar y desear, fue como empezar a morir un poco". Así fue, textualmente, la vida de los Buendía durante un siglo completo. La familia, nacida en la mente de Gabriel García Márquez y presentados en 1967 como protagonistas de Cien años de Soledad, está condenada al deterioro emocional y espiritual a lo largo de varias generaciones. Esta maldición simbólica que tienen los Buendía los obliga a vivir aislados del resto del mundo y también entre sí. 

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Este 11 de diciembre de 2024, Cien años de soledad salta de la mente de García Márquez y la imaginación de los lectores para mudarse de Macondo, el pueblo mágico en el que se sitúa el libro, hacia el mundo del streaming con una miniserie de seis capítulos en Netflix.

Al momento en que se anuncia una adaptación literaria, suelen haber dos clichés que habitan entre los fanáticos. El primero es que ninguna película supera al libro original; el otro, que la obra y el filme son dos elementos que hay que juzgar y disfrutar por separado. Fernando Montenegro, profesor de literatura en la Universidad de las Artes y crítico de literatura latinoamericana contemporánea, está en desacuerdo con ello. “Las dos cosas son falsas porque inevitablemente cuando vemos una adaptación, establecemos esa comparación”. Sin embargo, para el editor de una revista de investigación en artes, resulta interesante conocer qué es lo que un artista vio de especial en la obra y por qué la consideró tan importante como para llevar ese libro a la pantalla.

Para Luis Niebla, quien es un creador de contenidos dedicado a compartir recomendaciones y críticas literarias, lo importante de la adaptación es la esencia. “Las libertades creativas pueden ser una herramienta valiosa para que la historia conecte con públicas más contemporáneos, sin embargo, estos cambios deben servir a la narración”, sostiene el mexicano.

Para el crítico de cine Jorge Suárez, en cambio, la clave es “modernizar el texto sin sacrificar su esencia”. Esto, según el también historiador, se puede lograr a través de elementos que pueden pasar por alto, pero deben realizarse con mucho cuidado para sumar y no restar puntos a la adaptación. “La producción debe apoyarse, en parte, en el vestuario manteniendo su fidelidad y preservando su ambientalismo”, explica. Más aún si la obra pretende trasladar al lector hacia el siglo 20.

Realismo mágico y soledad: el alma de los Buendía

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El creador de contenidos Luis Niebla y el crítico de literatura Fernando Montenegro esperan ver cómo ha sido representado Macondo, el epicentro de las historias de amor y tragedia de los Buendía. Tanto es así, que para el primero, el pueblo es “el alma de la novela”.

También la forma en que se le dará vida a la casa de la familia, pues ahí es donde se desarrolla casi por completo la novela, inlcuso, la obra casi se tituló La Casa. “Ahí está el cuarto de Melquiades Buendía, es donde tiene su educación sentimental y ahí se ven los conflictos. Al ser también una novela sobre el incesto, la casa es un lugar al mismo tiempo del amor y la violencia”.

Para los entrevistados, es clave y podría resultar difícil lograr que la magia de Macondo se camufle en la cotidianidad de la realidad sin perder la magia que plasma García Márquez en los 20 capítulos. El realismo mágico es un peculiar género característico de 'Gabo' en el que se mezcla de forma natural lo real con fantásticos hechos sobrenaturales. Lo que hace característico al género es que la magia no sorprende a los personajes, si no que pasa desapercibido.

En Cien años de soledad especificamente, lo irreal se camufla en situaciones como la peste del insomnio, las mariposas que siempre acompañan a Mauricio Babilonia y el nacimiento de un niño con cola de cerdo, que termina con la maldición de los Buendía. “Es fundamental lograr traducir el lenguaje visual de la atmósfera que captura lo mágico con lo cotidiano y hace difícil distinguir uno del otro”, explica el influencer, quien asegura que la clave es “preservar los elementos simbólicos que convierten la novela en un referente universal”.

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García Márquez no quería llevarlo a la pantalla

“En cine no”, dijo alguna vez el escritor. El autor de la novela, inicialmente no quería que su obra llegue a la pantalla porque para él era importante que los personajes no parezcan sacados de una revista, sino que se vean como la mayoría de personas en su cotidianidad. “En cine (los personajes) tienen la cara de Anthony Quinn, tienen la cara de Sophia Loren, tienen la cara de Robert Redford. Eso es inevitable y es muy difícil que un abuelito de nosotros se parezca a Robert Redford”, aseguró en una antigua entrevista.

Para respetar sus deseos, la descendencia del periodista otorgó los permisos necesarios bajo dos condiciones clave: la serie debe ser hablada en español y debe ser rodada principalmente en Colombia. Esto, con el fin de preservar el contexto cultural y geográfico, fundamentales en la obra. Además, los hijos del autor, Rodrigo y Gonzalo García, son los productores ejecutivos del proyecto.

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