Cristina Morrison, una baronesa con alma creadora
Sombreros y productos para la piel son parte de los emprendimientos de la artista con los que ayuda a proyectos en la selva y las Galápagos.
Entre los tantos adjetivos que pueden describir a Cristina Morrison, hay uno que destaca por su precisión: creadora. “A mí lo que me encanta es desarrollar proyectos”, asegura la artista al iniciar esta charla con EXPRESIONES.
Conocida como la Baronesa del Jazz, esta cantante, compositora y actriz estadounidense-ecuatoriana conectó con otras de sus pasiones que, en el camino, se convirtieron en emprendimientos. Una línea de sombreros que destaca elementos de la Sierra y Amazonía ecuatoriana, y la del ‘body care’ en la que resaltan las esencias de las Islas Galápagos.
Próxima a cumplir un año de haber iniciado su camino como emprendedora, cuenta cómo ha sido esa transición hacia estos rubros que reflejan a la perfección su estilo ecléctico como artista.
Cristina Morrison, la Baronesa, va al rescate de las Galápagos
Leer másEn su día a día ha conseguido el equilibrio necesario para cumplir con todas sus actividades que también incluyen su rol como miembro del directorio de la Academia de Cine del Ecuador y sus proyectos musicales.
UN ACCESORIO UNIVERSAL
“Desde niña me han gustado los sombreros”, sostiene. Es por eso que Baronesa Hats nació de una forma tan natural, sin forzar. En menos de un año, la marca ha crecido con rapidez. Sus propuestas han cruzado fronteras y ya están en Nueva York, por ejemplo, además de tiendas multimarcas. También han sido parte de exhibiciones conocidas como Pop Up, la más reciente en Samborondón, donde compartió con más emprendedoras.
Cuando se le pregunta sobre su pasión por los detalles, Cristina se confiesa fashionista. “Me encanta la moda y, sobre todo, el estilo. De hecho, amo ir al Costume Institute todos los años para ver la famosa exhibición dirigida por Anna Wintour. Me parece que la moda dentro de la cultura es una expresión muy importante, porque nos cuenta cómo se va desarrollando la sociedad. De alguna manera te ayuda a asentar tu identidad ante el mundo”.
Eso se aprecia en sus looks, tanto en los del día a día como en los que utiliza para pisar la alfombra roja de cualquier festival.
“Soy muy ecléctica para vestir, y me he dado cuenta de que lo reflejo en mis diseños”, dice.
Y así es. En sus sombreros de paja toquilla y fieltro resalta la fusión de elementos. Por un lado. En los de la Sierra y Amazonía, las macanas, el huayruro, la chambira, el yute; y en los traídos del exterior, las sedas pintadas de la India y terciopelo.
Tiene colecciones en stock que trabaja con artesanos, y sombreros personalizados. “Estoy aprendiendo a coser, de a poco he ido armando mi taller en Guápulo (Quito)”, dice orgullosa de esa transición que ahora forma parte de sus días.
CON LA SELVA EN LA MIRA
La Amazonía es para ella un lugar de conectar consigo misma. Allí conoció a la comunidad Sapara (en El Puyo), donde tuvo guía de mujeres muy sabias en ese camino de introspección.
“Si hablamos del emprendimiento, la selva me inspiró a usar y recuperar lo nuestro a través de los sombreros”, comenta. Es por eso que parte de las ventas está destinada a Naku (que significa jungla en Sapara), un proyecto que tiene dicha comunidad para generar oportunidades económicas.
Cristina Morrison, la Baronesa vuelve
Leer másDe 200 mil saparas, quedan menos de 600 y solo 5 todavía hablan el idioma nativo. A fin de que no desaparezcan, está el granito de arena que aportan emprendedores como Cristina, quien se esmera en imponer sus sombreros para el fin benéfico.
“En otras ciudades es muy usual llevar un sombrero para salir en el día, irte a bailar o a cenar. Es una pieza tan importante como una cartera. Expresa incluso tu personalidad…. No es solo para cubrir del sol”, sugiere
A FLOR DE PIEL
Mientras pasaba su tiempo entre New York, Isla Isabela y Quito, fue surgiendo otro proyecto que acaba de lanzar: Baronesa Essentials. Son productos para el cuidado del cuerpo en los que resaltan todo lo que la naturaleza ofrece.
La más reciente está basada en los olores y fragancias de las Islas Galápagos y se plasma en champú, acondicionador, jabón líquido y crema. El Palo Santo mezclado con cítricos como la naranja y mandarina son parte de los aromas que envuelven.
Su alma altruista también se refleja en este proyecto, de modo que parte de las ganancias aportan a proyectos sociales en la Isla Isabela, lugar donde Cristina ha vivido y al que le guarda gran cariño.
Cristina Morrison le da voz a las mujeres
Leer másSU FUSIÓN DE COCINA Y MÚSICA
Cristina también pasa sus días produciendo. Ahora mismo tiene un proyecto llamado Sonidos y Sabores, que desarrolla junto a chefs de diferentes restaurantes.
“Los invito a cocinar en lugares no tradicionales. Ya he hecho algunos en el taller del pintor Jaime Zapata y en las Cuevas del Ilaló. Entonces la gente llega y se sorprende al ver que hay música y comida en un lugar que no es un club, café o un teatro”.
En ocasiones suele cantar ella y en otras tiene artistas invitados. “Yo me encargo de producirlo, son series creadas por mí con el fin de crear experiencias. Si, por ejemplo, estoy haciendo un repertorio de música brasilera, el menú también será de Brasil”, ejemplifica.
Ya lo ha hecho en diferentes ciudades, entre esas, Quito y Miami. Es que Cristina no para. No solo es una baronesa del jazz, sino de alma creadora.
Fotos: Cortesía Jarol Nelson y Byron Calderón.