Cristina Ortega: "No soy de marcas, soy de calidad y diseño"
La exreina de Cuenca es ahora una emprendedora vinculada al mundo de la gastronomía. Ella sabe que lucir bien es parte de su éxito.
Prêt-à-porter es un término francés que significa textualmente ‘listo para llevar’ y que hace mención a las prendas de vestir que se producen y consumen masivamente.
Fue durante la conversación con Cristina Ortega que apareció esta expresión. Al cuestionarle su percepción sobre la moda del siglo XXI, lo sacó para explicar su punto de vista. “Es efímera, sin significado o lazo emocional, no como se la veía o sentía antes, cuando la mayoría de prendas eran realizadas a la medida, con toques que caracterizaban al usuario. Eso provocaba que esta adquiriera un valor emocional. Hoy en día el pensamiento de usar y desechar gobierna en la sociedad por el consumismo masivo”, señaló.
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Leer másAunque reconoce que es muy difícil desligarse del todo del fast fashion, va por buen camino. Para ella, la calidad y el diseño de una pieza priman antes que la marca o etiqueta que tiene puesta. Además, es una fiel promotora de lo hecho en Ecuador. Si tuviera que sugerir a algún extranjero que visita el país o su ciudad de Cuenca por primera vez acerca de qué ropa usar, lo fabricado por artesanos va en el primer puesto.
“También, el accesorio que no se puede perder y queda con cualquier prenda es el sombrero de paja toquilla”, agrega.
En una exclusiva sesión de fotos en el GM Palace de Cuenca, Cristina posa con sus mejores looks y, además, cuenta cómo va su vida después de ser reina de la ciudad en el período 2018-2019.
El fast fashion, una problemática social
No es nada nuevo, pero hace unas semanas se volvió a difundir una noticia en la que Shein, la nueva marca de fast fashion más popular de los últimos dos años, abusaba de sus empleados. Salieron a la luz unas fotografías en la que las etiquetas estaban bordadas frases como ‘Ayuda’ o ‘Tengo dolores de espalda’, además de describir otras dolencias por el trabajo que hacen sus empleados sin descanso durante horas.
Ante eso, Cristina asegura que, más que tener un argumento construido sobre la situación, lo que ella quiere es invitar a repensar la forma de consumo, ya que es algo que seguirá sucediendo sino son las personas las que ponen un parón a esto. Cristina revela que actualmente su compra en marcas como estas es casi nula.
Las prendas base de su armario
Un jean, un pantalón negro y un pantalón blanco, chaquetas de jean, un abrigo negro, beige o café, siempre optando por colores neutros, son las piezas que no faltan en el clóset de Cristina y con las que puede jugar y crear outfits para distintas ocasiones.
“Soy consciente de que con cualquiera de estas puedo salir a comer, ir a un lugar formal o una reunión de trabajo. La idea es reducir el número de prendas y priorizar que sean duraderas”, apunta.
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Leer másUn gusto adquirido
El interés por la moda suele venir por herencia, por ver a personas mayores vestirse y arreglarse de una manera que genera curiosidad. En el caso de Cristina, este gusto fue interés personal, en el que influyeron mucho los productos culturales que consumía de pequeña, como programas de televisión.
Reconoce que no tiene referentes famosos para vestir. Para ella, su versión de hace unos años y la futura son las que la inspiran en su cotidianidad y por las que siempre está buscando ser mejor.
De la industria textil actual resalta la versatilidad de las prendas. Habla, por ejemplo, de aquellas firmas que optan por lo unisex y, de esa manera, cualquier persona, independientemente de su género, pueda adquirirlas. “Me encanta mezclar la ropa de hombre y mujer, porque da un equilibrio increíble, aparte me parece supercómodo”, resalta la cuencana.