Crítica de cine: 'De noche con el diablo', ¿un guiño válido al terror retro?
La trama evoca los años 70 y reconocidas películas del género como El exorcista, La masacre de Texas y Carrie, un extraño
Jack Delroy (David Dastmalchian, Duna) tiene un talk show (un programa de entrevistas) que, años atrás, lo convirtió en promisoria estrella de la televisión australiana. Lamentablemente, su audiencia está esfumándose y, para mal de males, su joven esposa, Madeleine Pierce-Delroy (Georgina Haig) ha muerto de cáncer al pulmón sin siquiera haber fumado en toda su existencia. Como si esto fuera poco, hay rumores de que en su vida personal vive extraños cultos.
Frente a la situación reinante su equipo de producción, liderado por Leo Fiske (Josh Quong Tart), resuelve jugarse el todo por el todo y, para encumbrar la sintonía, revivirán un programa sobre el Halloween. Para ello invitan a algunos ‘bichos raros’ de lo sobrenatural: la doctora June Ross-Mitchell (Laura Gordon), parapsicóloga , quien llega con una adolescente llamada Lilly (Ingrid Torelli), sobreviviente de un suicidio colectivo, un ex mago y un psíquico, sin imaginar que todo se convertirá en noche de terror.
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Leer másDe noche con el diablo es una película sorprendente, como lo es cualquier referencia al ángel protervo. Sus directores, guionistas y editores, los hermanos Colin y Cameron Cairnes, han creado un filme que se desarrolla entre evocaciones al oscarizado Poder que mata (Network, 1976) y una recopilación efectiva de ideas expuestas en El exorcista (1973), La masacre de Texas (1974) y Carrie, un extraño presentimiento (1976), solo que bajo su dominio le han agregado una macabra dosis de buen humor.
Pero también es inteligente, entretenida, hábilmente escrita y dirigida. Sus efectos especiales no son modernos pues la trama evoca los años 70 y, por lo tanto, a ello se refieren, hasta esgrimen títeres. La banda sonora, la dirección artística y su fotografía toman como base los colores que exhibían las primeras transmisiones, pendones que la televisión de aquella década mostraba, eso le otorga la fuerza de un documental bien trazado. Destaca ese apremio por el nivel de sintonía y para quienes hemos trabajado o trabajan en la televisión saben lo que significan esos momentos.
La agrupación de los invitados al programa es exaltante, pues cada uno de ellos impone la atmósfera que toda película de terror debe tener.
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Leer másY, aunque a momentos acuse lentitud, eso es perdonable por la calidad interpretativa de sus actores. Dastmalchian sobresale en su caracterización, al igual que Ingrid Torelli pues, creo, nadie hubiera podido representar mejor a esa chiquilla que se transfigura en la sesión que sostiene frente a las cámaras de la estación televisiva.
Aplausos merecen Laura Gordon y Josh Quong Tart. Aunque desconocidos en nuestro medio, este largometraje (97 minutos) los coloca en la puerta de la internacionalización.
La música es envolvente, el guion agarra al espectador y muestra cómo las estaciones manipulan a sus televidentes y esto ayuda a la narrativa. Las escenas retrospectivas generan esa sensación de revivir una experiencia traumática y así descuella la incertidumbre que vive el espectador, aunque a veces forje la impresión de que el filme es una sátira contra este género cinematográfico tan popular en cualquier parte del mundo y engrandecido en los años setenta.
- Calificación: ****
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