Activistas vuelven a atacar el cuadro 'Los girasoles' de Van Gogh en Reino Unido

En un acto de desafío que ha vuelto a poner en el centro del debate la relación entre el arte y el activismo, tres activistas climáticos del grupo Just Stop Oil lanzaron nuevamente una sustancia sobre los célebres cuadros ‘Los girasoles’ del pintor holandés Vincent van Gogh en la National Gallery de Londres.

Este es el segundo ataque que sufre esta icónica obra en menos de un año, después de que, en octubre de 2022, otras dos activistas del mismo movimiento, Phoebe Plummer y Anna Holland, vertieran sopa de tomate sobre el mismo cuadro como parte de una protesta en contra de la dependencia de combustibles fósiles en el Reino Unido.

La protesta y su objetivo: la lucha contra los combustibles fósiles

Phoebe Plummer, de 23 años, y Anna Holland, de 22, formaron parte del primer ataque, cuando lanzaron latas de sopa de tomate sobre las dos versiones de ‘Los girasoles’ (1888 y 1889) de Van Gogh, con el propósito de instar al gobierno británico a detener la extracción de petróleo y gas. Aunque la obra estaba protegida por un cristal, el marco sufrió daños valorados en aproximadamente 13.000 dólares, lo que elevó el perfil del caso.

El juez Christopher Hehir condenó a Plummer a dos años y tres meses de prisión, y a Holland a 20 meses. Hehir señaló que si bien la obra no sufrió daño directo, el patrimonio cultural estuvo en riesgo, lo que justificaba la severidad de la sentencia. Sin embargo, la condena no ha sido suficiente para silenciar al movimiento. Los activistas de Just Stop Oil sostienen que sus acciones están justificadas, dada la urgencia de la crisis climática y la falta de respuesta del gobierno.

Un nuevo ataque a ‘Los girasoles’

El 28 de septiembre de 2024, tres nuevos activistas climáticos del mismo grupo, identificados como Stephen Simpson de 71 años, Mary Somerville de 77, y Phillipa Green de 24, repitieron la acción en la National Gallery, lanzando una sustancia sobre el mismo cuadro. Aunque la obra no sufrió daños significativos, este segundo ataque ha vuelto a poner el foco en las tácticas del movimiento.

“Las generaciones futuras verán que estos presos de conciencia están en el lado correcto de la historia”, declaró uno de los activistas durante la protesta. "Las sentencias de prisión, por largas que sean, no nos callarán. No dejaremos de exigir que se ponga fin a la extracción de combustibles fósiles”. La protesta también subraya la estrategia de Just Stop Oil, que no cesará en su campaña hasta que el Reino Unido ponga fin a todas las actividades relacionadas con el petróleo y el gas.

¿Arte en riesgo o un sacrificio necesario?

El ataque al patrimonio cultural ha suscitado un intenso debate en la sociedad británica y en todo el mundo. Mientras que algunos consideran que estos actos son inadmisibles, incluso para llamar la atención sobre una causa tan vital como la crisis climática, otros argumentan que el activismo tiene el derecho de recurrir a medidas drásticas cuando las soluciones convencionales no han funcionado.

Los activistas que lanzaron la sustancia sobre ‘Los girasoles’ fueron arrestados de inmediato. Se declararon inocentes ante los cargos de daños criminales en el Tribunal de Magistrados de Westminster, argumentando que sus acciones son una forma de protesta legítima. El tribunal ha decidido otorgarles libertad bajo fianza, con la condición de no entrar en el área del Gran Londres, a menos que sea para comparecencias judiciales.

Las consecuencias legales

Los activistas comparecerán nuevamente ante el Tribunal de la Corona de Southwark el 28 de octubre, en lo que se anticipa será un juicio mediático que podría sentar precedentes en cuanto a cómo las protestas climáticas son tratadas en términos legales.

Mientras tanto, Just Stop Oil ha logrado un apoyo considerable, con más de 63.000 personas, incluidos 10 miembros del Parlamento, firmando una petición en la que se exige el fin del encarcelamiento de manifestantes no violentos.

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