La afición taurina disfrutó la jornada en Tambo Mulaló
El matador sevillano Pablo Aguado fue el triunfador del programa, al llevarse dos orejas y un rabo. La feria atrajo al público de Latacunga
La afición taurina salió satisfecha de la corrida realizada durante el festival Arte y Solera, cumplido en Tambo Mulaló (Latacunga) la tarde del sábado, con un buen clima acompañando la jornada.
El arte resiste a la pandemia en La Tola
Leer másEl rejoneador ecuatoriano Álvaro Mejía abrió el paseíllo; luego salieron a la arena de la plaza los españoles Pablo Aguado, Alfonso Cadaval y sus respectivas cuadrillas, saludaron al coso taurino con el cien por ciento del aforo permitido por la pandemia y, con todas las medidas de bioseguridad establecidas.
Aguado, matador sevillano de 29 años, debutó en suelo ecuatoriano con un gran triunfo, alzándose con dos orejas y un rabo, en una faena magistral, durante la cual demostró su gran talante para la torería.
Geniecillo, un ejemplar de 393 kilos, de la ganadería de Vistahermosa, fue su primer ejemplar, con el que realizó algunas tandas de pases naturales por el pitón izquierdo, luego en el respectivo tercio, asestó media estocada y obtuvo su primera oreja. Sin embargo, fue con el tercero de la tarde, llamado Lanudo, de 375 kilos, con el que pudo demostrar todo su arte para la tauromaquia.
Desde los primeros lances, el novillo demostró su casta; permitiendo al matador aproximadamente una decena de verónicas y una media, con las que destacó su toreo diferente. Con elegancia y parsimonia, demostró que la velocidad y embestida la pone el torero. Pases naturales, de pecho y molinetes emocionaron al público, que al son de música flamenca inundaba la plaza con el típico ¡olé! Su estocada precisa lo llevó a cortar dos orejas y rabo.
Alfonso Cadaval, torero joven, agradó a la fanaticada con su actitud, aunque sus dos ejemplares estuvieron deslucidos. Su primer novillo, el segundo de la tarde, Distraído, de la ganadería Mirafuente, con 373 kilos, le permitió algunas buenas tandas, y Botafuego, de 408 kilos de peso y del criadero Santa Coloma, le significó palmas y una oreja. El torero regaló a la plaza un sexto toro, al cual pudo sacarle buenos pases, alegrando al público.
El matador destacaba con la muleta hasta cuando el toro lo embistió dando una voltereta, pero sacó su clase y valor para un poco aporreado, concluir con una buena faena pese a algunas dificultades. La suerte de matar la realizó con media estocada, lo que le otorgó dos orejas.
El rejoneador ecuatoriano Álvaro Mejía se lució con una buena faena, tocándole en suerte un ejemplar de Santa Coloma. Con buen desempeño de jinete y caballo, sobre todo al colocar las banderillas de frente, no corrió con fortuna al momento de matar en su primer intento, cortando sin embargo una oreja.
“Hemos presenciado una grandiosa tarde, una alegría en estos tiempos tristes para quienes disfrutamos el arte de los toros. Pablo Aguado ha confirmado la clase de torero que es. Alfonso muy bueno, esperemos que con suerte y respeto al arte del toreo, llegue muy lejos”, manifestó César Aulestia, quien llegó desde la capital para presenciar la novillada
El triunfador sevillano se mostró alegre y reconoció el cariño de los mulalenses. “Mi primera vez en Ecuador, es una gente maravillosa, y la organización magnífica”, indicó emocionado, además añadió que tiene mucha ilusión por torear en otras grandes plazas del país. Al preguntarle si se considera el Messi del toreo, sonrió. “Agradezco la comparación pero no lo creo”, apuntó.