Cultura

117247-agustina-20bazterrica-20-20-20gentileza-20denise-20giovanelli
Agustina Bazterrica vistió Quito y Guayaquil.Cortesía

Agustina Bazterrica: lecturas para frenar la catástrofe

La escritora argentina presentó su novela más reciente, ‘Las Indignas’ en Guayaquil y Quito

“Hace varios días que el cielo está sucio, tiene el color del barro”, escribe la narradora de la novela ‘Las Indignas’, con tinta que ha podido hacer con el carbón que les ha robado a las siervas de la Casa de la Hermandad Sagrada, donde está encerrada. La esperada tormenta “no termina de suceder. Las Iluminadas dictaminaron que es lluvia ácida”, cuenta en papeles que ocultará para que alguien los lea después, si es que hay vida en ese entorno donde las fábricas al fin han dejado de funcionar y cada vez hay menos seres vivos.

La escritora Agustina Bazterrica (Buenos Aires, 1974) ya había construido atmósferas de terror realista, aunque distópico, en ‘Cadáver Exquisito’. Ahora el zumbido ya no es el de caníbales que evaden un virus que extinguió a los otros animales. Ahora, las guerras por el agua y el fanatismo religioso han legitimado otra forma de sacrificios humanos contra mujeres agrupadas por razones morales, en sus celdas.

FIL GUAYAQUIL GANADORES

Jakk Cabrera y César Eduardo Carrión reciben premios literarios

Leer más

En Quito, luego de cinco años de su primera visita, Bazterrica visitó la Basílica del Voto Nacional y le fascinaron las figuras zoomórficas, horas antes de que el humo del incendio en Guápulo opacara la negrura del cielo que anticipaba lluvias esta semana. La idea de su más reciente novela, dice, surgió en el Monasterio de Santa Catalina de Nuestra Señora de Los Remedios, en Cuzco. Los Ángeles Arcabuceros habían llamado la atención de la escritora, que estudió Artes en la UBA.

Animales, libros y sectas

Una Hermana Superior rige la vida de todas en la Casa. La deidad es un Él, a quien se opone un Dios equivocado, aunque lo correcto sea brumoso en toda la novela. A la protagonista, que no devela su nombre, su madre le había mostrado libros de arquitectura gótica. Un día, entra en un confesionario con la forma de una catedral pasada. “¿Cómo algo tan hermoso puede desaparecer?”, le decía mamá. Entonces, de la Catedral de Notre Dame no quedaban más que cenizas, la de Chartres son ruinas que pasaron por las armas y el saqueo, la de York y la Abadía de Westminster han quedado sumergidas bajo el mar.

IMG_8040
La autora conversó con sus lectores en varios encuentros en ambas ciudades.Cortesía David Padilla / Librería Española

Hay muchas referencias a otras obras artísticas en el imaginario de Bazterrica. Algunas incluso son casuales, ha dicho. Su origen puede estar latente bajo la bruma de los recuerdos. Es la violencia real lo que las une y hace verosímil cada atmósfera, incluso de sus cuentos. Al inicio de ‘Diecinueve garras y un pájaro negro’, en el relato “Roberto”, la narradora tiene (siente a) un conejo entre las piernas, lo que recuerda a “Carta a una señorita en París” (Julio Cortázar), en el cual un narrador vomita conejitos. En ‘Las Indignas’, los niños animalizados que no saben leer, porque solamente sobreviven, ríen a carcajadas con esta última historia al mirar los gestos de Ulises.

Te puede interesar: Efraín Villacís: Escribir implica protestar

Los incendios de Córdoba, en Argentina, tienen que ver con intereses inmobiliarios, o la tala para plantar soja. Es por la avaricia humana que hace que muchos hoy vivan una distopía, como quien vive de la basura.

Agustina Bazterrica

Escritora

Muchos animales, como los tigres, han dejado de existir en la novela. Como referentes, su extinción también le quita sentido a las páginas por las que circulan y los libros son llevados a las hogueras. Verlos arder para quien los leía es como ver a “amigos flotando en aguas mugrientas”, a Lispector, Morrison, Ocampo, Saer, Woolf, Duras, O’Connor en medio de una catástrofe en la que la esperanza queda solamente en los recuerdos, cuando estos no son mortificantes.

“Me interesa que el ser humano sea consciente de que somos animales”, les dijo Bazterrica a un grupo de sus lectores en Ecuador. “Hay una cuestión instintiva, la necesidad de estar en una tribu porque eso te da más chances de sobrevivir. Pero eso lo aprovechan los líderes de sectas para cooptar gente: si sos aceptado en una tribu, te sentirás más seguro y se pueden convertir en grupos coercitivos, donde hay abusos”.

¿Quién es Agustina Bazterrica?

Es licenciada en Artes, gestora cultural y jurado de concursos literarios. Publicó los cuentarios ‘Antes del encuentro feroz’ y ‘Diecinueve garras y un pájaro oscuro’, y las novelas ‘Matar a la niña’ y ‘Cadáver exquisito’, ganadora del Premio Clarín Alfaguara en 2017. Fue traducida a más de veinticinco idiomas.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!