Cultura

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La casa, una de las edificaciones patrimoniales de la ciudad, abre sus puertas a cualquier persona.Freddy Rodriguez / Expreso

El arte rehabilita otra vivienda colonial en el barrio Las Peñas

Pintores y escultores se unen en una cruzada en la calle Numa Pompilio Llona. A futuro, el colectivo planea en convertir el espacio en centro cultural

Toda persona que visita el emblemático barrio Las Peñas se deslumbra con los colores y la arquitectura colonial. Aunque en estos días se evidencie una ausencia de turistas y sus calles, de lunes a viernes, se muestren desoladas. Tanto que atemorizan.

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Mientras se recorre por el suelo empedrado, pinturas enmarcadas expuestas en las puertas acompañan el trayecto. En medio del camino hay una casa azul que llama mucho la atención por lo poco que se puede ver a través de sus ventanas.

Desde las rejas de madera de cada ventana se visualiza el interior de la hermosa casa construida hace cientos años, la cual fue adaptada para ser un taller de arte. Hay una multitud de obras como esculturas de barro sobre rostros y cuerpos completos de personajes emblemáticos, pinturas y dibujos de todos los tamaños, objetos curiosos como una nevera antigua, un semáforo amarillo, un hidratante contra incendios dorado y una gasolinera vintage.

El espacio no tiene un nombre, simplemente se conoce como el ‘Taller de arte de Las Peñas’. En el lugar se juntan el arte, la inspiración y la creatividad de nueve artistas que se arriesgan a elaborar todo tipo de piezas para innovar la decoración de cualquier espacio. Uno de ellos es el colombiano David Fernández, quien llegó a Guayaquil hace cuatro años para dedicarse a elaborar piezas en varilla y murales. “Cuando llegué a la ciudad, la primera vez que pasé por este barrio quedé encantado. Al pasar por esta calle y ver a través de la ventana los cuadros que vendían y todas las obras que hacían, pensé que sería chévere entrar a una de estas casas; y ahora que vivo en el taller me siento en un mundo surreal porque este es un espacio muy lindo y amplio, en el que disfruto vivir del arte”, expresa David.

  • Las Peñas. El barrio fue declarado Monumento Histórico de la ciudad el 24 de julio de 1973. Además, por su historia fue reconocido como Patrimonio Arquitectónico del Ecuador.

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Figuras en varilla es la técnica que usa David Fernández, antes de eso realiza un dibujo ampliado.CARLOS KLINGER / Expreso
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El artista recorrió como mochilero Venezuela, Cuba, Perú, Chile y llegó en enero del 2019 a Guayaquil, donde un voluntariado lo acogió en un hostal.

A pesar de que no estudió una carrera profesional, esta ciudad ha sido una escuela de arte para él, “aquí me formé como artista y tuve la oportunidad de conocer a grandes artistas con largas trayectorias. Esta es mi escuela y la ciudad que me abrió las puertas para poder desarrollar mi talento”, añade.

En el hostal conoció a un conocido de Juan Pablo Torán, dueño del taller, quien lo invitó a ser parte del taller de Las Peñas, donde aprendió a elaborar grandes piezas en varilla e hizo buenos amigos.

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David cuenta que la casa estuvo abandonada hasta el año 2010, después de eso se remodeló y poco a poco se ha embellecido por la esencia artística. Es hermosa, en su segundo piso tiene un patio lleno de hojas verdes y esculturas blancas, frente están los balcones abiertos con vista al colonial barrio y de lejos, el río Guayas.

Según el artista, se tiene pensado a futuro convertir el taller en un centro cultural para turistas y guayaquileños, donde además de exponer las obras de los nueve artistas que trabajan en este espacio, también planean ofrecer clases de arte y conversatorios. “Creo que no alcanzaré a estar en la construcción del centro cultural porque en poco tiempo me iré a México para conocer nuevos espacios. Así no esté presente estoy seguro de que este taller le aportará mucho a la nueva generación de artistas de la ciudad”.