Cuatro escritoras ecuatorianas a las que hay que leer
Las autoras nacionales lanzaron obras que cautivaron a los lectores.
“Los mejores libros de 2019 han sido escritos por mujeres”, señaló la semana pasada en el New York Times el periodista y escritor Jorge Carrión. ¿Pero es relevante que sean mujeres?
La cronista Leila Guerriero cree que no, que el resaltar el género de las autoras es denigrante e innecesario. “Señalar a mujeres que realizan actividades para las que obviamente están capacitadas sólo por el hecho de ser mujeres: “¡Miren: ellas también pueden conducir tractores, resolver ecuaciones, viajar al espacio, tocar la guitarra!”, expresó.
Estas impresiones encontradas dan pie al debate sobre la importancia del género en la literatura. Sin embargo, en el caso ecuatoriano, mencionar que son mujeres las que lideran el boom literario es un acto de justicia frente la invisibilización que el Estado y los círculos literarios han sumido a las autoras.
Recordemos que, en 2018, incluso con dos escritoras ecuatorianas en las listas internacionales de los mejores libros del año, el entonces ministro de cultura, Raúl Pérez Torres, durante una intervención en la FIL de Montevideo, habló sobre la literatura nacional como un proceso liderado únicamente por hombres y sin mayor relevancia después de los años setenta.
Entonces hablemos de mujeres. Principalmente, de estas cuatro escritoras ecuatorianas que en 2019 nos han regalado libros impresionantes que no se pueden perder.
Mónica Ojeda
En 2018, la extraña historia de una docente de literatura que secuestra a una de sus estudiantes, escrita por Mónica Ojeda, impactó a lectores, críticos y al mercado literario en España y América Latina. La novela empezó a escalar en la lista de ventas y fue considerada como uno de los mejores libros del año por diario El País.
Mientras ‘Mandíbula’ continuaba cosechando ediciones en más de cinco idiomas, la autora guayaquileña que reside en Madrid, fue galardonada con el prestigioso premio holandés Prince Claus Next Generation. Este año concluye para ella con una nueva obra: el poemario ‘Historia de la leche’, publicada con el sello ecuatoriano Severo Editorial.
Ojeda es considerada una de las principales escritoras ecuatorianas contemporáneas y sus obras son potentes, complejas y sumamente perturbadoras. Ya sea ‘Nefando’, ‘Mandíbula’ o este nuevo poemario, vale la pena leerla.
Gabriela Ponce
En ‘Sanguínea’, primera novela de Gabriela Ponce, los hechos son lo de menos. La historia de una mujer sumida en el dolor tras la ruptura de su matrimonio es solo la premisa de esta desgarradora obra, donde lo que habla es el cuerpo.
“Una experiencia de desolación profunda”, como explica su autora, es lo que narra la protagonista, cuya historia es atravesada por el amor, el dolor, el erotismo y por una visión desbocada y cruda del deseo, los afectos y la pérdida.
Ponce, dramaturga y cuentista, confiesa que la obra nació a raíz de imágenes relacionadas al tabú de la sangre y que partió de ahí, y que respondió a un proceso de exploración íntima que concluyó con esta propuesta. “Para mí era importante volver sobre esos lugares comunes de la experiencia romántica, para hacerlos estallar”.
Natalia García Freire
Publicada con la editorial española La Navaja Suiza, el debut de la cuencana Natalia García Freire pasó casi desapercibido, hasta que la autora Marta Sanz reseñó la obra en diario El País.
“Lo que más me gusta de estas páginas es que me puedo hundir en ellas como carne para escuchar las voces muertas de las que perdemos la memoria. El recuerdo y el amor y el odio por los que se fueron reside en la capacidad de ver, palpar, oír”, subrayó.
La novela, que narra la historia de Lucas, un joven que vuelve a la casa de su infancia, donde murió su padre, solo para encontrarla ocupada por extraños, también logró la lista de los mejores libros de 2019 del New York Times.
“La casa siempre estuvo inspirada en la casa de mis abuelos, que no está entre las montañas, ni rodeada por vacas, y a la que no llegaron nunca tales viajeros. ¿O sí? Quién sabe. Pero lo que yo quería era contar un secreto. Así que lo rodeé por montañas y vacas, le construí paredes, ventanas y puertas y lo llené de voces. Escribir fue crear la arquitectura para mi confesión”, ha dicho.
Daniela Alcívar Bellolio
La pérdida de un hijo durante el parto y el retorno a la ciudad tras quince años de ausencia es el doloroso punto de partida de ‘Siberia’, obra de la quiteña Daniela Alcívar Bellolio.
La novela obtuvo el premio Joaquín Gallegos Lara de novela en 2018 y se publicó a través de la campaña de lectura Eugenio Espejo. Sin embargo, este año, la obra fue reeditada por la editorial española Candaya junto a ‘Un año después’, que experimenta con la escritura tras el tránsito de la crisis de la pérdida.
“Abordo el duelo, en tanto es pérdida y recomienzo. Es decir, la idea de lo que implica un proceso de duelo como algo destructivo, devastador, y, al mismo tiempo, un proceso en el que la vida recomienza necesariamente”, ha señalado la autora.
Los paisajes y lo fragmentario priman en esta impactante pieza narrativa y llevan al lector a experimentar en carne propia el dolor.