Devoción y fe a la imagen que fue desenterrada en el cantón Patate
Creyentes evocan el suceso de hace 224 años. Luego de un terremoto hallaron la efigie del interior de la tierra.
Enma Guerrero y Beatriz Guevara por más de 30 años han acudido hasta las afueras de la iglesia del cantón Patate, en la provincia de Tungurahua, para ofrecer escapularios, rosarios, sahumerios y velas de diferentes colores a los seguidores del Señor del Terremoto, una de las imágenes más admiradas por creyentes.
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Leer másAhora, ellas se mantienen firmes en la fe y aunque son pocas las ventas, van de manera ceremonial todos los días. “Como la iglesia no se abre todos los días, pocos vienen y nuestras ventas son mínimas. Pero tenemos la fe de que nuestro Señor del Terremoto obrará para bien y pronto podremos salir sin miedo”, comentó Beatriz, quien viaja desde Pelileo para no dejar perder la tradición.
Enma es oriunda de Patate y aunque no escucha bien, se hace entender, guarda como un tesoro el afiche que se entregó del patrono para que vivan desde casas las fiestas patronales que concluyen este 4 de febrero.
En una fecha normal, sin pandemia, hubiesen realizado la celebración el sábado 30 de enero, para adelantar porque la fiesta del hallazgo de la imagen este año coincide en la semana de las elecciones electorales, dijo Gómez. Hasta febrero del 2020 recibieron alrededor de 80 mil turistas que llegaron de diferentes partes del país y del extranjero a celebrar al patrono de Patate.
“El COE cantonal no nos autorizó realizar ninguna actividad por las calles, ni siquiera la procesión con la imagen. Todo se limitará a la misa el jueves 4 de febrero que será presidida por monseñor Giovanni Pazmiño, pero todo será con aforo reducido porque no queremos ser causantes de más propagación del virus”, manifestó el dirigente. Hacen el llamado para que la gente mantenga la fe y continúe con la devoción, pero desde sus hogares. “El Señor del Terremoto es muy milagroso, en lo personal me tiene con vida y me ha dado a la mejor de las esposas”, recalcó el dirigente.
Los creyentes acuden a orar desde las afueras, donde se arrodillan, claman en silencio y después colocan las velas en el oratorio. Este año se recuerdan 224 años del hallazgo de la imagen del Señor del Terremoto.
Indígena escuchó unas campanadas
La devoción a esta advocación comenzó el 4 de febrero de 1797, fecha en que se estima un indígena encontró la imagen enterrada después del sismo del 4 de febrero. El fenómeno natural fue uno de los más fuertes registrados en la historia. Habría muerto 327 personas que representaba más del 50 % de habitantes en esa época. El joven que encontró la imagen lo hizo guiado al escuchar unas campanadas que retumbaban desde el fondo de la tierra y corrió a decirle a su papá. La noticia llegó a oídos de Fray Mariano García, un sacerdote dominico y junto a otros sobrevivientes fueron a ver qué ocurría. Empezaron a cavar y a pocos metros encontraron la imagen que se venera hasta la actualidad, contó monseñor Giovanny Pazmiño.