La espumilla, una centenaria golosina andina que adopta nuevos sabores
La receta llegó con la colonización y se difundió desde los conventos
En los pueblos y ciudades de la Sierra ecuatoriana es común degustar la tradicional espumilla. Es una dulce golosina que pasa de generaciones y se mantiene vigente en el paladar de los más golosos.
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De acuerdo con la docente Cecilia Rivera, no se sabe a ciencia cierta desde qué año se empezó a elaborar, pero sí precisa que es un aperitivo adoptado con la llegada de los españoles. En el país, en especial en ciudades de la Sierra, se empezó a difundir de 1907 desde los conventos católicos. Las misioneras de las diferentes congregaciones las preparaban y vendían para recolectar recursos. Después la receta se divulgó.
En sus inicios este merengue se obtenía batiendo a mano y en una paila. Los ingredientes principales son huevos, azúcar y los jugos de frutas.
Pero en la actualidad, la espumilla también se adapta a nuevos sabores y se industrializa. En Patate, primer Pueblo Mágico del Ecuador, la preparación de la espumilla compite con otras recetas ancestrales como las arepas de zapallos y la chicha de uva.
Frente al parque central del cantón, al menos unos diez emprendedores le apuestan a combinar los sabores con esta receta centenaria.
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Nancy Barrionuevo es la cuarta generación de comerciantes de los bocaditos típicos de Patate, ella asegura que fueron los primeros en impulsar la elaboración de las espumillas pero de manera más industrial, porque elaborar cantidades a mano les resultaba agotador.
Al principio mantenían los sabores tradicionales de guayaba y mora, pero con el transcurrir del tiempo han agregado otros como de maracuyá, frutos rojos e incluso de zapallo.
Holguer Pimbo es otro de los emprendedores. Resalta que en Patate, por ser Pueblo Mágico, se mantiene la gastronomía ancestral. “En este cantón, todos los días se puede degustar las arepas que son elaboradas en horno a leña, la chicha con uvas y la tradicional espumilla, con sabores de las frutas típicas de la zona”, resalta Pimbo.