Cultura

GABRIELA ALEMÁN ESCRITORA
Los limones en el jardín de Elisabeth fue el resultado de una crónica que realizó la autora mientras se encontraba en Paraguay.Cortesía Libre Libro

Gabriela Alemán, la buscadora de historias extraordinarias

La escritora siguió los pasos de la hermana de Friedrich Nietzsche y de Matilde Hidalgo Navarro

Sea en el perfil titulado ‘Pablo Palacio, un hombre muerto a puntapiés’, en las crónicas ‘La Hidroeléctrica y los chanchos temperamentales’ o ‘Los Limones del huerto de Elisabeth’, la escritora Gabriela Alemán muestra cómo se pueden tejer historias extraordinarias.

Su retrato del autor lojano (editado por Leila Guerriero para el libro ‘Los Malditos’) se inicia con una descripción del oficio: “El pasado siempre amenaza con desaparecer, sólo que nunca lo hace del todo. Sigue ahí a nuestras espaldas, tras una puerta con candado pero con perilla defectuosa. Únicamente al espiar por una cerradura podemos acercarnos a él. El ángulo de visión es corto y lo que se distingue, fragmentado. Para narrarlo, para elaborar una historia completa, hay que llenar los puntos ciegos basándonos en la información que conocemos y unirla con hilos”.

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Para la crónica que hizo sobre el Morona Santiago (editada por Diego Fonseca para el libro ‘Hacer la América’) siguió al ingeniero agrónomo Danny Jaramillo y a su socia, Silvana Velásquez que para 2014 era, “todavía, la mayor productora de cerdos en Jimbitono”, ubicado a quince minutos de Macas. “Hay que internarse en la historia de zona para entender que lo que ocurre entre la hidroeléctrica y la gente que vive en sus alrededores no se puede deslindar del pasado. Que ese constante intercambio de algo por algo, ese dar-recibir, devolver, tiene que ver con la peculiar población del Oriente ecuatoriano, con el intercambio entre sus habitantes originales y colonizadores”, escribió Alemán.

Cuando llegó al pueblo fundado por la hermana del filósofo Friedrich Nietzsche, en Paraguay, constató que, en 1886, ese país “era el futuro” (como aparece en la crónica ilustrada por Daniel Silva y reeditada por el Fondo de Cultura Económica). Contar con detalle lo delirante de la realidad, sin embargo, no tiene fórmula establecida. Aunque en ese texto la autora vuelva a partir de un sentido: “Si se toma en cuenta que la empresa surgió del convencimiento de la supremacía aria, los limones del huerto deberían ser agrios”. El futuro se construye con el pasado y todo va conectado, reiteró la autora en una entrevista del podcast ¡No más libros!, de los periodistas Damián de la Torre y Eduardo Varas.

En ese espacio contó que mientras vivía en Paraguay, y jugaba básquet en las noches para esquivar el calor, estudió filosofía y descubrió al autor de ‘Así habló Zaratustra’. Otros viajes en busca de libros y traducciones le dieron las pistas para distinguir a Elisabeth. 

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En ese rebote del tiempo, que conecta todo, se tumban leyendas: “Desde su regreso a Alemania y por el resto de los cuarenta y tres años que le quedaban de vida, Elisabeth se dedicó a crear el mito de Nietzsche y a unir su nombre y su obra con la de su esposo (Bernhard Fördster) y los nacionalsocialistas alemanes”, pese a que el filósofo siempre le respondió que sus “deseos e intereses no coinciden en tanto que no coinciden en tanto que su proyecto es antisemítico”.

“La perfección no existe, quizá vuelve tieso lo que debe fluir (...) Para entender el mundo, o por lo menos intentar hacerlo, suelo escribir. Es una manera de mirar en detalle para buscar ciertas conexiones entre distintos elementos”.

Gabriela Alemán

Escritora

La locura y la sífilis no muestran verdades en Palacio ni en Nietzsche, contrasta la cronista. Pero las tres historias concluyen con la impronta silenciosa de quien ha superado el asombro. 

Una novela gráfica que no se imprime

Durante seis años Gabriela Alemán (guion, investigación, story board) siguió los pasos de Matilde Hidalgo Navarro para representar en una ficción sus 40 primeros años de vida (1889 y 1929).

El resultado es el libro ‘Matilde, con el puño abierto’ (ilustrado por Glenda Rosero) que la Universidad Central (UCE) no ha publicado en versión impresa. Solo está disponible digitalmente.

Fue la primera bachiller del Ecuador, tuvo que ir a Cuenca para hacer sus estudios universitarios contó Alemán en ¡No más libros!. Los inicios del feminismo en el país, una vida atravesada por el liberalismo son parte de las viñetas.

Una de las anécdotas que Hidalgo Navarro le contó a la madre de la autora —mientras fue su profesora de Higiene en el Colegio Manuela Cañizares— está ahí narrada.

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Este año se cumple un siglo de cuando la pionera Matilde votó. Queda pendiente que Susan Rocha, directora de Museos de la UCE y del proyecto “Las mujeres en la Universidad ecuatoriana (1919-2021)” retome la publicación.

¿Quién es  Gabriela Alemán?

Es autora de diez libros de ficción y editora de El Fakir. Su más reciente obra es ‘Matilde, con el puño abierto’. Es doctora en literatura y cine por la Universidad de Tulane y la beca Guggenheim. Ganó el Premio César Dávila Andrade y dos veces el Joaquín Gallegos Lara. Como cronista fue galardonada por Ciespal.

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