La historia detrás del mural de ‘Mis Adorables Entenados’ en Manabí
La pintura guarda un pasado sumido en la tragedia, pero con el arte como salvavidas.
Sonriente y con la dulzura que la caracterizó luce Lupita junto a sus entenados: Felipe, Pablo, Rosendo, Stacy y Maribel, en un mural de las calles Morales y Córdova de Portoviejo, que renace desde los escombros que dejó el terremoto de 2016 en Manabí.
Residentes y extranjeros hacen una parada para apreciar la obra de 10 metros de longitud realizada por Jhonny Manrique Bravo, un manabita de 30 años, quien dice haber crecido riendo con la serie Mis Adorables Entenados que transmitió Ecuavisa a finales de los años 80.
Su inspiración para pintarlos nace de un recuerdo: los valores que le enseñaron y que a sus 24 años lo ayudaron a salir del mundo de las drogas. “Soy una persona que admira y respeta las virtudes. Y creo que ellos nos enseñaron mucho sobre la ganas que hay que echarle a la vida para salir adelante”, expresa a EXPRESO el joven pintor.
Los rostros de los personajes son casi exactos y llaman la atención de quienes visitan el lugar. “Pensé que eran gigantografías para promocionar un show, luego vi que se trataba de una pintura. Está muy bonita”, destaca Martha Lascano, una habitante del sitio, ubicado en el centro portovejense.
Sin embargo, Manrique dice que no se considera un artista sino un “mensajero” que utiliza aquellas paredes grises para proyectar positivismo a las personas.
No utilizo mi voz, pero mis manos hablan por mí
Su vida, cuenta, ha transitado entre lápices de colores y estupefacientes. A sus seis años descubrió que tenía talento para dibujar y sus “garabatos” lo llevaron a ganar un concurso artístico en la escuela. Pero, al llegar la adolescencia, su interés fue inclinándose por las drogas.
“La gente me señalaba, me decía cosas. Desde los 17 hasta los 22 fui una escoria. No me da pena admitirlo. Fue por una sobredosis que mi vida cambia gracias a Dios, y decido retomar la pintura como un medio para comunicar y ayudar a otros”, explica.
Entre risas, confiesa que la relación que tenía Felipito, interpretado por Oswaldo Segura, con Lupita, en la piel de Amparo Guillén, era su parte favorita de la serie.
“Ese par (Felipito y Lupita) hacía reír. Todos, todos son excelentes y dejaron un buen mensaje a través de la comedia”, menciona Manrique y agrega que le gustaría conocerlos para poderles agradecer, en persona, las sonrisas que le sacaron cuando era un niño.
Desde el Puerto Principal, Amparo Guillén contesta una llamada de este Diario sorprendida por el cariño repentino que la abraza al conocer la noticia. Dice que es “el reconocimiento más grande” que le han hecho a la producción, que el pasado 11 de marzo cumplió 30 años.
Dice sentirse identificada con Jhonny porque es un “compañero de lucha” que, al igual que ella, se recupera de una adicción y por el amor que guarda hacia el programa que un día la inmortalizó. “Me siento increíblemente honrada. Es un orgullo este chico. (...) Quiero enviarle mi afecto y mi cariño”, comenta la actriz.
Asegura que en las funciones que realiza junto al elenco de Mis Adorables Entenados, las personas le comentan sobre la obra y su memoria la traslada al día en que viajaron a Manabí para, a través del teatro, dar alegría a las personas después de que aquel sismo de 7.8 se llevara a sus seres queridos. “Hoy son ellos (Manabí), por medio de Jhonny, los que me devuelven una sonrisa”, dice Guillén.
¿Qué pasará con el mural?
La pintura yace en el muro de un terreno baldío, perteneciente a la Casa de la Cultura de Manabí, donde se piensa construir un teatro. Su destino aún es incierto pues para la construcción tendrían que derribarlo.
No obstante, tanto Guillén como Manrique esperan que las autoridades pertinentes no lo hagan debido a la aceptación que ha tenido esta muestra en los turistas que visitan la zona y que la volvió viral en redes sociales.
“Yo pido, con humildad, que respeten esta obra. No por respeto a Mis Adorables Entenados sino por respeto a su artista, que es grande”, concluye Guillén, quien espera viajar pronto a Portoviejo para conocer a Jhonny.
OTROS MURALES
Jhonny Manrique ama la pintura y también aquellas producciones que regalan un rato ameno a quienes las ven. Por eso, también quiso plasmar en las paredes de su natal Portoviejo a programas como Los Tres Chiflados y Plaza Sesamo.
Y como “buen salsero” pintó a Celia Cruz al ritmo de La vida es un carnaval. Su pasión por el fútbol la dejó clara con los rostros de Lionel Messi y Ronaldo dibujados en una vivienda aledaña a la suya. “Es bacán recorrer la ciudad en ‘bici’ y encontrarse con colores por todos lados. Las pinturas son chéveres”, comenta animado Virgilio Anastasio, joven portovejense de 16 años.
Jhonny asienta que su idea de pintar es esa: “arrancarle un recuerdo a la gente y a través de aquellos que nos alegran, hacer una pausa a la amargura, y reír... reír mucho”. Y ese pensamiento le deja: una pintura viral, las felicitaciones de desconocidos y un futuro encuentro con quienes admira desde que le permitieron “ver tele”.