La horchata, una bebida de plantas medicinales que está en alza, en tiempos del coronavirus
Este brebaje popular es muy apetecido en estos días de pandemia. Médicos ancestrales, vendedores y consumidores destacan sus propiedades
El agua o infusión de horchata, una de las bebidas más tradicionales en la provincia de Loja, es por estos días de pandemia de coronavirus aún más apetecida. Hay quienes madrugan a comprar las plantas medicinales que se necesitan para prepararla y los que han decidido cultivarlas en casa y recibir así sus tan promocionados beneficios.
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Leer másEn los mercados, la venta empieza muy temprano. Los pobladores van en busca de las hierbas ancestrales como la manzanilla, la esencia de rosas, el cadillo, la cola de caballo, la menta y la hierbabuena. También recorren para conseguir la malva grande, el cedrón, la hierbaluisa, ataco y más.
Y es que esta bebida tiene de todo un poco y sus vendedores la promueven por sus propiedades, entre ellas la de elevar el sistema inmunológico.
Ayuda a combatir infecciones
Galo Ortega, médico ancestral evaluado por el Ministerio de Salud Pública, asegura que la horchata ayuda a combatir infecciones. Trabaja desde hace 20 años en la medicina de antaño y la recomienda, por ejemplo, para prevenir un resfriado común o para evitar que se complique.
Estas plantas ancestrales eran conocidas anteriormente solo en los hogares lojanos, pero hace varios años empezaron a comercializarse como ‘hierbas milagrosas’.
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Leer másKelvin Sigcho es un emprendedor que lleva en el mercado 17 años expendiendo la horchata. “Al principio fue duro, empezamos con 50 fundas y se distribuían en tiendas de forma artesanal. En ocasiones no compraban, hoy comercializamos siete mil fundas diarias”, dice el microempresario.
Cuenta que a través de este trabajo da empleo a 300 personas y que el 70 % de la materia prima la compra y así ayuda a los campesinos y el 30 % la cultiva. Es un negocio en auge. Quienes las tienen en sus casas y las hacen crecer en los sectores rurales como Chuquiribamba envían a otras provincias y así va aumentando su venta. En la ciudad de Loja, capital de la provincia, todos conocen de esta bebida. Cisne Guaillas es una campesina de la parroquia San Lucas que desde su infancia se vinculó con la elaboración de la horchata.
Un cultivo adecuado
Explica que cultivar las hierbas aromáticas toma tres meses, aunque la hierbaluisa se lleva más (seis meses), “Todo depende del clima, de que no haya demasiado lluvia”, indica. Además, dice que uno de sus secretos es que utiliza abono orgánico para sus plantas.
Luz Macrina Seraquive, otra de las habitantes de San Lucas, consume la horchata desde hace cuarenta años, incluso la vende a sus vecinos. Está convencida de que esta bebida tiene varios componentes antiinflamatorios que no solo aumentan las defensas del cuerpo y alivian los resfriados, sino que tienen también beneficios relajantes y ayudan a mejorar el aparato digestivo.
Según los registros históricos, la horchata llegó con la colonización. Los españoles la trajeron a Ecuador luego de un viaje milenario que empezó en el antiguo Egipto. Es, en los últimos 500 años, una de las recetas tradicionales de los pueblos indígenas del país.
Esta bebida ha sido incluso objeto de estudios universitarios que han analizado sus etnopropiedades.