Una lanza de pambil libera las malas energías en el cantón Sucúa
Las piedras, hierbas y semillas sirven para sanar. El sabio utiliza una corona de boa, que le otorga fuerza.
Una de las tradiciones ancestrales para alejar las malas vibras se realiza con una lanza elaborada con pambil o madera recolectada de la montaña.
Un ritual en que participa la persona que recibe la limpia, porque debe sostener la puya mientras dura la purificación. Al inicio de la práctica, el chamán espera que el paciente se siente cómodamente en una silla y luego le da la lanza, que tiene un significado representativo: ayuda a absorber las malas vibras del cuerpo.
Mientras la persona sostiene el madero, el sanador con un puñado de hojas de tabaco y puro (bebida alcohólica), refriega el cuerpo, que es el complemento de la limpia.
Esta es una de las costumbres para curar los espantos, el mal de ojo, el mal aire, e incluso hasta la envidia, explica Numi, un sabio shuar de la comunidad Kintia Panki, ubicada dentro de la Reserva Natural del mismo nombre, que pertenece al cantón Sucúa, provincia de Morona Santiago.
Allí solo habitan 20 familias y aprovechan 30 de las 300 hectáreas de la reserva para el turismo vivencial, dando a conocer su cultura.
El nombre de Kintia Panki, que en shuar significa boa que oscurece, fue puesto en honor a la serpiente que habita en sus montañas y que cambia de color cuando se ve amenazada. Los lugareños utilizan las aguas de los ríos y las cascadas para los rituales de curación.
Elías Akachu es uno de los guías en el lugar. Él cuenta que hace 18 años empezaron con el emprendimiento de mostrar al mundo sus tradiciones. Para los baños energéticos dentro de la reserva utilizan las cascadas Kisar, Kintia Panki y Saunsp, que tienen entre 10 a 35 metros de altura. Numi dice que también toman las piedras, semillas y las hierbas que les provee la naturaleza para las curas. El ritual en la comunidad empieza con el recorrido por las cascadas y ahí los limpian con las hierbas amargas.
Aquellas plantas, tanto amargas como dulces, son cultivadas en los huertos en los que ellos mismos trabajan. Elías comenta que muchos turistas prefieren ir a pasar una noche allá por la facilidad del hospedaje que brindan, y al siguiente día emplean el tiempo en las caminatas y en las limpias en las cascadas sagradas.
En la comunidad todos aportan para transmitir sus conocimientos milenarios. Bryan Siqui, por ejemplo, es un joven emprendedor quien se dedica a la artesanía. Dice que ellos tienen una alianza amigable con la flora y fauna, y por eso trabajan en madera, sin destruir el bosque. También usan las semillas de los árboles para elaborar las diversas artesanías que son ofertadas en la comuna.