Los cinco libros clásicos que no todos logran terminar (y consejos para acabarlos)
Algunos de los libros más emblemáticos de la literatura no logran cautivar a sus lectores.
Don Quijote de la Mancha, La divina comedia, Guerra y la paz. Ya sea en el colegio, en la universidad o por cultura general, todos hemos escuchado sobre estos clásicos imperdibles que marcaron el curso de la historia literaria.
Pero, ¿cuántos hemos podido leerlos? Consultamos varias encuestas internacionales y a nuestros lectores para traer a Kiosco de libros los clásicos que la gente confiesa no haber terminado por aburrimiento, frustración, o simple hartazgo.
- Ulises, de James Joyce
Todas las encuestas concuerdan, incluso la nuestra: ‘Ulises’ de James Joyce es el clásico más difícil de terminar y, por lo general, los lectores a duras penas llegan hasta la mitad de esta obra, que narra un único día en la vida de Leopold Bloom y Stephan Dedalus.
De aproximadamente mil páginas, el libro es considerado un clásico por los paralelismos que hace con La Odisea, de Homero, y por el uso de la ‘corriente de conciencia’, en que los personajes expresan lo que piensan sin objetivo lógico, como en el pensamiento real.
Curiosamente, cuando terminó la obra, Joyce estaba tan exhausto que no volvió a escribir durante un año entero, entonces no es sorprendente que nosotros nos demos por vencidos.
A nuestra encuesta, Alexander García opinó: “Ulises, qué bodrio, la obra más sobrevalorada de la literatura. No sé si en inglés original funcionará mejor, pero en español más que literatura funciona como una obra de arte conceptual, como para exhibir en una galería por su gesto contemporáneo, pero es una novela imposible de leer completa.
Jorge Luis Pérez añadió que: “supuestamente el capítulo diez está deliberadamente construido para que el lector naufrague”.
¿Cómo leerlo? Haciendo uso del internet y acompañándolo con reseñas, investigaciones y análisis de académicos.
James Joyce suma otra obra a las listas internacionales. ‘Finnegan’s wake’, una obra tan complicada que ni los traductores más creativo lograron hallarle un título alterno en español.
- La Divina Comedia
“Nunca pasaba del infierno”, comentó en nuestra encuesta Mariuxi Ávila.
Es una oración con la que seguramente se sentirán identificados cientos de estudiantes de secundaria que fueron obligados a leer el poema de Dante Alighieri.
La obra, que data de 1304, está dividida en cantos, y cuenta con tres personajes principales, Dante, Beatriz y Virgilio, cada uno de ellos representando a la humanidad, la fe y la razón.
En sí, la Divina Comedia es un canto de carácter religioso que busca concluir en una simple premisa: solo a través de la fe, el hombre encontrará a Dios. También es una penitencia autoimpuesta por el autor tras la muerte de la Beatriz de carne y hueso. Pero hay un motivo sencillo por el que pocos lectores pasan del Infierno, o incluso, el Purgatorio.
“El infierno tiene personajes profundos e interesantes, como los amantes adúlteros, y los enemigos del propio autor. El paraíso es un sitio de pureza, castidad y alegría. No hay un lugar más aburrido en el mundo”, comentó el catedrático y crítico norteamericano Steven Moyer.
¿Cómo leerlo? Con paciencia y conocimiento de la historia entre Dante y Beatriz.
- Guerra y la paz
León Tolstoi empezó esta novela en 1865, tras un accidente de caballo en el que terminó con un brazo fracturado. Fatigado y harto de su inactividad, el autor decidió contar las vicisitudes de los rusos a lo largo de cincuenta años de historia, principalmente durante la invasión napoleónica.
La novela sigue la vida de cuatro familias y tiene una gran cantidad de personajes cuyos nombres y variados diminutivos contribuyen con la confesión general del lector.
“Lamentablemente, no llegué ni al primer disparo de la guerra”, es una broma habitual que hacen resignados quienes no la acabaron.
La obra fue un boom de ventas en el siglo diecinueve, pero en defensa del siglo diecinueve, se publicó de manera mensual durante dos años en la revista ‘El mensajero ruso’. Este formato fragmentado de ofertarse facilitó su lectura y la catapultó a la fama cuando se imprimió de manera íntegra.
¿Cómo leerlo? Haciendo pausas entre capítulos y desglosando un árbol genealógico al lado para no confundir a los personajes.
- Los miserables
Fantine y Jean Villjean son dos de los personajes más representativos de la literatura mundial. Trágicos, solitarios, condenados al fracaso, la historia de ‘Los miserables’ de Víctor Hugo provoca tristeza, contrición y un inalcanzable deseo de justicia. No por nada ha sido llevada al cine en más de una treintena de ocasiones, la más reciente en 2012, con un popular musical que fue nominado a los premios Oscar.
Villjean es el protagonista, un exconvicto en busca de redención al que la vida no le deja de jugar malas pasadas y que es perseguido por la ley incluso cuando trata de hacer el bien. Además del personaje, también juega un importante papel la revolución y la lucha de clases en la Francia de la época, acosada por la desigualdad.
Fascinante, sí. Demasiado lento y descriptivo para el lector moderno, probablemente. Varios encuestados han incluido en esta lista otras obras de igual valor, pero igual de lentas, como El conde de Montecristo y La dama de las camelias.
¿Cómo leerlo? Ver primero la película, familiarizarse con los personajes, y luego sumergirse en la obra. Teniendo clara la trama, es más sencillo seguir la florida prosa del libro y enamorarse de los detalles.
- Cien años de Soledad
“Cien Años de Soledad es una gran novela, aunque creo que con cincuenta años hubiera sido suficiente”, dijo Jorge Luis Borges sobre la emblemática novela que marcó a América Latina.
Conocido como el padre del realismo mágico, Gabriel García Márquez dedicó un año y medio a escribir su novela más conocida, que narra la historia de la familia Buendía desde su llegada a Macondo hasta su inclemente final.
El complejo enramado de los nombres repetidos, los dos primeros capítulos descriptivos y la fascinación reiterada por los conflictos bélicos pueden dificultar la lectura y confundir al lector, pero superadas esas trabas, los personajes de García Márquez son entretenidos, humanos, vigentes y profundamente latinoamericanos.
¿Cómo leerlo? Haciendo una cronología de los personajes para no confundirlos y leyendo los primeros dos capítulos con perseverancia. También pueden esperar la nueva miniserie de Netflix, pero no será tan emocionante como imaginar a Remedios la Bella siendo arrastrada al cielo con las sábanas.
- Extra: Los detectives salvajes
La lista es extensa: Moby Dick, El nombre de la rosa, Orgullo y prejuicio, En busca del tiempo perdido, La condición humana; podríamos seguir. Pero varios encuestados mencionaron una obra que provoca el amor o el odio desmedido de los lectores: ‘Los detectives salvajes’. de Roberto Bolaño.
Publicada en 1998, la obra sigue a los poetas Ulises Lima y Arturo Belano, fundadores del realismo visceral, en sus aventuras por la bohemia literaria de México, su búsqueda de la poeta Cesárea Tinajero, sus viajes por Europa y sus aventuras finales.
La obra está narrada en tres partes, una de ellas contada a través de los recuerdos de los otros miembros del colectivo poético. Lo divertido de esta historia es que está basada en personajes reales: los amigos y conocidos de Bolaño y del poeta mexicano Mario Santiago Papasquiaro. Sin embargo, sus constantes digresiones y exceso de detalles lo pueden volver pesado y repetitivo.