Una obra que juega con la ficción
Andrea Crespo publica su primera novela, ‘Los cielos de marzo’, una novela que aborda el amor, la memoria y las huellas del pasado
“Yo que quise escribir (...) compuse versos de amor sin saber que el amor se acopia en el misterio y no en la ruta del cuerpo doméstico”, escribe Aurora en su diario, un diario donde recoge la ‘persecución inmaterial’ que la acosa.
La mujer, que roza la tercera edad, es la protagonista y antiheroína de ‘Los cielos de marzo (Arquitectura doméstica de los años)’, primera novela de la poeta guayaquileña Andrea Crespo.
Un viaje por el universo de Maritza Cino
Leer másLa novela obtuvo la mención de honor en el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja el año pasado, pero venía escribiéndose desde 2018, cuando la autora viajó a Martha’s Vineyard, EE.UU., a visitar a su hermana.
“Originalmente, quería escribir un relato sobre una persona que se instala frente a la casa donde está vacacionando un amante fallido”, recordó. “En 2019 retomé la idea y empecé a escribir, pero no de una forma articulada, sino fragmentada y con pausas, que es como termina narrándose esta historia”, señala.
En esta fragmentación no solo se encuentra el dilema emocional de la protagonista, que arranca desde las primeras páginas de la obra, sino sus recuerdos, que trazan un eje conductor donde prima la memoria, el dolor de la infancia, y la compleja construcción del amor romántico.
“La trama es una excusa para hablar sobre la memoria, y sobre el amor, no desde la limitada perspectiva del amor de pareja, sino también el amor filial”, reflexiona Crespo.
Esta desgarradora novela lírica está estructurada con formas libres, siguiendo las reflexiones de la protagonista, sus recuentos del pasado, sus diarios e incluso su perspectiva visual, a través de dos fotografías del cielo.
Yuliana Ortiz lidera el ‘mentidero’ literario
Leer másLa autora indica que la estructura fue surgiendo en el proceso de escritura, pues la obra arrancó con el capítulo final, y luego fue incorporando lo restante.
“Conforme iba escribiendo, me fui dando cuenta que la fuerza y la propia complejidad de Aura/Aurora no resistían únicamente con el monólogo interno, sino que se debía ir hilvanando desde la experimentación. Sentía que había momentos en los que no bastaba la narración, y me era necesario usar la puesta en escena, la divagación. Parece un lenguaje casi performático, pero me parecía que era coherente con la propia explosión radical que ella manifiesta”, dice.
Y efectivamente era necesario, pues la protagonista de Crespo es un personaje que no entra en ningún molde. Esa, una mujer mayor que no cumple con las expectativas canónicas, sino que quiebra con todo, incluso con lo que la autora esperaba de ella.
“Quería explorar la insensatez de esta mujer, que es mayor pero que no es sabia, que no es una heroína aunque a veces lo parece, y que no es la voz de la razón o un ejemplo a seguir”, establece.
Así mismo, un elemento curioso es el recuento erótico que parece permear la novela.
“Nuestra sociedad asexualiza a los cuerpos viejos. Quería abordar ese tema y romper con ese tabú que parece obviarse en la literatura”, agrega.
No obstante, en medio de esta exploración surge una y otra vez la infancia como hilo conductor, un hilo que Crespo ya ha abordado a través de su poesía.
Una colección une las voces de 17 autoras
Leer más“La infancia es una herida que marca tu vida”, añade, y esta realidad se torna en decreto desgarrador para Aurora, cuya relación con su madre, quien la rechaza continuamente, establece los patrones para las interacciones entre ella, sus hijos y sus parejas amorosas antiguas y futuras.
La obra vio la luz a fines del año pasado, presentándose en las Ferias del Libro de Quito y Guayaquil. La próxima semana, ‘Los cielos de marzo’ se presentará en varias ciudades españolas, parte de una gira que la editorial Cadáver Exquisito lleva a cabo en ese país europeo.