Una obra visual explora paisajes postapocalípticos
La muestra contará con 15 obras en exhibición hasta el 14 de diciembre
En el mundo del arte contemporáneo, donde la experimentación forma parte esencial de la creación, las obras que abordan el género del paisaje están tomando dimensiones inusitadas. Es lo que refleja la obra ‘La Estela Invisible’ del artista visual machaleño Marco Morocho, quien centra su arte en la noción de los espacios intermedios o intersticios, en los que se entrelazan diversos elementos y narrativas.
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Leer másLa obra está disponible hasta el 14 de diciembre en el taller Maldonado, en el sur de Guayaquil. Su mirada se dirige hacia lo postapocalíptico, explorando esos momentos y lugares ambiguos que existen entre la destrucción y la renovación. “Estos paisajes no son meras representaciones visuales, sino ambientes cargados de simbolismo, donde las huellas del tiempo y la acción humana son palpables”, reflexiona Morocho.
El artista crea escenarios que funcionan casi como enigmas, mezclando lo real con lo ficticio en una atmósfera que podría formar parte de cualquier relato de ciencia ficción. Lo que parece ser un desastre o una ruina masiva es, en su obra, motivo de reflexión sobre los ciclos continuos de construcción y destrucción que definen la existencia.
Técnicas modernas para paisajes apocalípticos
A través de una técnica que podría describirse como la yuxtaposición de diversas capas de sentido, el artista desafía la percepción lineal del paisaje. “Con cada obra, planteo preguntas sobre la naturaleza temporal y espacial del entorno postapocalíptico, fusionando tiempos y espacios en resultados estéticos que perturban y fascinan a la vez”, explica.
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Leer másSu enfoque cuestiona la estabilidad de lo que percibimos, sugiriendo que cada paisaje desértico podría estar lleno de historias ocultas esperando ser descifradas. “En definitiva, este enfoque artístico no solo reimagina el paisaje, sino que invita a los espectadores a reevaluar sus propias interpretaciones del mundo que les rodea, abriendo un diálogo sobre lo que puede suceder después de un cataclismo, tanto en el sentido físico como en el metafórico”, asevera el artista. Así, Morocho ofrece una ventana a un mundo que es, al mismo tiempo, extraño pero familiar, devastador pero lleno de posibilidades.
El arte postapocalíptico a menudo retrata paisajes desolados, ciudades en ruinas y estructuras abandonadas. Estas representaciones reflejan la devastación causada por eventos como guerras nucleares, pandemias globales o desastres naturales. Los artistas exploran cómo los seres humanos podrían adaptarse a condiciones extremas, ya sea a través de la búsqueda de recursos escasos o la formación de comunidades resiliente
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