Sergio Cedeño Amador y una obra en la que brillan la historia y la cultura montuvias
En 'Tesoros montuvios', el autor ahonda en las tradiciones, religiosidad, fauna y flora del sector rural de la Costa
Pese a mantener su residencia en Guayaquil, Sergio Cedeño Amador se considera un campesino nato. “A Guayaquil llego a dormir”, comenta risueño. “El resto del día lo paso en mi hacienda, en el campo”, añade.
Fue así desde que era un niño, cuando iba a Naranjal a ayudar a su abuelo en el cultivo del cacao, uno de los productos insignes de la zona rural de la Costa.
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Leer másAhí, no solo aprendió a amar la tierra, sino también las tradiciones, y el modo de vida de esta región.
“Hay una realidad que no se puede negar, y es que Ecuador es un país agrícola, con una gran cantidad de productos que alimentan al mundo. Yo llevo casi cincuenta años trabajando en el campo, y su valor es inconmensurable. Pese a ello, he visto, he vivido cómo se han ido perdiendo las tradiciones y el folclor”, reflexiona.
Con esto en mente, decidió rescatar la historia montuvia en una obra que tardó trece años en escribirse. Se trata de ‘Tesoros montuvios’, un hermoso libro lanzado recientemente y que contó con el auspicio del Banco de Machala.
El libro de tapa dura, y que recoge cerca de 300 fotografías en alta calidad, está dividido en dieciséis capítulos, cada uno escrito por un experto en la materia. La obra aborda la religiosidad, el folclor, la fauna, la flora, la historia e incluso cuenta con una entretenida sección dedicada al amorfino y a la poesía montuvia.
“Yo no soy experto, por ejemplo, en literatura o en ornitología. Lo mío es la agricultura, entonces busqué a expertos en cada área para que hablaran de cada tema. Eso tomó mucho tiempo, así como también lo tomó la recopilación. Ha sido un trabajo arduo, pero que al fin se pudo completar”, estableció el autor.
Hay una ruptura entre el campo y la ciudad que debe remediarse. En otros países se exaltan las tradiciones del campo, pero aquí no hay siquiera ayuda del Estado para conservarlas, pese a que son una parte importante de nuestra identidad".
El libro cuenta, por ejemplo, con un glosario de vocabulario montuvio elaborado por Hugo Mata Ordóñez, un capítulo sobre música montuvia realizado por Guido Garay, una sección dedicada al escritor José de la Cuadra, entre otros autores del Grupo de Guayaquil, escrita por el difunto investigador y docente Humberto E. Robles.
El libro también tiene una detallada descripción de las fiestas de la zona rural, entre ellas el rodeo montuvio.
Una oda al libro por parte de una lectora enamorada
Leer másNo obstante, la elaboración se topó con varias trabas, y fue ahí donde el autor vio la rapidez de la pérdida de las tradiciones de la región.
“Para el capítulo sobre los amorfineros estaba buscando a los que aún estuvieran vivos y fue muy complicado. De casualidad me encontré con un amorfinero impresionante en un pueblo llamado Carretones. Lo entrevisté, y me contó que su padre y su abuelo habían sido amorfineros, pero que sus hijos no querían saber nada de eso, y que hoy en día escuchan bachata, reguetón, ya no les interesa conservar la tradición familiar”, dijo.
Lo mismo le sucedió cuando buscó una banda de pueblo para acompañar el lanzamiento de la obra. “Tuvimos que traer una banda de la Sierra”.
Por ello, además de recopilar el pasado, conservarlo para el futuro se convirtió en el objetivo de este libro. Es así que este se entrega de manera gratuita en las bibliotecas del litoral, y en los colegios del sector rural. “Hay una ruptura entre el campo y la ciudad que debe remediarse. En otros países, se exaltan las tradiciones del campo, pero aquí no hay ayuda del Estado para conservarlas, pese a que son una parte importante de nuestra identidad”, dijo.
Por ahora, la obra se puede adquirir en la Fundación de Cultura Montuvia a $ 35. El teléfono es 500-9820 ext. 201. Pronto estará en librerías
FICHA DE LA OBRA
- Título: Tesoros montuvios
- Género: Historia
- Editorial: Banco de Machala
BIOGRAFÍA DEL AUTOR. Nació en Guayaquil. Es agrónomo por la Universidad Zamorano, en Honduras. Lleva 47 años en el sector agropecuario. Es gerente general de la empresa Industrial y Agrícola Cañas C.A. y ha presidido varias asociaciones de su rama. Es miembro de la Academia Nacional de Historia.