Versos de un guayaquileño sobre la infancia y paternidad
Carlos Luis Ortiz publica ‘Los empedrados de la sangre’, poemario que ve la luz tras seis años de silencio.
"Te escribo una canción sin letra / con el silencio para que la escuches/ si es que el silencio es precario / si es que el silencio es el nacimiento de la luz en los pliegues de un fueye/ porque hay un grito aquí abajo en este lado del mundo/ Espero tu quietud y la sabiduría que traes del agua/ de las colinas ancestrales/ de los trapecios en los que brillas”.
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Leer másCon esos versos, de imágenes concisas y emotividad pura, arranca ‘Los empedrados de la sangre’, nuevo poemario del escritor Carlos Luis Ortiz.
La obra llega siete años después de la publicación de su último libro, ‘Memoria y vértigo’, y ofrece un giro inesperado a su universo poético.
“Hasta ‘Memoria y vértigo’ hay una exploración de lo urbano, de la ciudad. Y, como en mis otros libros, un diálogo con mi infancia. En esta obra no, hay una ruptura con el estilo y con el esquema con el que trabajaba”, reflexionó el autor.
El evento que propició esta renovación fue el nacimiento de su hija, Luciana, a quien está dedicada la obra.
Y es que el poemario, dividido en tres partes, aborda la paternidad desde distintas aristas, iniciando con la espera hasta su nacimiento.
“Al inicio, los textos son una especie de diálogo con las imágenes de lo que vendrán, de su infancia imaginada. Juego con lo místico, con lo mágico”, dijo.
Esto se establece en textos como ‘IV’, un breve poema de una impresionante belleza.
“Pequeña mía/ de qué color son los caballos que te visitan / cómo relinchan su bondad / ¿son amigos tuyos? / ¿son veloces? /Cuéntame/ yo soy un niño que te nombra”.
Conforme el tiempo avanza, los textos ahondan en la paternidad materializada, en los símbolos que se materializan junto a la existencia de la hija.
“La sangre es la permanencia, lo que nos une”, analizó.
Otro eje diferenciador de la obra con los libros previos de Ortiz es la audiencia de la puntuación, una decisión tomada conscientemente, con el objetivo de que los textos tengan un ritmo intuitivo.
“Estoy consciente de que es un libro que no se escribe desde el canon. Fue un trabajo de Luthier, de buscar un ritmo con el que me sintiera cómodo, desapegándome de lo formal. Estoy muy entregado a este libro”, señaló.
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Leer másAsimismo, el formato de los poemas va fluctuando conforme avanza la obra, intercalando entre los versos cortos, de imágenes breves y directas, a la prosa poética, donde prima el diálogo con la hija que no llega.
Quizá uno de los textos más conmovedores es ‘Carta desde el sur’, donde la conversación converge con la ciudad y con la nostalgia.
“... Hay cosas que no se tocan, hay gente que ya no está, solamente encuentro amuletos cotidianos en las bancas de las nuevas plazas que conozco, y me enrumbo hacia los eclipses que forma el presente si es que se dejan ver, si es que se dejan tocar con una mano que se estira, con brazos que maneja desde lejos una niña que tiene más de 365 días de niñez...”.
El paisaje de los textos también varía, y se incorpora a una especie de viaje peregrino por las huestes del amor paterno.
“La obra la escribí entre Loja, Quito y Guayaquil, y ese tránsito es una parte vital de la historia”, comentó.
‘Los empedrados de la sangre’ se lanzará el 28 de febrero, a las 18:30, en el centro cultural MZ 14 del Puerto Principal. La obra será presentada por Bertha Díaz y Sandino Burbano.
En abril, el poemario tendrá presentaciones en Quito y Cuenca. Al momento, el poemario se puede adquirir en Librería Española a nivel nacional.