
Versos de mudanzas y montañas
La escritora Amanda Pazmiño lanza su primer poemario. La obra reúne textos en los que prima la transformación y el viaje
“No arranquen flores de luz en vano
susurré -absoluta- a los hijos de la noche
mientras una constelación amaneció
en las laderas de mi cuerpo.
Nunca arranques flores de luz
sino habitas la calidez de tus huesos
como quien acaricia un cántico sin prisa.
Solo recuerda, antes de escribir tu nombre sobre la arena
vas a ofrendarte, dócilmente, cada pregunta
como si fuese el preludio de un éxtasis”.
Esto dicen los versos con los que abre ‘Les hablaré de ti a todos los mares que fragüen un hogar en mis ojos’. El poemario es el primer libro de la escritora Amanda Pazmiño, lanzado recientemente bajo el sello guayaquileño El Quirófano.
La obra, no obstante, refleja más de una década de trabajo poético y de evolución, desde que presentara sus primeros versos en los slams de poesía del Puerto Principal y en las antologías de los libros cartoneros que surgieron de las aulas de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
“Estaba desarrollando mi tesis de maestría, y quería reactivar mi escritura desde la creatividad poética para desconectarme un poco de la escritura académica”, explicó la autora.
Los textos que pueblan este libro tenían en común un eje casi inconsciente donde la ruta que une Quito y Guayaquil juega un papel crucial.
“Desde hacía años tenía el deseo de vivir en Quito y una vez que se hizo realidad surgió una conexión muy íntima con el paisaje, y con la búsqueda de la relación con la ciudad en la que nací, pero que no era totalmente familiar”.
El proceso de edición, explica la autora, fue uno de infinita paciencia, pues buscaba que los versos fueran concisos y que transmitieran imágenes breves y claras.
“Fue un proceso lento. Ahora soy mucho más concisa, más precisa con el uso del lenguaje. Antes escribía como un río desbordante, había potencia, pero poca edición, y creo que la transformación de esa voz poética ha sido importante y necesaria”, dijo.
Agregó que esta obra, así como los textos líricos en los que trabaja en la actualidad, exploran la conexión con los seres vivos y la naturaleza.
“Por ahora, ese es un elemento clave en mi escritura; comprender la relación entre lo que tiene una potencia de vida y reconocer esa potencia y fortaleza en las mujeres. Es algo que me inspira, pero al mismo tiempo es una búsqueda intelectual y afectiva”, señaló.
Pazmiño agrega que, en esta primera obra, casi sin pensarlo también se coló el interés que manifiesta por los versos del poeta chileno Raúl Zurita, a quien investigó a fondo para su tesis de maestría. “No fue algo consciente, me di cuenta después, pero sin duda hay un interés por plantear la poesía como un ejercicio filosófico, y es algo que está muy presente en Zurita”, reflexionó.
Añadió que en las influencias de esta obra también está la poeta guayaquileña Sonia Manzano, cuyos versos, señala, redescubrió en los últimos años. “Tienen una potencia que impresiona, que marca”.
Tras el lanzamiento del libro, la autora ya alista un nuevo proyecto, que espera publicar este año y que contará con ilustraciones. Explica que la pandemia fue un catalizador para su obra y que escribir en medio del desastre mundial se convirtió en una experiencia sanadora que le permitió halar un refugio del horror. “Empecé a escribir porque debía hallar un equilibrio y funcionó. Estoy escribiendo con mucha constancia, y estoy esperando que todo continúe fluyendo”.