Dallyana Passailaigue: "He sabido escoger mis batallas"
La asambleísta que desea sanear el Congreso se considera una mujer de hierro que se funde solo con su familia. Lo que más desea es volver a Guayaquil.
Deportista, actriz, presentadora de televisión, política y ahora escritora. La guayaquileña Dallyana Passailaigue ha destacado como una mujer a la que no le tiembla nada a la hora de asumir retos. EXPRESIONES abordó a la asambleísta para que conteste El Cuestionario.
Usted lo ha hecho todo en esta vida , ya es mamá, plantó árboles y acaba de escribir un libro (Mujer de hierro ). ¿Qué más falta?
Siempre hay algo por hacer sobre todo en la política, servir desde este espacio. Hay cosas pendientes y las personas nos han puesto en ese lugar para trabajar.
Y su campaña ‘Amiga, ya no estás sola’ derivó en un popular hashtag: Amiga date cuenta.
Amiga ya no estás sola es una unidad para combatir la violencia que impulsé como legisladora que se maneja a través del Municipio de Guayaquil para que las mujeres agredidas denuncien y rompan con estos patrones violentos que tenemos en esta sociedad machista.
Usted es feminista, cómo ve el hecho de que ciertos grupos de mujeres hayan tomado esta bandera y cometan vandalismo y demás actos violentos.
En 1987 mi abuela Italia Baquerizo, feminista, me contó, siendo una niña, cuáles eran las banderas del feminismo y no es más que la lucha e igualdad de derechos y oportunidades que tienen los hombres en la política, en lo social. No es estar por encima de ellos, sino ir a la par.
Pero he visto en países como México y Chile cómo algunas activistas agreden a los hombres que pasan por la calle sin ningún motivo.
Hay extremos y estos son malos. Me considero una mujer balanceada en todos los aspectos de mi vida.
Hace algún tiempo que está volcada a la política, pero la gente no olvida su paso por la televisión. ¿Cuáles son sus recuerdos más gratos en la pantalla chica?
La televisión me abrió puertas y me dio acceso a conocer muchos rincones de Ecuador y a mujeres de hierro como cabezas de hogar viviendo muchas veces situaciones muy difíciles.
¿Qué me dice de Así somos?
Un programa que marcó, el primero hecho por mujeres, rompió tabúes, me enriqueció mucho. Aprendí a debatir, a buscar fuentes confiables y ser más crítica.
Alguna vez dijo que llegó a no tener vida en este medio que le consumía mucho tiempo.
Ahora que estoy en la política sé lo que es no tener vida (risas), pero cuando sientes amor y pasión por lo que haces, no importa.
No recordaba que había sido actriz, hasta hizo un monólogo y estudió en el exterior.
He tenido a lo largo de mi vida una lista de temas por realizar y los he cumplido hasta aquí. Nunca me he quedado con la pica. En cada cosa que he hecho, he profundizado. Viví un año afuera, era necesario para conocer otras realidades.
Entonces de no estar en la política, la hubiéramos visto en una telenovela...
Seguramente en teatro, me gustan las tablas. El monólogo La voz humana lo presenté en Quito, falta Guayaquil. La actuación es una profesión de por vida.
Y es un buen recurso para la política y ponerle un tinte dramático.
No sé si tinte dramático, pero sí el performance, la oratoria, la manera en que educas tu voz, expresas con tu cuerpo, perder el miedo escénico, todo eso integra la comunicación.
Desde que la conozco nunca la he visto enojada ni dentro ni fuera de la pantalla, ¿cómo hace para no perder la cordura?
Control emocional y el deporte te ayudan mucho. No actúo con el hígado a la hora de tomar decisiones o reaccionar ante situaciones tensas. Soy una mujer equilibrada.
¿Qué pasó con su escuela de coaching?
Fue un emprendimiento que tuve cuando dejé la televisión dirigido a ejecutivos de alto rendimiento que hoy está en stand by porque la política me demanda todo el tiempo.
¿No le ha dicho que no a nada?
Las personas se definen mejor por las veces que dicen no. He sabido escoger mis batallas y los riesgos que tomo como el motociclismo, logré ser vicecampeona en Yaguarcocha, la libertad y la adrenalina luego te permiten volver a lo cotidiano con otro estado mental.
¿A qué se niega entonces?
A todo lo que está alejado de mis principios, mis valores, con lo que no comulgo y no me aporta. Se da mucho en la política también, pero hago lo que me hace feliz y acepto aquello en lo que creo y me llena.
¿Su deseo inmediato?
Volver a Guayaquil para estar cerca de mi familia y seguir trabajando. No necesito la política para servir.
¿Si fuera presidenta de la Asamblea, qué haría de inmediato?
Armar una agenda para ponernos a trabajar porque algunos hemos estado con las manos atadas. También habría que sanearla para que los asambleístas corruptos salgan.
¿Qué quemará en el 2020?
El 98 % del desprestigio de la Asamblea. Soy parte del 2 %, por si acaso.
“La pantalla chica ha cambiado porque gran parte de su audiencia migró a las plataformas digitales. En su momento hice un manifiesto contra la televisión basura y de esa no quiero formar parte, aquella que mata neuronas, ofende y discrimina”.