Daniel Sancho trata de evitar la pena de muerte en Tailandia
El chef español apuñaló y después descuartizó al cirujano Edwin Arrieta. Por ello, los investigadores pidieron el máximo castigo
El último reo que fue ejecutado en Tailandia se llamaba Theerasak Longji. Tenía 26 años y llevaba un lustro en prisión por asesinar a un joven de 17 años. Lo apuñaló 24 veces en el pecho. Fue una venganza.
La víctima le había robado a la novia. Por tratarse de un asesinato premeditado, le cayó la pena capital. En 2018, Theerasak se convirtió en el séptimo convicto en pasar por la inyección letal, método que se introdujo en 2003, reemplazando a los fusilamientos. Hubo mucha polémica por esta ejecución. Los grupos de derechos humanos clamaron en contra.
Según los últimos datos oficiales, de los más de 330.000 presos que tiene Tailandia, 520 se encuentran en el corredor de la muerte, una veintena de ellos son extranjeros, la gran mayoría por delitos de drogas. A esa lista se podría sumar Daniel Sancho si el juez tailandés cumple la petición que lanzó la Policía: pena capital por crimen premeditado y ocultación del cuerpo.
El chef español apuñaló y después descuartizó al cirujano colombiano Edwin Arrieta con herramientas que había comprado anteriormente para borrar las pruebas. Todo era parte de un plan. Por ello, los investigadores pidieron el máximo castigo. Es lo habitual en estos crímenes.
Como también lo es que el juez al final dicte cadena perpetua. O, si la condena es a muerte, el rey Maha Vajiralongkorn, en un acto masivo de clemencia por su cumpleaños, la conmuta por la perpetua para reos destinados a la inyección letal.
Visitó a su hijo
Silvia Bronchalo se reencontró con su hijo, Daniel, en la prisión de Koh Samui. Permaneció una hora y treinta minutos en el interior. A diferencia del resto de visitantes, no tuvo que esperar su turno.
Madre e hijo tuvieron la oportunidad de verse cara a cara, pero no de tocarse, ya que en todo momento han estado separados por un cristal. Un encuentro muy duro para ambos, pero con el que ella pretende dejarle claro a su hijo que no está solo. A partir de ahora, si decide quedarse en la isla, podrá visitar a Daniel todos los días. Ahí podrá entregarle dinero para mejorar su estancia en la cárcel.
