Reseña: 'Déjalo ir', una película para no perderse
Let Him Go (título en inglés) crea más suspenso que una cinta de terror y cuenta con un reparto de primera
Margaret y George Blackedge (Diane Lane y Kevin Costner, Óscar mejor director de 1990 por Bailando con lobos) tienen una vida apacible, hasta que su hijo James (Ryan Bruce) sufre un accidente y muere. Él vivía con ellos, su esposa Lorna (Kayli Carter) y un bebé. Tiempo después la viuda contrae nupcias con Bill Weboy (Jeffrey Donovan) y se marchan.
Un día, Margaret ve que el nuevo compañero impone violencia familiar en media calle. Pronto sabrán que la nueva pareja se ha trasladado, sin decirles nada, a Dakota y hacia allá parten en su búsqueda.
Tropezarán con el indio Peter (Booboo Stewart), quien les indicará el camino a seguir para enfrentarse a un clan que gobierna Blanche Weboy (Lesley Manville) y Donnie (William Britain).
Déjalo ir sirve para decirles: “No dejen de verla, está en Netflix”. Soy enemigo de reseñar películas de años pasados, pero esta es la excepción. Con ello evoco al viejo Guayaquil, cuando las películas demoraban entre 24 a 36 meses para estrenarse. Pero un día los estudios de cine urgieron la marcha al abrir oficinas en nuestra ciudad a través de los Romero, los Puig, mi padre, el abogado Luis Valarezo, Carlos Espinosa y muchos más.
La película de hoy es del 2020 y crea más temor y suspenso que una película de terror. Déjalo ir tiene el sabor añejo de una película del Oeste, aunque se desarrolle en el siglo XX.
Lo que más asombra en la perfección del reparto, algo que pocas veces muestra el cine. El trabajo de Costner y Lane sobrepasa comparaciones pues, mientras ella es fuego anímico, él es símbolo de la razón y la determinación. Kayli Carter es la mujer que jamás escuchó eso de “si te retienen, insultan, pegan o amenazan no te confundas. Eso no es amor”.
Y hay una actriz, Lesley Manville, que asombra. Verla es olvidar el cristal del televisor y pensar que se está formando parte de un reality show (protagonistas reales de la sociedad con sus problemas). Sobresale también Stewart como el indio que busca un sitio en la vida.
Ambientada en los años 50, la dirección artística los reconstruye a través de automóviles, camionetas y vestuario. El color de la cinta semeja un ocaso, y los rostros en primer plano muestran sus almas hasta dejar al cinéfilo tenso, turbado y agarrado del asiento viendo cómo la trama lo pone al filo de su butaca.
La música ambiental fomenta la consternación que la secuencia de la cena muestra y se llena de lirismo cuando el indio narra su historia. Aciertos que elevan la calidad de la cinta.
Basado en la novela escrita por Larry Watson, también libretista del filme y bajo la dirección de Thomas Bezucha, el largometraje fabrica un verdadero análisis de la violencia familiar y su final tiene los tintes de una tragedia vikinga.
Calificación: * * * * *
- ESTRENOS EN LAS SALAS DE CINE
Los amantes de la gran pantalla, a partir del jueves 27 de abril, pueden disfrutar de cuatro películas en las salas del país. Tú escoges:
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